La fusión de Unicaja y Liberbank diluirá a las antiguas cajas por debajo del 30%

  • El BCE mete presión a las entidades para que realicen una ampliación de capital con el objetivo de que las fundaciones pierdan poder.
Oficina de Liberbank en Oviedo, cajero automático
Oficina de Liberbank en Oviedo, cajero automático
EUROPA PRESS

La fusión entre Unicaja y Liberbank va tomando forma aunque la operación aún se encuentra en una fase inicial. Mediobanca y Deutsche Bank, los bancos de inversión encargados del asesoramiento, están haciendo números para el encaje de ambas entidades, pero según ha podido saber La Información de fuentes del mercado, el Banco Central Europeo (BCE) mete presión para que el banco resultante de la fusión realice una ampliación de capital que diluya la participación de las fundaciones por debajo del 30%.

El supervisor es partidario de que las antiguas cajas de ahorros pierdan protagonismo en el sector. Es público. Lo comunicó el pasado octubre en el marco del programa de supervisión del rescate, cuando instó a las autoridades españolas a promover una mayor desinversión de las fundaciones bancarias a fin de mejorar la salud del sistema financiero.

Actualmente la Fundación Unicaja dispone de una cuota cercana al 50% en el banco homónimo, mientras que las tres fundaciones de Liberbank ostentan algo más del 30% de capital. En el hipotético caso de que la operación se ejecutase al 50-50, la antigua caja andaluza controlaría el 25% de la nueva sociedad, mientras que las otras tres se repartirían otro 15%. De este modo, el banco resultante de la integración estaría controlado en un 40% por las cajas de ahorros.

Pero este porcentaje sigue siendo elevado para Fráncfort, que prefiere que las fundaciones rebajen su cuota de poder hasta menos del 30%. Por tanto, la fórmula predilecta para el supervisor es que se ejecute una ampliación de capital a la que no acudan las antiguas cajas, lo que supondría su inmediata dilución, dando entrada a nuevos inversores.

Estructura de la fusión

El proceso de ‘due dilligence’ está todavía en marcha y se estaría realizando con las cuentas a 31 de diciembre de 2018. Aún no se ha decidido cómo estructurar la operación, pero todo apunta a que será Unicaja quien absorba Liberbank, para lo que necesitará una primera ampliación de capital de carácter ‘técnico’ que sirva para entregar a los accionistas de la entidad asturiana nuevos títulos de la andaluza.

La hipotética segunda ampliación de capital, la que rebajaría la participación de las fundaciones, se utilizaría para acometer los costes de integración y reestructuración, que se estiman en el entorno de los 400 millones de euros. Este importe no significa necesariamente que la entidad resultante vaya a pedir esta cantidad al mercado, podría financiarlo íntegramente o en parte con la venta de negocios no estratégicos o mediante otro tipo de fórmulas, por lo que no está claro que la segunda ampliación de capital vaya a tener lugar. Según las fuentes consultadas, las entidades preferirían ejecutar la fusión sin recurrir a ella.

El caso es que en una fusión por absorción hay que calcular las provisiones que se van a necesitar en los dos próximos ejercicios y cargarlas contra capital. Además, es necesario poner a valor razonable la cartera de deuda, lo que podría materializarse en pérdidas que tendrían que cargarse también contra capital. Fue por esto por lo que la operación se frustró el pasado verano. La inestabilidad del mercado a consecuencia de Italia y el bajo nivel en bolsa de los bancos provocaba que la fusión requiriese una ampliación de capital muy relevante.

Calendario

La hoja de ruta del proceso contempla que los consejos de administración de ambos bancos puedan aprobar la operación a partir de mediados de febrero. En la primavera se recibiría el visto bueno de sendas juntas de accionistas con el objetivo de que la luz verde por parte de las autoridades regulatorias llegue tras el verano. Así, la fusión se ejecutaría en la segunda mitad de 2019.

Parece que la cúpula del nuevo banco será al gusto del BCE. Al frente del mismo se situará el actual presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, quien no contará con funciones ejecutivas. Manuel Menéndez, el actual consejero delegado de Liberbank, será por tanto un número dos con amplios poderes que ejercerá como primer ejecutivo.

La fusión de Unicaja y Liberbank dará como resultado a la sexta entidad por activos de España, con un volumen cercano a los 96.000 millones de euros, por encima de Bankinter, Abanca, Kutxabank, Ibercaja y Cajamar. La cuota de mercado estará en el entorno del 4%.

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