La banca sondea a Fridman para que dé garantías sobre su permanencia en Dia

  • Aspiran a que desvele si acude a la inyección de fondos, estimada en 600 millones, lo que podría obligar al inversor a lanzar una opa por la empresa.
El inversor ruso Mikhail Fridman.
El inversor ruso Mikhail Fridman.
Efe

Más allá de hacer patentes las desavenencias en el consejo de administración, los bancos acreedores de Dia aspiran a que el magnate ruso Mikhail Fridman empiece a mostrar cuáles son sus verdaderas cartas. En concreto, sondean al inversor para saber si acudirá a la ampliación de capital que la compañía de supermercados quiere poner en marcha en la primera mitad de 2019, con la que aspira a dar aire a sus finanzas. En total, 600 millones de euros, de los que cerca de 175 corresponderían a Fridman, a través de su sociedad Letterone, dado que actualmente controla algo más del 29% del capital.

Dentro de la docena de bancos acreeedores de Dia, según indican fuentes financieras, crecen las voces que piden más claridad al inversor para que aclare, por un lado, si dará luz verde a la ampliación de capital, que debe recibir el visto bueno de la junta de accionistas de Dia. Una reunión que no llegará hasta que se aprueben sus resultados de 2018.

Por otro, saber cuál es su voluntad a futuro dentro de la empresa, si quiere seguir como accionista de referencia. Y, si lo hace, hay tres opciones: diluir su participación actual acudiendo a la ampliación de capital pisando el freno, mantenerse como está con el 29% o ir un paso más allá y convertirse en el único propietario.

Si el magnate acude a la inyección de fondos y supera esa barrera de 175 millones de euros, Fridman rebasaría la barrera del 30% del capital, con lo que estaría obligado a lanzar una oferta de compra (opa) por el 100% del accionariado. Hasta el momento, el inversor siempre ha asegurado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que no estaba en sus planes formular una propuesta de compra.

Pero esas comunicaciones de prudencia en sus movimientos llegaron en otro ciclo, cuando Fridman fue comprando (de forma progresiva y con el respaldo de Goldman Sachs) primero el 10% de Dia y, después, el 25% y el 29% de la empresa de Las Rozas (Madrid). Unas operaciones que realizó cuando la acción de Dia rondaba los 5,2 euros, en julio de 2017; y los 4,4 y 2 euros, en enero y septiembre del ejercicio aún en curso.

Hoy, en cambio, cada título de la empresa encabezada por Antonio Coto está en 0,36 euros, después de cerrar este jueves con un nuevo desplome del 9,9% y ahondar, de nuevo en mínimos históricos.

Una tendencia a la baja que pasaría una severa factura a Fridman en caso de no acudir a la ampliación porque, a los precios actuales, el magnate acumula unas pérdidas latentes de 700 millones de euros. La compañía 'sólo' vale actualmente en bolsa 222 millones y la participación de Mikhail Fridman no llega a 65.

La presencia de Fridman en el futuro de Dia no es la única incógnita por resolver. La compañía mantiene abiertas las negociaciones para reestructurar su deuda con la banca que, a cierre de septiembre, superaba los 1.400 millones de euros. Además, la compañía ultima los detalles para una inminente inyección de fondos, que se traduciría en 200 millones de euros en líneas de liquidez con las que seguir operando con normalidad y gestionar con aire el pago a proveedores.

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