Foro La Información - Anpier

La fotovoltaica y el autoconsumo serán grandes impulsores de la España rural

Los expertos defienden el desarrollo de los pequeños parques y el autoconsumo, frente a los megaproyectos de los grandes fondos de inversión que solo buscan la rentabilidad.

Paneles solares
La fotovoltaica y el autoconsumo serán grandes impulsores de la España rural. 
L.I. 

Los pequeños parques fotovoltaicos y el autoconsumo se postulan como uno de los grandes impulsores de la España rural, frente a otros megaproyectos propiciados por compañías y fondos de inversión internacionales. Esa fue la principal conclusión del foro virtual sobre 'La energía fotovoltaica: una gran oportunidad para los entornos agro-rurales', organizado por La Información y patrocinado por Anpier, en el que participaron Javier García Breva, experto en modelos energéticos y presidente de N2E; Miguel Blanco, secretario general de COAG; Pablo Corredoira, socio director de Haz Energía y Jorge Edo, miembro de la junta directiva de Anpier (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica).

Jorge Edo, que cifró en más de 5.000 los productores asociados en la actualidad a Anpier, recordó que en 2007 y 2008 muchos españoles ya invirtieron de forma distribuida en energía fotovoltaica, cuando las grandes empresas no quisieron hacerlo. “La mayoría de las más de 60.000 familias que destinaron su dinero en aquel momento a pequeños parques fotovoltaicos (los denominados huertos solares) eran agricultores y cooperativistas, e invirtieron un total de 25.000 millones de euros”. Esta iniciativa hizo posible también “la reducción tan importante que se ha producido desde entonces en el coste de este tipo de energía, que hoy supone un 80% o 90% menos”.

Aunque muchos de los que se endeudaron en 2008 para llevar a cabo sus proyectos terminaron arruinados por el cambio de reglas que llevó a cabo posteriormente el Gobierno, los expertos coincidieron en que ahora se abre una nueva oportunidad para los pequeños inversores. En este sentido, Edo aseguró que “la energía fotovoltaica tiene la virtud de acercar las renovables al agricultor allí donde las necesita”; y exhortó al gobierno a cambiar el enfoque de las subastas de energía “para que los pequeños parques, gestionados en el propio territorio, puedan optar también a ellas”. En cambio, puso en duda la oportunidad de los grandes parques fotovoltaicos (por encima de las 1.000 hectáreas) que algunas compañías y fondos de inversión se están planteando en España y que, a su juicio, acarrearían “importantes impactos visuales y medioambientales”.

Comunidades energéticas

Javier García Breva, de N2E, recordó la importancia de la agricultura en la consecución de los objetivos de reducción de emisiones planteados por la Unión Europea. Y, en este contexto, destacó el papel de la energía fotovoltaica por ser “la más democrática” y por su “flexibilidad”, algo que están demandando ahora “tanto las redes eléctricas como el cambio del modelo energético”. Esta flexibilidad es la que “permite transformar cada centro de consumo en uno de generación”. Aunque, a su juicio, el desarrollo de la generación distribuida está olvidado en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), “es el gran elemento que puede hacer que la fotovoltaica se desarrolle enormemente, no a través de grandes plantas sino de pequeñas instalaciones vinculadas a los centros de consumo”. Según García Breva, las grandes ventajas de la generación distribuida son que “estabiliza la red eléctrica, mejora la seguridad energética y, sobre todo, produce una energía barata y limpia”.

Entre las posibles herramientas para desarrollar la fotovoltaica a través de la generación distribuida, citó el autoconsumo y las comunidades energéticas; éstas últimas “permiten agrupar diversas instalaciones y participar así directamente en los mercados”. Los principales protagonistas de estos proyectos serían las explotaciones e instalaciones agrícolas y ganaderas, lo que ayudaría a “preservar también la biodiversidad de nuestro territorio”, algo que “el desarrollo de las renovables está olvidando en nuestro país”. Eso sí, también advirtió que el desarrollo de la generación distribuida requiere un cambio en la regulación eléctrica, “tanto en la estructura del recibo de la luz y en el uso de los contadores inteligentes como instrumentos de eficiencia energética, como un replanteamiento de las redes eléctricas, sobre todo las de baja tensión”.

Fondos de reconstrucción

Miguel Blanco, secretario general de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), también resaltó el papel de la energía fotovoltaica en la contribución de la agricultura y la ganadería a los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero y lucha contra el cambio climático. Así, aseveró que “cumplir los requisitos de la Unión Europea pasan por el autoconsumo y la eficiencia energética en muchas actividades del mundo rural”, y añadió que “nosotros somos los más interesados en preservar este medio porque vivimos de él”.

También se refirió a los fondos europeos de recuperación y dijo que “uno de los destinos de la partida de 1.051 millones de euros que corresponden al sector agrario será el uso de las energías renovables”, un objetivo en el que destacó el papel del autoconsumo. Y, como ejemplo de la importancia de la fotovoltaica, afirmó que un metro cubico de agua desalada con esta energía costaría 30 céntimos, frente a los 60 si se realiza con otras convencionales. Por otra parte, advirtió del avance de “los fondos de inversión extranjeros y las grandes compañías internacionales, que están entrando de lleno en la agricultura y van a terminar apoderándose de ella”, y de “las megaplantas” de producción energética que están impulsando.

Pablo Corredoira, de la consultora Haz Energía, constató el desarrollo del autoconsumo que se está produciendo en España en los últimos ejercicios. “Este año se han puesto en marcha unos 623 megavatios, una cifra pequeña si la comparamos con la de los grandes parques, pero muy importante si tenemos en cuenta que se trata de micro-instalaciones”. Así, afirmó que “el autoconsumo ha pasado a ser un vector no solo complementario, sino critico en el desarrollo del país”; y que “la importancia que pueda tener en la generación distribuida, de cara al desarrollo agro-rural, está cimentada en la competitividad, porque reduce el precio de la electricidad”. Además, el hecho de que las instalaciones se encuentren cerca del punto del consumo “no solo disminuye los costes económicos, sino que también reduce las pérdidas de energía que, de otra manera, se producirían en el camino”.

Por otra parte, Corredoira dijo que “las energías renovables generan un empleo muy cualificado y estable”, y añadió que la fotovoltaica “es limpia, no genera emisiones y resulta muy fácil de instalar”. En este sentido, expuso que el gobierno debería plantearse qué modelo queremos desarrollar en nuestro país: “Un oligopolio con grandes parques y pocos propietarios, o un sistema de generación social con muchos pequeños inversores y parques que permitan nutrir toda la demanda energética”.

Economía real

García Breva (N2E) advirtió acerca del riesgo que entraña la participación de los grandes fondos de inversión en los proyectos fotovoltaicos. “El gran peligro es que, igual que entran, pueden salir en cualquier momento, porque su objetivo es obtener la máxima rentabilidad de su inversión”. Y concluyó que, por lo tanto, un sistema energético colonizado por estos actores “tiene una gran debilidad”. Así, instó al gobierno y a las comunidades autónomas a apoyar un modelo económico que se aleje de fenómenos especulativos y que se acerca a la economía real, a través de un sistema de generación distribuida y de las comunidades energéticas. Por su parte, Miguel Blanco (COAG) relató como los grandes fondos de inversión son capaces de convencer a muchos alcaldes de la riqueza que generarán en la zona sus plantas fotovoltaicas, “pero nosotros no vemos esa riqueza por ningún sitio”.

Jorge Edo (Anpier) insistió en que las “comunidades energéticas son una oportunidad que hay que explotar”, y señaló que “las propias cooperativas pueden facilitar su creación en el entorno rural”. Y, finalmente, Pablo Corredoira (Haz Energía) se mostró preocupado porque la generación centralizada y los grandes parques fotovoltaicos “fagociten al pequeño productor”, por lo que pidió “una norma que defienda a las pequeñas instalaciones”.

Mostrar comentarios