Temor a nuevos recortes. 

La plantilla de ITP Aero se cita con la dirección en plena venta de la compañía

Empresa y representantes de los trabajadores llegarán este 1 de julio a su reunión mensual con la venta de Rolls Royce y la intervención del Gobierno de fondo. La plantilla teme nuevos ajustes.

Trabajador de la planta ITP AERO Vizcaya

Trabajador de ITP Aero

  (Foto de ARCHIVO)

1/1/1970
Trabajador de la planta ITP AERO VizcayaTrabajador de ITP Aero (Foto de ARCHIVO)1/1/1970
ITP AERO

La venta de ITP Aero por parte de Rolls Royce avanza hacia las manos de Bain Capital y Cinven sin demasiadas certezas para sus trabajadores. La compañía británica abrió una puja a la que se presentaron varios gigantes del capital riesgo, que tuvieron que apoyarse en socios industriales para cumplir los deseos del Gobierno. El Ejecutivo es consciente de las consecuencias laborales de una operación de este tipo y ya ha advertido que quiere garantizar la españolidad de la compañía. Y los casi 3.000 trabajadores de la compañía en España, que han vivido recientemente despidos y recortes tras la crisis del coronavirus en el sector, buscan respuestas ante el baile de nombres de posibles compradores.

Con motivo de la cita mensual que los representantes de la plantilla tienen marcada por convenio, los asistentes reclamarán a la compañía con sede en Zamudio (Vizcaya) información sobre el estado de la venta, cuyo proceso se ha activado este año pese a intentarse ya en 2019. Pese a que la cita estaba prevista para este jueves 24 de junio en las plantas de Barakaldo y Sestao, la dirección movió la fecha en el calendario y emplazó ayer a los trabajadores a reunirse el próximo 1 de julio. Fuentes sindicales explican que ITP Aero no ha trasladado todavía ningún tipo de información sobre el proceso, pese a haber implicado en él al propio Ejecutivo central y regional, quienes, no obstante, no han duda en pronunciarse públicamente sobre la importancia de la operación.

La plantilla vive momentos de tensión con la dirección. ITP decidió en julio del pasado año ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 90 trabajadores en sus plantas del País Vasco. La medida cayó en saco roto más tarde en los juzgados, cuando los sindicatos la impugnaron y el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) les respaldó. La situación, no obstante, está lejos de solucionarse, pues la propia ITP ha recurrido y elevado el conflicto ante el Tribunal Supremo, con el objetivo de revertir la situación. A ello se unen los procesos judiciales que se han abierto en paralelo a las huelgas. La empresa ha llevado ante la vía penal a uno de los representantes sindicales, a quien acusa de causar destrozos materiales durante una jornada de protestas. 

Los ajustes en plantilla en la industria aeronáutica han sido una constante durante 2020. Tanto los fabricantes de aviones como sus proveedores de componentes han recurrido a medidas como los ERTE, las prejubilaciones, las reducciones de jornada y los despidos. El caso más extremo y reciente es el de Puerto Real (Cádiz), donde Airbus ha llegado a un acuerdo con el Gobierno y los sindicatos CCOO y UGT para cerrar la planta.

Reyes Maroto, sobre la venta de ITP: "Debemos tomar decisiones basadas en mantener la capacidad de decisión en España y los puestos de trabajo"

La crisis desatada en el sector ha obligado al propio Gobierno a intervenir. Consciente del impacto laboral que puede tener una pérdida de carga de trabajo en las factorías de estas empresas, el Ejecutivo acordó durante el verano pasado desarrollar un Plan Tecnológico Aeronáutico para la industria. Sobre la venta de ITP por parte de Rolls Royce, también se ha pronunciado, afirmando que quiere asegurar su españolidad. "Entendemos los tiempos para la venta que nos transmite Rolls, pero dado que ITP opera en un sector especialmente importante como la Defensa, debemos tomar decisiones basadas en mantener la capacidad de decisión en España y los puestos de trabajo", explicó esta semana Reyes Maroto, Ministra de Industria. 

Fuentes conocedoras del proceso apuntan que una de las condiciones que se ha impuesto en la operación es precisamente que el comprador garantice la continuidad de la toma de decisiones siga en España, donde están sus oficinas centrales. Con una plantilla de aproximadamente 4.000 empleados en el mundo, el mercado nacional es el de mayor importancia para la compañía, pues aporta más que el resto de plazas juntas. A diferencia de México, Reino Unido, Estados Unidos, Malta e India, España es el único país concentra servicios de ingeniería, fabricación y montaje. 

Ofertas sobre la mesa

En medio del baile de nombres, el proceso de venta sigue activo sin fecha para su cierre. Se trata del segundo intento tras la fallida operación con Indra en 2019, cuando la empresa española se interesó por ITP al conocer que Rolls-Royce había colgado el cartel de se vende sobre su filial apenas un año después de hacerse con el 100%. Pese a que la compañía participada por la SEPI reconoció en el mes de junio su interés ante los inversores, terminó renunciando un mes después al no avanzar en sus negociaciones. "La empresa continuará explorando las oportunidades de inversión que se le presenten y tengan encaje en su plan de negocio", informó ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Desde enero hasta hoy, sobre la mesa han aparecido muchos nombres y candidatos para comprarle ITP a Rolls Royce. Los que siguen en liza son los fondos extranjeros Bain Capital y Cinven, según fuentes del proceso consultadas. El primero de ellos es dueño de la inmobiliaria Hábitat y el segundo controla parte de la telefónica MásMóvil. Los dos han explorado alianzas con socios industriales en esta aventura, aunque en ningún caso ha trascendido nombre alguno. En el sector recuerdan que se trata de una operación muy compleja, puesto que Rolls Royce pide 1.500 millones y ninguna empresa española de la industria aeronáutica cuenta con suficiente músculo financiero para acometer la inversión.

Ante esta situación, el terreno está abonado para las especulaciones. En las últimas semanas se ha vuelto a poner sobre la mesa el nombre de Aciturri, proveedor de ITP. Su candidatura ha estado en los mentideros desde que su director general, Álvaro Fernández Baragaño, afirmara públicamente en noviembre del pasado año que una integración con ITP "tenía sentido". Preguntada al respecto, la empresa ha decidido no pronunciarse sobre esta cuestión.

A ello se unen los cambios de guion con la última criba, en la que quedó fuera la oferta de Towerbrook, en la que participaban Península Capital (Borja Prado), KKR y la familia Abelló junto al proveedor Aernnova. Sin embargo, la alianza no pasó el corte de la compañía por motivos económicos, pese a contar, incluso, con el plácet del Gobierno vasco. Así lo explicó esta semana la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, quien reiteró que no todo estaba perdido. En declaraciones realizadas a la entrada del Parlamento Vasco, Tapia señaló que podría haber más empresas vascas interesadas en la compra de ITP.

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