El Gobierno no exige garantías: la sombra de Endesa sobrevuela el pacto de Abertis

  • La alianza no incluye, de momento, un plazo de permanencia de ACS y Atlantia en Abertis, aunque prometen que será para toda la vida.
Florentino Pérez
Florentino Pérez
José González

Garantizar la españolidad. Ese objetivo se está alegando repetidamente en la aún en marcha opa sobre Abertis. Es igual que hace una década, cuando el futuro de la Endesa presidida por Manuel Pizarro se jugaba entre Madrid, Barcelona, Essen (Alemania) y Roma. La eléctrica española vivió de manera directa, durante varios años, una guerra de opas. Una puja en la que participaron Gas Natural, la alemana Eon y la italiana Enel. Al final, esta última se llevó el gato al agua gracias a una alianza con Acciona, el agente 'españolizador' que iba a asegurar la continuidad en la gestión de Endesa. 

Pero no se garantizó. La empresa estatal italiana, encabezada por Fulvio Conti, se llevó la capacidad de decisión a su terreno. Sólo dos años después de su alianza, la compañía de los Entrecanales se quitó de la ecuación. Hizo caja (casi 11.000 millones) y dejó el poder total sobre Endesa en manos de Roma, que la ha exprimido vía dividendo.   

Ahora, con Abertis, el Ejecutivo no quiere tropezar en la misma piedra. Asegura que la solución de una opa conjunta entre ACS y la italiana Atlantia es conveniente, pese a que no hay mecanismos para garantizar que será una alianza a largo plazo, por mucho que el presidente de la constructora, Florentino Pérez, repita que es una unión "para toda la vida". Por el momento, el Gobierno de Mariano Rajoy no ha exigido ningún tipo de garantía de continuidad. Podría plantearlo, aseguran fuentes próximas al Ejecutivo, una vez sea oficial el acuerdo y haya un nuevo folleto de opa sobre la mesa de la CNMV.

Además, el Gobierno tiene que volver a tramitar las autorizaciones que ACS y Atlantia ya han ido logrando de forma individual, con cada una de sus opas. Pero, con la oferta conjunta, el contador de esos permisos del Estado vuelve a ponerse a cero. Y es ahí cuando, aunque sea de manera informal, los ministerios de Fomento (por las autopistas), de Energía y Defensa (por los satélites de Hispasat e Hisdesat) pueden aprovechar para introducir algún tipo exigencia.

Los dardos de Álvaro Nadal

"Cuando alguien viene a invertir a España tiene que tener un proyecto que tenga en cuenta la política económica y los intereses generales de los españoles. Eso siempre lo hemos dicho porque tenemos alguna mala experiencia", aseguró este jueves el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal en una entrevista en Onda Cero. No pronunció las palabras Endesa y Enel; pero tampoco hacía falta.

Y lanzó un dardo directo a la eléctrica transalpina al asegurar que "no invierte en nuestro país y se lleva el 100% de los beneficios como dividendo". "Públicamente ya he dicho que este tipo de actuaciones no ayudan a la capitalización de la empresa ni colaboran con la política energética del país", añadió sin rodeos.

Tampoco el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha sido tajante sobre su luz verde al cambio de manos de las autopistas estatales. Ni hay seguridad de que los nuevos propietarios de Abertis podrán seguir siendo los concesionarios de estos activos de peaje una vez acaben los contratos actuales.

La escenifización de una alianza

Si hay que creer a los actores de la nueva opa, la alianza de Atlantia y ACS durará toda la vida. "Nosotros no hemos hecho este acuerdo para despiezar Abertis y repartimos los activos. No tengan ninguna duda", aseguró Florentino Pérez al presentar el acuerdo esta semana ante los medios de comunicación.

Tanto él, como el consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castelucci, como su número dos en ACS y responsable ejecutivo de Hochtief (la división alemana con la que ejecutarán la opa), Marcelino Fernández Verdes, recalcaron las bondades, el potencial de las tres compañías y las posibilidades de acudir a pujar por concesiones valoradas en 200.000 millones de euros.

Imagen de la AP7, gestionada por Abertis.
Imagen de la AP7, gestionada por Abertis.

Sin embargo, no desvelaron ni una palabra sobre cómo se materializará el acuerdo, cómo será el reparto de poder, quién llevará la voz cantante (Roma o Madrid) ni, tampoco, sobre cuánto durará la alianza y si alguna de las empresas se guarda un as en la manga como vía de escape.

La nueva oferta se va a canalizar a través de una sociedad, aún por definir, donde Atlantia tendrá el 50% del capital, más una acción; ACS, otro 30% y Hochtief, el 20%, menos una acción. Y donde España e Italia se repartirán la presidencia y la dirección ejecutiva.

Las opiniones políticas

A la espera de los detalles, la opa por Abertis no escapa del terreno político. "La compra de Abertis por ACS y Atlantia tiene todos los visos de una nueva maniobra opaca por parte de grandes compañías que repercutirá negativamente en los pequeños inversores", asegura Yolanda Díaz, portavoz de Unidos Podemos - En Comú Podem - En Marea en la Comisión de Economía e Industria y en la Comisión de Energía del Congreso de los Diputados

"Nos preocupa cómo puede influir esta operación en el futuro de las autopistas de peaje en las que Abertis tiene mucha presencia. Esto nos hace reafirmarnos en nuestras propuestas de que las autopistas de peaje sean públicas, oponiéndonos a la reprivatización de las autopistas radiales rescatadas con recursos públicos. También que las concesiones que vencen en los próximos años no se vuelvan licitar", indica Díaz.

En cambio, Cs prefiere mantenerse al margen. "Es una operación empresarial que no valoramos políticamente siempre que se estén garantizando adecuadamente los mecanismos de competencia", indican desde la formación naranja. "Ciudadanos apuesta por asegurar la independencia de los organismos reguladores y la competencia en los mercados y estamos tramitando una ley en el Congreso a tal fin".

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