Vuelta a la casilla de salida. La batalla de ofertas entre ACS-Hotchief y la italiana Atlantia por la compañía de autopistas Abertis, vigilada de cerca por el Gobierno, ha quemado alguno de los compromisos negociados para facilitarla. Hace apenas un mes, Red Eléctrica de España (REE) y Abertis, propietaria del 57% de Hispasat, tenían prácticamente cerrada la compra-venta de la filial de satélites. REE pondría 1.000 millones sobre la mesa para controlar la compañía, un activo estratégico desde el punto de vista del Gobierno.
Las reticencias de los Ministerios de Energía y de Fomento a la compra de Abertis por el grupo que dirige Giovanni Castellucci y la batalla abierta por el Gobierno con la CNMV han cambiado el escenario. El preacuerdo REE-Abertis-Hispasat ha caducado, apuntan fuentes internas de REE. Lo que quiere decir que han caducado también los plazos y los importes pactados en el plan inicial de compra.
Esos planes incluían la adquisición del 33% de las acciones de Hispasat que están en manos de Eutelsat por Abertis, antes del traspaso a Red Eléctrica, que se haría así con el 90,74% de la sociedad.
Petición de autorizaciones
Para plantear de nuevo la operación habrá que esperar a ver qué sucede con las autorizaciones que exige el Gobierno -con Energía como punta de lanza- a los aspirantes a controlar Abertis y sus filiales. Son cuatro autorizaciones: de defensa; de uso de espacio público; de utilización del espectro y de planes de negocio. Cuestión de meses.
Para Abertis, la venta de Hispasat, cuando se cruzan ofertas de en torno a 18.000 millones, es un tema menor. La compañía alude al deber de pasividad cuando hay opa de por medio para evitar cualquier acción o valoración en torno a la posible venta de Hispasat. Ello a pesar de que Hispasat no llega al 5% del balance. Pero en Hispasat (229 millones de facturación y 100 millones de beneficios en 2016) hay cierta preocupación y desconcierto, según fuentes al tanto de las negociaciones.
Lo del desconcierto es comprensible a la vista del cruce de declaraciones que se produjo la semana pasada. La secuencia fue un tanto alocada. Según las informaciones publicadas, responsables de Red Eléctrica de España (20% de la SEPI) trasladaron a representantes de fondos de inversión que la compra de Hispasat era poco menos que una imposición del Ejecutivo. El ministerio de Energía lo negó de inmediato y el presidente de REE, José Folgado, corroboró la ausencia de presiones.
REE sostiene que, como entidad privada cotizada en el mercado, mantiene su estrategia de búsqueda activa de oportunidades de inversión tanto de sus actividades consolidadas, transporte de electricidad en España y la actividad de telecomunicaciones, como en el ámbito internacional.
Afirmaciones y desmentidos
El cruce de afirmaciones y desmentidos revela que la partida se mantiene. Pero con parón. Fuentes ministeriales sostienen que REE ha reconsiderado su disposición inicial a comprar Hispasat porque no le salen los números. Según esa versión, REE carece de experiencia en el complicado negocio de satélites, carece de otras infraestructuras con las que realizar sinergias y dependería de otros para rentabilizar la inversión. Esas dificultades explicarían la justificación esgrimida ante los fondos para explicar su interés por Hispasat.
Oficialmente, REE mantiene que la compra encaja en sus planes de diversificación y que no apura su situación financiera. La proporción entre su deuda (5.614 millones a junio de 2017) y recursos propios es relativamente baja, del 63%, explican fuentes de la empresa, cuando la media en compañías similares está en el 72%. Habría margen, sostienen.
Red Eléctrica prevé invertir 2.113 millones de euros hasta 2019 en aplicación de la segunda mitad de su plan estratégico 2014-2019.
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