Fue el año en el que el equipo directivo y el fondo Intermediate Capital Group se hicieron con el control de la compañía. Y durante ese ejercicio, la empresa especializada en la gestión de 'call centers' Konecta alcanzó unos ingresos de 838 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10% si se excluye el efecto de la devaluación de las divisas, según sus propias cifras. Pese a las dificultades vividas con las monedas en la región, el grupo presidido por José María Pacheco busca seguir acelerando en Latinoamérica, que sigue concentrando más de la mitad de su volumen de negocio.
En estos resultados ha tenido una influencia significativa la última gran adquisición que hizo la empresa en ese año 2019. Se hizo con Uranet (ya convertida en Konecta Brasil), que contaba con una facturación anual superior a los 60 millones de euros anuales. No es la única compra que se formalizó. También incorporó a Sum Talk, la firma con sede en Galicia que gestiona todos los 'call centers' para empresas como Inditex.
No serán las únicas. "Konecta sigue permanentemente abierta a nuevas operaciones de consolidación, siempre de una manera selectiva", aseguran desde la compañía. La región latinoamericana va a ser clave. Sigue considerándola como una "zona de fuerte expansión" para los próximos años. El consejero delegado, Jesús Vidal, asegura que se mantendrán enfocados en crecer con clientes actuales, expandiendo sus servicios, o con nuevas incorporaciones. Hoy cuentan con más de 300 clientes corporativos de los 9 países en los que opera.
Esa apuesta por Latinoamérica se hace en un momento que no resulta fácil en la región, por la devaluación de las divisas. El crecimiento del 10% de la facturación es sin contar con ese efecto. Según los propios números del grupo, en 2018 sus ventas fueron de 830 millones de euros, ocho millones menos que la cifra de 2019. Desde la empresa insisten en una "apuesta estratégica por el crecimiento rentable y sostenible".
En el año 2019, Pacheco, junto con el equipo directivo y el fondo ICG recompraron la totalidad de las acciones en el grupo. Banco Santander salió del capital, donde desde el año 2015 compartía lugar con la gestora internacional PAI Partners, que se hizo con el 40% por 130 millones de euros. El nuevo accionista, con sede en Reino Unido y 12.000 millones de euros de activos en su cartera, fue inversor de otros grupos como Vitaldent.
Con esta operación, este fondo, junto con el equipo directivo, renovó la financiación de la compañía también durante ese ejercicio. Así, logró un colchón de 380 millones de euros por parte de más de 30 inversores, desde banca hasta fondos institucionales, entre los que se encontraban JP Morgan o Deutsche Bank.
Con esa financiación asegurada, el grupo tiene planes de inversión orgánica para los próximos tres años que se enfocarán en las soluciones vinculadas a la nube o relacionadas con el comercio electrónico. Este ejercicio 2020, la compañía, al igual que otras del sector, se han visto parcialmente afectadas por la crisis del coronavirus, con varios ajustes temporales de plantilla.
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