Efectos del conflicto Rusia-Ucrania

La guerra enfría el mercado de M&A y congela los planes de salidas a bolsa

Las fusiones y adquisiciones empiezan a apaciguarse aunque existe una gran liquidez que mantiene el flujo activo. Las OPV son las más damnificadas, que arrinconan ya la idea de aprovechar la próxima ventana. 

El presidente ruso, Vladimir Putin PHOTOXPRESS / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO 05/3/2022 ONLY FOR USE IN SPAIN
El presidente ruso, Vladimir Putin
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Las consecuencias de la invasión armada de las fuerzas rusas a Ucrania por mandato de Vladímir Putin, junto a las contramedidas financieras impuestas desde Occidente, se extienden a todos los ámbitos económicos. Además de la forzosa revisión de las perspectivas macro alrededor de todo el planeta, sobre todo en Europa, o el castigo que están sufriendo las bolsas, las operaciones corporativas y estratégicas de las compañías empiezan a temblar ante un escenario de total incertidumbre. Los asesores agudizan su perfil de alerta y se encuentran en continúo contacto con sus clientes. 

La actividad de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) adquiere así una postura de máxima vigilancia, mientras que los planes de salidas a bolsas se bloquean directamente hasta que se logre ver un poco de luz, según distintas fuentes del ámbito de la banca de inversión consultadas por La Información. Los últimos datos hasta febrero muestran que el mercado transaccional español ya empezó a registrar descensos, con una disminución del 7% en el número de operaciones y del 63% del importe de capital movilizado, según la plataforma de negocio TTR. 

A pesar de estos datos, algunas de las fuentes han asegurado que las operaciones corporativas de M&A a un nivel más locano están sufriendo una enorme incidencia por ahora. El mercado español sigue causando atracción debido a que no se percibe una alta exposición a Ucrania o a Rusia. Sigue funcionando normal por el momento al no estar comprometido a una volatilidad visible. De todas formas, también consideran que es pronto para determinar las implicaciones de todas las represalias lanzadas y su impacto sobre la economía. El mayor riesgo que encuentran actualmente es la estanflación, una situación que se produce cuando  el crecimiento se estanca pero la inflación no cede y entra en una espiral alcista.

El M&A a un nivel más local no sufre por ahora una enorme incidencia, con sectores en auge como el de las fintech o infraestructuras, aunque sí se entibia el de las cadenas de distribución

Para justificar que el flujo se mantiene activo han remarcado que existe mucha liquidez, fundamentalmente privada, y que los fondos continúan baratos. ¿Los sectores más fuertes? Varios coinciden en señalar al de bancaseguros y otros financieros como el fintech. A ellos se les suman el hotelero, el energético e incluso el de infraestructuras. Eso sí, han reconocido que las empresas de sectores relacionados con las cadenas de distribución fuera del país empiezan a enfriar contactos, como por ejemplo las vinculadas a productos hortofrutícolas, que igualmente están observando un incremento de todos sus costes.

De forma más tajante se muestran con respecto a las salidas a bolsa (OPV, oferta pública de venta). En estos casos, la volatilidad se ha extendido por todos los mercados y la sensación de inestabilidad se ha transmitido a los inversores. Este sentimiento provoca que se imponga una actitud conservadora. Una vez que se reduzca la incertidumbre, la liquidez debería volver, si bien a estas alturas no hay visibilidad respecto a cuándo ocurrirá. Claramente el conflicto está generando inseguridad, aunque desde otro habitual asesor en este tipo de operaciones insisten en que el año no ha hecho más que empezar y habrá que ir viendo cómo evolucionan los acontecimientos. Para algunas empresas podría ser incluso más positivo salir ahora y no alargar demasiado el debut por razones de necesidad, pero también por precio. 

En el segmento de las OPV los tiempos están muy delimitados. Los mercados de capitales funcionan bajo lo que se conoce como ventanas de oportunidad. Lo habitual es que se abran dos al año, una en primavera y otra en otoño. No obstante, en ocasiones se juega con otras dos adicionales, una a principios de año y otra en junio, aunque no son las más frecuentes. Justo antes de que cristalizara la guerra en suelo europeo a instancias del Kremlin, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, aseguraba en público que había detectado interés en España por salir a cotizar y con una distribución sectorial relativamente amplia, no concentrada en el de las renovables como ocurrió de forma sintomática en 2021. 

Una de las firmas que se encuentra en esta situación es Ibercaja. El banco confirmó en enero su intención de realizar una OPV. Pocos días después, el consejo de administración se reunió de urgencia para posponer la operación hasta un momento más propicio ante las tensiones internacionales a medida que se acentuaba el conflicto geopolítico, aunque en el mercado creen que el retraso puede deberse más bien a un conflicto con el precio al que le valora el asesor. Su intención sigue siendo utilizar la vía de abril o junio. El folleto estaba completamente listo para dar luz verde a la apertura de libros de forma inminente. Los contactos con los inversores ya se habían producido en varias ocasiones. El problema, añaden algunas fuentes, es que el mensaje puede verse ensombrecido cuando ya se ha colocado en varias ocasiones el documento con el que se revela la intención de cotizar (intention to float o ITF).

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