El método de...

Juan Roig, el gran defensor del esfuerzo constante en el país de los sufridores

El presidente de Mercadona considera que ganar dinero es una obligación de los empresarios, para invertir y generar bienestar a toda la sociedad. Su filosofía le ha llevado a la cumbre en el sector de la distribución 

El presidente de Mercadona, Juan Roig, posa durante una rueda de prensa, a 20 de abril de 2021, en el Polígono Industrial Fuente del Jarro, Paterna, Valencia, Comunidad Valenciana, (España). Durante el encuentro Roig ha informado sobre la situación actual y futura de los 5 Componentes de Mercadona y comunicará los datos económicos de la compañía correspondientes al ejercicio 2020 y las previsiones 2021.
20 ABRIL 2021;ROIG;MERCADONA;VALENCIA
Rober Solsona / Europa Press
  (Foto de ARCHIVO)
20/4/2021
Juan Roig, el gran defensor del esfuerzo constante en el país de los sufridores.
Europa Press

Decenas de directivos estaban esperando que tomase la palabra el presidente de Mercadona. Era el evento anual de CEDE, la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, que se celebraba en Valencia en octubre de 2020. El tema por supuesto era la pandemia y sus efectos sobre las empresas y la economía. Y llegó su turno. Roig empleó una metáfora para explicar la situación: “Estamos dentro del Himalaya haciendo un túnel y no sabemos lo que nos vamos a encontrar. ¿Cuántos metros tiene el Himalaya? No lo sé, pero no te gires”. ¿No te gires? Para un país acostumbrado a la cultura de la queja esto sonaba provocador. Pero es lo que siempre ha expresado Juan Roig cuando tiene que enfrentarse al público: lo importante es el esfuerzo y mirar hacia adelante. Roig usó un símil para expresarlo mejor: “Nosotros lo que tenemos que hacer es pico y pala con el Himalaya, que algún día habrá un agujero”.

Pico y pala, trabajar, esforzarse, mirar hacia adelante… y ganar dinero. Roig ponía el acento en que había que estar menos ocupado en esperar la vacuna (en octubre, todavía no se había descubierto ninguna), y ocuparse más en trabajar y ganar dinero. “Hay que cumplir con la sociedad y ganar dinero”. En realidad su método consiste en una visión calvinista de la economía, y recuerda mucho a las tesis de sociólogo alemán Max Weber. A principios del siglo veinte escribió un libro titulado “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, para afirmar que la ventaja de los calvinistas era su cultura del esfuerzo y de la ganancia. “Debemos aleccionar a todos los cristianos que tienen el deber y el derecho de ganar lo más posible y de ahorrar cuanto puedan; es decir, que no sólo pueden, sino que deben enriquecerse”, decía Weber. 

Roig ha manifestado incluso su “admiración” por los chinos y sus bazares, y que había aprendido mucho observándoles. Y cuando dirigía sus ojos a la industria nacional, se le cambiaba la cara. España gastaba mucho en “subvenciones improductivas”. El país sufría una pandemia de “absentismo”, y mucha gente se quedaba en casa pudiendo ir a trabajar. Lanzó entonces este mensaje a los españoles: “Que piensen más en los deberes que en los derechos, y asuman que el éxito depende de cada uno de ellos, que la cultura del esfuerzo y del trabajo destierre a la del maná”

Como defensor del esfuerzo, ha impreso el lema “cultura del esfuerzo” en las camisetas del club Valencia Basquet, al que patrocina. Y cuando tiene oportunidad, critica algo que piensa que va contra la cultura del esfuerzo: los puentes. Pero no los puentes colgantes, sino los puentes que se crean entre días festivos y “que nos cuestan 1.200 millones de euros”. Odia todo lo que vaya contra la cultura del esfuerzo, como el seguro de desempleo, el paro, porque al final se está estimulando que la gente se quede en casa. “En España nadie recoge las naranjas ni las fresas; todos son extranjeros”.

Si Mercadona es lo que es y se ha situado en el podio de las empresas de este país, ha sido por el esfuerzo, el suyo, el de los gerentes y los trabajadores. Pico y pala. Ahora bien, su método consiste en recompensar el esfuerzo, incluso más que los demás. Los empleados de Mercadona tienen el mejor convenio colectivo del sector. Un empleado empieza ganando 1.198 euros netos al mes. Al cuarto año, ya puede ganar 1.800 euros netos al mes si cumple los objetivos anuales. Eso es casi el doble del Salario Mínimo; y el 90% de la plantilla lo disfruta. Si un gerente habla inglés, recibe un plus de 255 euros al mes. Se pueden pedir excedencias por cuidado de hijos hasta que cumplan 12 años. También tienen excedencias hasta de cinco años para el cuidado de personas dependientes. O de 18 meses a las víctimas por violencia de género (prorrogables a 36 meses). Una de las últimas novedades es que los empleados pueden enganchar tres días seguidos de vacaciones durante ocho fines de semanas al año. Sábado, domingo y lunes. Por cierto, como buen “calvinista”, los domingos no se trabaja en Mercadona. Las tiendas están cerradas.

Pero la cosa no se queda solo en trabajar con más ahínco. Juan Roig tiene otro método que casi podríamos calificar de alemán. Ahorrar, ahorrar y ahorrar. O no malgastar. Desde el principio, Roig impuso en Mercadona algo que Weber calificaría de “coacción ascética al ahorro”. Gastar sí, malgastar, nunca. Para imbuir del ascetismo del ahorro a sus gerentes, Roig les impuso la costumbre de llevar un céntimo en el bolsillo. Es su talismán, o mejor dicho, la voz del más allá que les recuerda en cada momento que allí no se tira el dinero. Por eso, se pone de los nervios cuando ve la catarata de gastos del sector público. En el Congreso de Directivos de octubre pasado, lanzó todas las puyas que pudo. El Estado hace “inversiones faraónicas”, cae en “gastos superfluos”, derrocha a manos llenas gastando sin parar, y luego endeudándose para pagar esos gastos, lo cual genera más déficit.

Obsesionado con ahorrar hasta un céntimo, Roig ha puesto a todo el mundo a pensar cómo se puede ahorrar en procesos, empaquetados y métodos. Así, recomendaron a un fabricante de aceite a producir botellas cuadradas porque así se evitaban los espacios llenos de aire en las cajas y se ahorraba dinero. A los de dentífricos a eliminar las cajas. Al final, el beneficiado era el cliente porque bajaban los precios. Ese método de trabajo llamó la atención de la revista “Harvard Business Review”, que le dedicó un artículo. “La cadena de supermercados más grande de España, utiliza las habilidades creativas y de resolución de problemas de sus empleados para sugerir mejoras en productos, embalajes y transporte que ya han ahorrado a la compañía millones de euros. Los empleados de las tiendas de Mercadona están facultados para ordenar productos y presentarlos de una manera que satisfaga a sus clientes y mejore el desempeño de la empresa".

Ahorrar le permitía bajar precios. Si bajas precios, eres competitivo, sobre todo en el mundo de la distribución, donde tienes que competir con empresas de grandes economías de escala como los hipermercados. Esta obsesión por bajar los precios le llevó a eliminar de sus estanterías cientos de productos conocidos de Nestlé, Danone, Tarradellas, Campofrío y muchas más porque le parecían caros. Claro: esas empresas hacían campañas de marketing y publicidad de sus marcas, e incorporaban esos costes al precio del producto. Mercadona apostó por sus productos de marcas blancas, más baratas. Los clientes ahorraron, pero al final, algo no encajaba: los clientes demandaban las marcas de siempre. Hace dos años, Roig tuvo que dar cabida de nuevo a las grandes marcas.

Se ha escrito mucho sobre Juan Roig pero la biografía más certera la escribió el periodista de 'Cinco Días' Javier Alfonso. “Historia de un éxito: Mercadona las claves del triunfo de Juan Roig” (Conecta). El autor le describe como un hombre “seco y directo” que habla “sin pelos en la lengua”. Pone a Roig a la altura de Steve Jobs, el presidente de Apple, en el sentido de que “sus comparecencias en público a escala nacional tienen una repercusión comparable a la que tenía Steve Jobs en sus presentaciones”.

Según su biógrafo, Roig es un aficionado a los libros de gestión, afición que descubrió cuando estudiaba Económicas y Empresariales en Valencia. Allí tuvo un momento de revelación, cuando cayó en sus manos el libro de Edward de Bono “El pensamiento lateral”. La tesis de De Bono es que solemos solucionar los problemas usando patrones típicos. ¿Por qué no prescindir de los patrones y abordarlos con soluciones creativas? A partir de ahí, comenzó a devorar libros de gestión porque cada uno tenía algo práctico. Hoy un equipo de directivos se encarga de buscar, leer y resumir para Roig lo más importante de los libros de gestión o biografías, tanto en España como en el resto del mundo. Esa forma de extraer conocimiento del papel, le fue forjando una especie de “norma universal” que puso en marcha y que se basaba en el esfuerzo bien enfocado. Si la empresa concentra su esfuerzo en todas las personas que se relacionan con ellas, trabajadores, proveedores, clientes, a final obtendrás más ganancias.

Lo que Juan Roig ha estado practicando desde el principio es un método. Si no hay un método, fórmula, receta, reglas o patrón, no hay futuro. Un modelo. “Quien tiene un modelo tiene un tesoro”, dicen que suele afirmar, según su biógrafo. El modelo de Mercadona consiste en un esfuerzo constante de adaptarse al cambio. Para grabar esa idea en la mente de sus empleados, regaló hace muchos años, decenas de copias del libro “¿Quién se ha llevado mi queso?”. Escrito por Spencer Johnson, es una fábula sobre dos ratones que todos los días se encuentran a la puerta de su ratonera un trozo de queso. Un día no hay queso. La respuesta de un ratón es esperar a que vuelvan a traer el queso, y la respuesta del otro ratón es salir a buscar queso. Fábula que representa cómo afrontar el cambio. Así de simple: el cambio se afronta cambiando.

Por ejemplo, en la crisis de 2008, disminuyó la frecuencia con la que todos íbamos a los supermercados. Cambiamos de costumbres. Fue entonces cuando Roig se preguntó. ¿Necesitamos de verdad tomate frito con calcio? ¿Necesitamos más de cien referencias de zumos? Cuando hay una crisis los gustos se hacen más simples. Mercadona respondió eliminando 400 referencias. Había que cambiar y ser más simples.

Al final, todo el esfuerzo canalizado durante cuarenta años con un método basado en el esfuerzo y el cambio le ha compensado: tiene más de 90.000 empleados, vende por 26.932 millones de euros y gana 727 millones de euros. Mercadona es la mayor empresa de España. Es más grande que El Corte Inglés. Más grande que Telefónica. Más grande que Repsol. Y todo gracias a una filosofía muy simple: “Trato cada día de levantarme, trabajar y hacer mejor las cosas”. La cultura del esfuerzo perenne. Del trabajo. Pico y pala. 

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