Cómo se derrumbó Abengoa, según la versión del acusado Benjumea

  • El expresidente de la multinacional culpa al Santander su derrumbe al exigir su salida, pero el fiscal cree que renunció para cobrar 11,4 millones
Imagen de Felipe Benjumea
Imagen de Felipe Benjumea
EFE

El fiscal de la Audiencia Nacional José Perals cree que Felipe Benjumea conocía que la situación de Abengoa no era buena. Y que, ante el riesgo de derrumbe, optó por simular su cese como presidente de la compañía para cobrar una indemnización de 11,4 millones solo dos meses antes de que la empresa presentara el preconcurso. Por eso reclama 5 años de cárcel para él como presunto autor de un delito de administración desleal. Sin embargo, Benjumea se presentó ayer en la Audiencia Nacional como la garantía viabilidad de esa empresa. Una garantía que quebró en mil pedazos el Santander al exigir sorpresivamente su salida para apoyar la ampliación de capital de 650 millones. Sin él, según su versión, Abengoa quedó abocada al fracaso.

El expresidente hizo ayer un relato pormenorizado de la caída de la compañía que presidió desde 1991 hasta el 23 de septiembre de 2015, en el que el fiscal le permitió hablar. Situó el origen de todos los problemas en las "posibles desviaciones" que detectó la empresa en sus proyectos en Chile, México y Brasil a lo largo de 2015. Benjumea incidió sobre todo en este último país. Dijo que el Banco Nacional de Desarrollo brasileño comunicó a la compañía que reducía sus inversiones, lo que obligó a la firma a enviar más fondos. Ante ese hecho, declaró el expresidente ahora acusado, tras una fase de estudio con varias entidades, entre ellas Citibank, la compañía decidió a final de julio de 2015 que lo mejor era afrontar una ampliación de capital que reforzara la liquidez para esos proyectos en América Latina.

El 3 de agosto el consejo anuncia la ampliación por valor de 650 millones de euros, una cantidad cercana a los "desvíos" de gasto previstos. Se trataba de una operación fundamental para la compañía, según Benjumea. Era necesario crecer, porque si no se conseguía, Abengoa tendría que afrontar problemas de liquidez. Desde ese día y hasta el 13 se septiembre se inician las conversaciones con los bancos. El primer banco del mundo HSBC, Bank of America, Citibank, Santander y Crédit Agricole comienzan a analizar a fondo la situación de la empresa y sus estrategias de inversión. El 13 de septiembre, el consejo aprueba dar poderes a Benjumea para firmar el contrato de aseguramiento de la ampliación. Es un acto fundamental. Si los bancos no son capaces de colocar las acciones, se comprometen a poner ellos el dinero.

Pero al día siguiente, cuando se iba a firmar ese contrato, todo cambió de un modo inesperado, según el expresidente de Abengoa. De forma no prevista, el presidente del Santander España, Rodrigo Echenique, cita al entonces consejero coordinador de Abengoa, Antonio Fornieles. El ejecutivo del primer banco español le comunica, supuestamente, que no están dispuestos a firmar ese contrato si Benjumea no sale del consejo de administración. Durante la fase de instrucción del caso, sin embargo, esa entidad mantuvo que la salida del entonces presidente era solo una recomendación. El antiguo máximo ejecutivo de Abengoa, sin embargo, lo presentó ayer ante el tribunal como una "condición innegociable" para seguir adelante con el incremento de capital.

"Fornieles me llama, nos reunimos y me comunica esa condición", explicó Benjumea en la Audiencia Nacional. "A partir de ese momento se reúne el consejo sin mi presencia de manera informal para debatir lo que ocurre. Les sorprende la decisión porque es algo gravísimo para la marcha de la compañía", añadió el expresidente. El entonces consejero delegado, Santiago Seage, hace acto de presencia y asegura que ha hablado con el HSBC y que el Santander no le ha comentado nada de esa condición y que, por tanto, su comité de riesgos había aprobado el contrato de aseguramiento con Benjumea como presidente. Pero ante la nueva posición del banco español, el británico se replantea su posición y se niega a firmar. Se cae la operación. Poco después, según Benjumea, Echenique vuelve a llamar. Dice que retira la condición de su cese, pero el consejo concluye en nada. El aseguramiento queda sin firmar. 

El episodio, según la versión de Benjumea, produce una enorme quiebra en la confianza en la compañía. "Se produce un daño brutal para Abengoa al retrasar la operación por una causa de este tipo", dijo ayer en el plenario. El rumor corrió como la pólvora entre las empresas del sector y los bancos. Pero Benjumea, según dijo ayer, ante la marcha atrás del Santander, no ceja en su empeño de reconstruir la ampliación. Quiere salvar una empresa con 34.000 empleados y proyectos dispersos en 81 países. El expresidente ejecutivo aseguró que, a partir de ese momento, hace todo lo posible para "no perder el pulso de los negocios y la competencia", pero la debacle ha comenzado. Los bancos comienzan a cancelar líneas de crédito al gigante energético.

Es entonces cuando Echenique y Benjumea se vuelven a reunir. Y el primero, según el segundo, vuelve a plantearle la condición de forma aún más severa. "Tú te vas y si no, no se firma la operación", dice que dice Benjumea que le dijo el directivo del Santander. "Te vas del consejo y nombras a Javier Monzón", añadió este último. El expresidente asegura que se negó a dejar su puesto. "Yo no me voy, pero si el consejo me despide no seré un obstáculo para que se firme el contrato de aseguramiento", dice que respondió a Echenique.

Después, según su testimonio, le aseguró que él no podía nombrar a Monzón, que tenía que ser el consejo el que lo hiciera. Y le sugirió que el nombramiento de este último sería una mala idea: "Ha sido hasta hace poco un gran competidor de Abengoa", dijo sobre el expresidente de Indra. El presidente de Santander España retiró entonces su propuesta. "Que se nombre a una persona de la casa y ya diré yo algo más adelante", asegura Benjemea que le dijo. "No tengo nada personal contra ti, pero has perdido la confianza del Santander", añadió.

El retraso de la ampliación de capital que solo una semana antes parecía hecho se dificulta cada vez más. A partir de ese momento, según Benjumea, los bancos empiezan a exigir nuevas condiciones. HSBC impone que Abengoa obtenga una nueva línea de crédito y que el resto de los bancos que en esos días las habían cancelado, las repongan. 

Salida o falta de fondos

En medio de ese ambiente llega el consejo del 23 de septiembre. El objetivo de la reunión de ese día era firmar el contrato de aseguramiento con las nuevas condiciones, entre ellas la nueva línea de liquidez. Pero una hora antes de que empiece, los representantes del Santander, HSBC y Crédit Agricole se reúnen con el consejero delegado (Seage). Según el testimonio del expresidente, comunican a este último que o el secretario del consejo confirma en la sala la salida de Benjumea o no se firma ni el aseguramiento ni el crédito.

"El consejo de administración no tiene capacidad de maniobra ni de elección", declaró ayer Benjumea. "O decide no despedirme y no firmar la solución de liquidez o me despide y la firma. Tiene que tomar una decisión en contra de su voluntad pero en beneficio de la empresa. Porque aprobar un contrato de aseguramiento significa avalar que Abengoa esta bien y que esas operaciones son suficientes para el futuro de la compañía a largo plazo", añadió. El consejo aprueba su cese como presidente y admite su dimisión como consejero.

Es entonces cuando Benjumea recibe su indemnización de 11,4 millones de euros por la que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional. Pero su relación con Abengoa no acaba. El presidente cesado firma un nuevo contrato de prestación de servicios como asesor del consejo con el mismo sueldo que venía recibiendo. Ayer aseguró que con ese asesoramiento al nuevo presidente, la compañía puso en marcha una especie de "fase de transición". "Tratábamos todos de ayudar a que no fracasara la ampliación de capital. Era necesario no perder el 'track record', todo el conocimiento de la empresa, de su tecnología, de los años que yo llevaba al frente...", aseguró. 

Benjumea permaneció en Abengoa en esas condiciones entre el 23 de septiembre, la fecha de su cese como presidente, y febrero de 2016. El exdirectivo aseguró en el juicio que, sin embargo, no cobró un solo euro por esa labor. "El contrato dice que el pago se factura trimestralmente y cuando tenía que presentar la primera factura Abengoa ya estaba en preconcurso. Me pareció mal", señaló.

Desde su nuevo puesto, Echenique siguió negociando con los bancos. A finales de octubre de 2015 se volvió a reunir con Echenique. Este le dijo que Gestamp, el fabricante de componente de automóvil controlado por la familia Riberas, estaba dispuestos a rescatar Abengoa. Benjumea, según dijo ayer, cedió el control. Pero poco después, Gestamp se echa atrás. Solo entrará en caso de que las líneas de crédito que se han cancelado, se repongan. El expresidente, entonces asesor, vuelve a hablar con Echenique. "¿Tienes alguna otra idea brillante para salvar Abengoa?", aseguró ayer Benjumea que le lanzó. Era 24 de noviembre. Al día siguiente, el que pocos meses atrás parecía un gigante energético, pidió el preconcurso en un juzgado de Sevilla.

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