El coronavirus no ha conseguido calmar las aguas de la junta de BBVA. Pese a que la pandemia ha hecho que la afluencia al bilbaíno Palacio de Euskalduna se haya reducido notablemente tras el aumento de las medidas para seguir la junta de accionistas de forma telemática, la entidad que preside Carlos Torres no ha conseguido librarse de sus accionistas más beligerantes. Tal y como ha podido saber La Información, Luis del Rivero, el expresidente de Sacyr y uno de los presuntos espiados por la entidad, está presente en la sala. Todo ello, en pleno momento álgido del caso Villarejo.
Del Rivero es uno de los propietarios de títulos habituales en estas reuniones. De hecho, en la anterior convocatoria, en marzo de 2019, el viaje a Bilbao del expresidente de Sacyr no fue el más cómodo posible. Tal y como confirman fuentes conocedoras a este medio, en el vuelo de ida coincidieron el propio Del Rivero y Jaime Caruana, el que era entonces gobernador del Banco de España y es actualmente consejero de BBVA y presidente de la Comisión de Auditoría.
Operación 'Trampa'
Este financiero fue una pieza clave en el intento de asalto del banco por parte de Del Rivero y terminó poniéndose del lado del entonces presidente, Francisco González. Por ello, y según confirman las mismas fuentes, la coincidencia de viajar en el mismo vuelo no fue del agrado de ninguno de los dos. Sea como fuere, la entidad bancaria había recomendado a sus accionistas la participación telemática en esta junta por la pandemia del coronavirus. El consejo del banco consideró que, en coherencia con las recomendaciones para empleados -muchos de ellos llevan días teletrabajando-, el medio más seguro para garantizar los derechos de todos los accionistas es la delegación, el voto y la asistencia remota, es decir, sin presencia física.
Luis del Rivero se ha convertido en uno de los protagonistas del caso Tándem. El avance de las diligencias que se llevan a cabo en esta pieza novena del macroprocedimiento puso de manifiesto cómo el que expresidente de Sacyr fue uno de los principales objetivos de control por parte de Francisco González en el año 2004. Precisamente ahí fue cuando el banco recurrió por primera vez a los servicios del comisario jubilado para que espiara no solo a Rivero sino también a empresarios y políticos ligados a una presunta operación de asalto al banco por parte de la constructora. Es lo que el entramado de Villarejo bautizó como operación 'Trampa'.
De acuerdo con el sumario que obra en la causa, el Grupo Cenyt puso en marcha el conocido como 'Proyecto FG' el cual recogía que se practicarían una serie de seguimientos y control de tráfico de llamadas a todos los protagonistas de este caso de espionaje, entre los que se encontraron el exministro de Industria Miguel Sebastián, el empresario Juan Abelló o el banquero Emilio Botín. El comisario jubilado interceptó 869 llamadas en el marco de esta encomienda por la que el banco abonó poco más de 1 millón de euros. El objetivo, según plasmó en el informe de oferta de servicios, era "boicotear las acciones previstas contra K" (en referencia al BBVA) y "provocar el abandono del plan de acoso contra FG".
Por su parte, el socio responsable de forensic en España de PwC, Javier López Andreo, acudió a la Audiencia Nacional el pasado 20 de febrero para explicar ante el magistrado y los fiscales al frente del caso el trabajo de investigación que le encargó el banco. Fuentes jurídicas consultadas por este diario indican que el perito precisó que el BBVA le requirió que redujera sustancialmente el número de ficheros y documentos encontrados tras una exhaustiva búsqueda sobre todos los archivos que guardaran relación con el Grupo Cenyt. Así fue como acotó el monto total a 200.000 (de más de 1,2 millones encontrados) excluyendo en esta primera selección a todo lo relativo al espionaje a Luis Pineda (Ausbanc) y al propio Rivero.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios