Pierde casi 1.000 millones

La alta dirección de Sareb pasó de 20 a 26 miembros con las pérdidas desbocadas

  • El banco malo nació en 2012 con 10 directivos, en 2018 eran 20 y han disparado el número en 2019: pese a los números rojos, se repartirán dividendos
El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen
El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen

La Sareb, el banco malo que absorbió en 2012 los activos tóxicos inmobiliarios de varias de las entidades financieras golpeadas por la crisis económica, es un agujero de pérdidas cuyo modelo de gestión está más que en entredicho: los números rojos en 2019 rozaron los 1.000 millones de euros, tal y como la sociedad informó ayer jueves 26 de marzo. Pese a perder 70 millones más (un 8%) que en 2018, se repartirán dividendos a toda la plantilla; y por último, en el último ejercicio la alta dirección creció en seis personas más, pasando de 20 a 26, todo ello en un contexto alarmante de números rojos.

Así lo constatan los datos de la web en el apartado Nuestro Equipo Gestor, que no incluyen por cierto al nuevo director general adjunto fichado en febrero, Javier García del Río, procedente de Solvia, el antiguo servicer del Banco Sabadell. Según el Informe Anual de la Actividad correspondiente a 2018, en 2018 había 20 directivos (19 en 2017), de los que 13 eran hombres y siete mujeres. Ahora la brecha de género es todavía más grande: 19 hombres frente a siete mujeres.

En su primer informe anual elaborado a finales de 2013, el banco malo recogía la presencia de 10 directivos. Echegoyen accedió a la Presidencia en enero de 2015. A finales de 2016 la alta dirección ya estaba compuesta de 19 miembros, a pesar de algunas y muy sonadas salidas de algunos directivos, empezando por el equipo de valoración de riesgos.

La brecha de género aumenta

En cualquier caso y tras reducir pérdidas en un 15% en 2017 (565 millones de euros), éstas aumentaron en un 55% al año siguiente (878 millones) para volver a crecer un 8% ahora, hasta los 947 millones de euros de números rojos. El Consejo de Ministros aprobó el pasado 10 de marzo una modificación de la Ley de Sociedades de Capital, permitiendo así a Sareb evitar la disolución debido al consumo de sus recursos propios.

Con relación al organigrama, además del presidente Jaime Echegoyen, aparecen en segunda línea cinco directivos (director general de Negocio, director general de Control y Riesgos, subdirector general de Estrategia, Precios e Información, subdirectora general de Medios y director de Desarrollo, Promoción e Inversión). 

A punto de la disolución

De Echegoyen dependen los directores de Auditoría Interna, Comunicación, Responsabilidad Social Corporativa y Relación con Inversores. De Control y Riesgos emanan las direcciones de Intervención General y Riesgos, Regulación y Control y Asuntos Legales. De Negocio se derivan las cinco direcciones territoriales (Noroeste, Noreste, Sur, Centro y Este). De Estrategia salen dos direcciones, Proyectos Estratégicos y Planificación. Y de medios otras cinco direcciones: Procesos y Back Office, Tecnología, Seguridad Corporativa, Gestión de Personas y Operaciones. La suma de todos asciende a 26, sin contar al nuevo director general adjunto. 

La actual dirección de Sareb siempre ha defendido que el volumen de actividad de la sociedad es mucho más grande ahora que en 2013. Y asegura que la firma se encuentra ahora mismo inmersa en un proceso de contención de gastos, y que se han congelado las subidas salariales para el actual ejercicio 2020. Sareb llevará a cabo la mudanza de sus oficinas centrales, actualmente localizadas en el madrileño Paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios, hasta un edificio de su propiedad en Mirasierra tras las importantes subidas de rentas que se están llevando a cabo en la zona de Azca como consecuencias de las obras de reforma y mejora del entorno.

Contención del gasto

A pesar de estas decisiones, el resultado negativo de 947 millones ha sido inesperado. En la nota de prensa sobre los resultados enviada este jueves, la sociedad que tiene un 45% de capital público achaca esta sangría "a que la compañía haya cargado en 2019 impuestos por valor de 83 millones de euros correspondientes a Activos Fiscales Diferidos que no se materializarán en el futuro". El reparto de dividendos no parece venir sustentado por un respaldo económico a tenor de las cuentas anuales. En teoría el banco malo desaparecerá en el año 2027, tras desprenderse de sus activos. 

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