Por incumplimiento de contrato

Hidalgo y Varo pierden en el Supremo su batalla millonaria con los ex de Yoigo

El Alto Tribunal no admite sus recursos y por tanto están obligados a pagar 7 millones de euros a Telia Sonera, antiguo máximo accionista de Yoigo, hoy en manos de Másmóvil.

Javier Hidalgo (izda.) y Rosauro Varo (dcha), ex dueños de Pepephone.
Javier Hidalgo (izda.) y Rosauro Varo (dcha), ex dueños de Pepephone.
L.I.

Los antiguos dueños de Pepephone, Javier Hidalgo y Rosauro Varo, pierden su batalla judicial contra Telia Sonera, el que fuera propietario de Yoigo. El Tribunal Supremo ha cerrado la puerta a los dos recursos presentados por el hoy consejero delegado de Globalia y el empresario andaluz. Ambos deberán abonar 7 millones de euros en concepto de daños y perjuicios por incumplimiento de contrato y la devolución de una opción de compra de 3,5 millones. Másmóvil, hoy único accionista de ambos operadores de telecomunicaciones, no tiene nada que decir pues se lavó las manos cuando compró ambas compañías en el año 2016.

Hay que remontarse al año 2014 para conocer el origen de esta historia. Pepephone y Yoigo, por entonces compañías independientes, firman un contrato mayorista similar a otros muchos que se firman en el sector de las telecomunicaciones. La segunda le alquilaba la red móvil a la primera, que desde el año 2007 utilizaba la infraestructura de Vodafone. Por tanto, la compañía dirigida en aquel momento por Pedro Serrahima debía migrar a todos sus clientes. Meses después surgieron los problemas con un invitado inesperado: Telefónica.

En aquel año, Yoigo tenía red propia 4G y para completar la cobertura había suscrito un acuerdo mayorista con Telefónica para acceder a su propia infraestructura. El acuerdo contemplaba la posibilidad de revender esa red, pero siempre con el beneplácito previo de los dueños de Movistar. Sin embargo, firmó con Pepephone ese acuerdo mayorista antes de esa autorización del antiguo monopolio. "No está cerrado; no hemos podido hablar con ellos antes de cerrar el acuerdo", aseguraba Eduardo Taulet, entonces consejero delegado. Y esa luz verde no llegaba. Pese al posicionamiento favorable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), nunca llegó. Y, finalmente, en septiembre, el operador de lunares en manos de Hidalgo y Varo se levantó de la mesa y pactó definitivamente con Telefónica de manera directa abandonando el contrato con Yoigo y alegando un "incumplimiento grave".

Lo que vino después, como era de esperar, es un cruce de demandas. El primer asalto en los tribunales acabó en tablas. El juzgado de primera instancia de Madrid condenaba a Telia Sonera (Yoigo) a pagar 7,8 millones de euros por incumplimiento de contrato y a Pepephone a abonar 3,5 millones por no cumplir la exclusividad por la firma con Telefónica y a la devolución de 3,5 millones entregados como contraprestación por el otorgamiento a favor de Yoigo de un derecho de opción de compra sobre las acciones de la filial PepeMobile. Ante esta sentencia ambos recurrieron. Y la Audiencia Provincial de Madrid, tal y como adelantó La Información, dio un giro importante y 'salvó' a Yoigo, confirmando que quien realmente incumplió fue Pepephone. Entendía que el plazo fijado en septiembre de aquel 2014 "no es esencial" e interpretaba que no había "un compromiso firme" de Yoigo para entregar el servicio en esa fecha. Fijó en 7 millones la indemnización.

Hidalgo y Varo acudieron al Tribunal Supremo con dos recursos bajo el brazo. Uno por infracción procesal y otro de casación. Ambos, según reza el auto firmado a principios de noviembre y consultado por La Información, no han sido admitidos a trámite. Los seis motivos alegados por los empresarios para tratar de tumbar la sentencia de la Audiencia Provincial han sido rechazados por la Sala de lo Civil. Entre ellos, argumentan que aunque las partes no hubieran calificado como esencial el plazo del 1 de septiembre de 2014 que de común acuerdo se fijó para la puesta en marcha del servicio, "sí lo habían hecho implícitamente". Defienden que la resolución contractual se justificaba por "la concreta situación fáctica existente". Nada de eso ha sido aceptado.

En el auto, cuyo ponente es el magistrado Rafael Saraza, se confirma la firmeza por tanto de los dos pagos que deberán efectuar tanto Hidalgo como Varo. Por un lado, los 3,5 millones de euros entregados por Yoigo a Pepephone por tener un derecho de opción de compra sobre las acciones de la filial PepeMobile. Por otro los 7 millones de euros fijados por la Audiencia Provincial como indemnización por los daños y perjuicios causados por la finalización del contrato mayorista. También tienen que hacer frente a las costas procesales.

Másmóvil, sin responsabilidad

En toda esta batalla, ya zanjada en el Supremo, no tiene nada que ver Másmóvil. Hoy, tanto Pepephone como Yoigo pertenecen al mismo grupo -ya excluido de bolsa tras la OPA lanzada por los fondos de inversión KKR, Cinven y Providence- después de que fueran adquiridos en sendas transacciones que se produjeron en el año 2016. ¿Dos filiales batallando entre ellas en un mismo grupo? Según confirman fuentes conocedoras del proceso, el cuarto operador, dirigido por Meinrad Spenger, puso como condición indispensable eximirse de toda responsabilidad cuando compró ambas sociedades.

Pepephone fue adquirido en el año 2016 por Másmóvil en el que vino a ser el primer acto del movimiento definitivo para convertirse en el cuarto operador oficial en España. Pagó 140 millones de euros, que se repartieron a partes iguales entre ambos socios. Varo recibió 70,5 millones de euros a través de su filial Gat Technology, mientras que el resto llegó a JHG Investments Models, en manos de Hidalgo, hoy al frente de Globalia como consejero delegado.

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