La disidencia interna explota en Ciudadanos en la recta final a las generales

    • La formación empieza a acusar los riesgos de la fractura, pero elige una ejecutiva fiel al líder.
    • Las bajas de varios dirigentes y destacados militantes coinciden en las acusaciones al "caciquismo".
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

Con el tiempo electoral apremiando y aún en pleno proceso de organización, Ciudadanos empieza a acusar los riesgos de verse desinflado desde dentro. Como en Podemos, donde existe ya una división clara entre dos corrientes de partido, la formación naranja ve descoserse también ahora las fracturas de su disidencia.

Los de Rivera han recibido hoy un toque de alarma. La dimisión de una de sus principales dirigentes en Cataluña, Francesca Benito, por "graves discrepancias" con la dirección. La marcha de la subsecretaria de organización catalana se produce tras sus críticas a las primarias en la región, a las que decidió recurrir como número tres pese a la insistencia de la cúpula de que lo hiciese en quinto lugar. La elegida fue finalmente Elena Faba, la candidata aupada por la dirección.

En sus pocos meses de vida a nivel nacional-el partido lleva ya siete años en Cataluña-los desencuentros por las maneras de la dirección se han ido sucediendo por prácticamente todos los territorios y paralelamente, la última expresión de ese descontento, las dimisiones.
Por su peso específico, la de Benito ha trascendido de manera especial. Pero también rotunda fue, hace unos meses, la del en su día candidato madrileño, Jaime Trabuchelli, quien cargó tintas contra la dirección en su marcha.

"Yo me fui de Ciudadanos porque un partido que atropella a las buenas personas no merece mi tiempo, mi esfuerzo y mi dinero. Porque un partido que ha sido asaltado por una ejecutiva que no está dispuesta a soltar las riendas bajo ningún concepto y quiere llamarse democrático, es una estafa a la sociedad", escribía en su blog personal.

Las críticas de Tracuchelli llegaban a propósito de las expulsiones de tres destacados simpatizantes de la corriente más crítica en Madrid, Álvaro Arranz, Thibaut Deleval y Fran Calderón. En sus primarias resultó ganadora la actual portavoz 'naranja' en el Consistorio, Begoña Villacís, la candidata aupada por la cúpula y que no cumplía con los seis meses de afiliación que exigen los reglamentos.
El madrileño advirtió entonces de un silencio cómplice con las imposiciones de Rivera que atribuyó al "miedo a quedar fuera, a que te marque el poderoso, a echar por tierra tus esfuerzos". Desde el sector crítico se asegura en cambio ahora: "Esto va a explotar".Tránsfugas, caciquismo y censuras

La crítica se expresa desde hace meses de manera organizada a través de la Plataforma por las Garantías Ciudadanas, la cara más visible del malestar con la línea oficialista. En sus canales de denuncia afloran las críticas: caciquismo en procesos de elección, tránsfugas aupados, candidatos de pasado cuestionable en otros partidos...

La carrera de primarias para el 24-M fue un punto álgido, con acusaciones de "falta de transparencia" y "caciquismo" multiplicadas desde distintos frentes y agravadas por la llegada masiva de miembros de UpyD en primeros puestos. Las discrepancias resultaron especialmente rotundas en Galicia, donde la crisis por lo que se consideró una imposición desde la dirección, se tradujo en una oleada de bajas. El partido de Rivera vetó las candidaturas electorales de sus agrupaciones en A Coruña, Ferrol y Ourense al negarse a aceptar sus responsables locales a candidatos llegados de la formación 'magenta' y los dirigentes de esta última fueron claros: el partido les había "cortado la cabeza" sin comunicarles "nada". La dirección había decidido incluir en puestos de salida a un exafiliado de UpyD en Ourense, Laureano Bermejo.

Por entonces, una veintena de afiliados en León remitían también un documento al Consejo de Dirección del partido en el que le advertían de las "actitudes dictatoriales y poco democráticas" del coordinador provincial, Sadat Maraña, a quien acusaban de cometer "flagrantes irregularidades" en los procesos de participación. Así, los simpatizantes denunciaban la "imposibilidad" de realizar un voto secreto en una de las asambleas o el "impedimento a los candidatos no oficialistas, que no oficiales, a presentarse en igualdad de condiciones que las candidaturas impuestas por la Junta Directiva". Maraña encabeza actualmente la lista al Congreso de los Diputados por León.

A las dimisiones en "bloque" se han ido añadiendo renuncias a cuentagotas, aunque no por ello de menor valor estratégico para el partido. Hace unos meses, fue el líder de Ciudadanos por Badajoz, Antonio Manzano, quien comunicó su marcha y la renuncia a presentarse como candidato a las municipales con una carta abierta en la que hilaba un reguero de críticas hacia la organización. "Ciudadanos me ha demostrado que cualquier partido nacional es más de lo mismo, primero están los intereses de partido, los pactos, las traiciones y las componendas y después los ciudadanos", afirmó Manzano, quien pese a considerar a Rivera "un magnificó líder", aseguró también que "detrás de él no hay nadie".

El dirigente extremeño sumó en su marcha críticas a las imposiciones- "A mí nadie me va a imponer desde Cáceres la lista para presentarme al Ayuntamiento de Badajoz"- y sugirió también censura en las informaciones emanadas desde el partido. "Para enviar cualquier nota de prensa hay que enviarla primero a Barcelona, donde la mutilan o le quitan chispa...". Las voces más críticas con estos 'corsés' señalan en especial a Fran Hervías, responsable de organización y hombre 'a la sombra' de Rivera.Germen de partido en la Comunidad Valenciana

Las bajas han ido retrasando el proceso de construcción de un partido que aspira a abrazar todo el territorio nacional. La Comunidad valenciana, sin duda una de sus plazas estratégicas, fue de las primeras en expresar el malestar. Sólo unos meses después de la ambiciosa implantación 'naranja', el año pasado, varios militantes y miembros de la organización encargada de dirigir el proceso presentaron su renuncia. El motivo, una vez más, las discrepancias por las decisiones marcadas desde Barcelona.

La comunidad se ha articulado de hecho como una de las más díscolas con las maneras de la dirección, hasta el punto de que varios miembros de las bases más críticas planean el germen de un nuevo partido, un importante golpe de efecto para los contrarios al oficialismo.

El malestar 'valenciano' se agitó especialmente en el proceso en el que Toni Cantó, exdiputado de UpyD, fue designado número dos de la lista de Ciudadanos por Valencia para las próximas elecciones generales al imponerse a su rival por la segunda posición de la lista, Andrés Goerlich, por apenas 67 votos, 326 contra 259. La llegada del actor y político, muy respaldado desde Barcelona, sigue irritando a las bases, muy críticas también con la actitud autoritaria de los de Rivera y de la falta de comunicación con una dirección que, según denuncian, hace insistentemente oídos sordos a sus sugerencias. Varias son las ocasiones en las que militantes aseguran haber tratado de contactar con la cúpula, con la callada por respuesta.Una ejecutiva con gente de confianza de Rivera

El Consejo General de Ciudadanos ha aprobado este miércoles la nueva Ejecutiva nacional del partido propuesta por el líder de la formación, Albert Rivera, y que contempla la incorporación de 12 nuevos miembros que se suman a los 12 integrantes hasta ahora.

La conclusión es clara: Rivera quiere cabalgar con los suyos, con los que se siente arropado y prefiere que los disidentes se marchen. Quiere ganar el partido de las generales y lo quiere jugar con sus propios jugadores. Suele ser normal en todos los partidos, los de antes, los de ahora y los que vendrán. Nadie se enfrenta a la batalla con los díscolos. Otra cosa es que estos sean demasiados para un partido tan joven y donde la palabra tolerancia, diálogo y pacto es lo que domina.

En declaraciones a los periodistas tras intervenir ante el Consejo, Rivera ha explicado que la nueva dirección se reunirá por primera vez en Madrid el martes 1 de septiembre, mientras que su segunda reunión se celebrará en Barcelona el día 10.00 horas antes de que arranque la campaña electoral del 27S.

Según Rivera, este doble emplazamiento de las reuniones demuestra la apuesta del partido por "esa España autonómica", y en los próximos días --tiene un mes según los estatutos para hacerlo-- está previsto que anuncie ya qué cargos ocupa cada miembro de la nueva Ejecutiva.

El partido, que por primera vez se presentará a las elecciones generales con Rivera como candidato a la Moncloa, suma a su dirección a seis de sus líderes territoriales: Juan Marín (Andalucía), Carolina Punset (Comunitat Valenciana), Ignacio Aguado (Comunidad de Madrid), Xavier Pericay (Baleares), Susana Gaspar (Aragón) y Luis Fuentes (Castilla y León). Allí coincidirán con la cabeza de lista al Parlamento catalán, Inés Arrimadas.

Se incorporan igualmente portavoces municipales elegidos en los comicios de mayo, como Begoña Villacís (Madrid), Fernando Giner (Valencia). Ya estaba en la dirección Carina Mejías, portavoz en Barcelona.La estrella de economía del partido, Garicano, en la ejecutiva

Además, Rivera ha incluido al catedrático de Economía Luis Garicano, responsable del programa económico del partido, al eurodiputado Javier Nart, a la escritora gallega Marta Rivera, número 2 en la lista al Congreso por Madrid, y a la candidata al Congreso en Tenerife, Melisa Rodríguez.

Repite en la Ejecutiva buena parte del equipo de confianza de Albert Rivera, como Matías Alonso, secretario general, Fran Hervías, responsable de Organización, José Manuel Villegas, jefe de gabinete del presidente, Carlos Carrizosa, subsecretario de Política Municipal, José María Espejo, subsecretario de Organización, Fernando de Páramo, Comunicación, Carlos Cuadrado, secretario Finanzas, Antonio Espinosa, Acción Política, y el eurodiputado Juan Carlos Girauta.

Aun así, el líder de C's ha recordado que esta primera Ejecutiva nacional será efímera, ya que el partido debe celebrar un congreso en 2016 --posiblemente en la primavera-- en la que se volverá a someter a votación la dirección.

El pasado martes, Rivera justificó la propuesta aprobada este miércoles por el Consejo General de Ciudadanos en que "ha crecido el número de militantes, así como en representación autonómica y municipal, con más de 1.527 concejales, 756 grupos municipales, 74 diputados autonómicos y 12 grupos parlamentarios autonómicos".

Según los estatutos del partido, que fueron modificados el 1 de noviembre de 2014, el comité ejecutivo incluye al presidente, al secretario general y a los secretarios ejecutivos responsables, como mínimo, de las áreas de organización, tesorería, comunicación, acción política y relaciones internacionales.

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