La vida sin Mercadona: la aceitera Sovena sufre tras su divorcio de la cadena de Roig

  • El grupo portugués sigue siendo uno de los principales proveedores de aceite de la empresa valenciana pero cae en pérdidas: 16,3 millones en 2017.
Botellas de aceite de Sovena bajo la marca Hacendado
Botellas de aceite de Sovena bajo la marca Hacendado

Era la marca detrás de todo el aceite de la marca blanca Hacendado en las estanterías de Mercadona. Era, por tanto, uno de los grandes interproveedores con exclusividad del gigante de la distribución y su negocio no dejó de crecer año tras año… hasta que se rompió el acuerdo. Fue a finales de 2016. Y las cuentas de la portuguesa Sovena se resintieron durante el pasado ejercicio 2017: recortó a la mitad el 'oro líquido' vendido al grupo y le obligó a acudir a otras grandes cadenas como Carrefour o Alcampo. Logró sostener las ventas, pero recortando precios y márgenes. ¿La consecuencia? Sufrieron pérdidas millonarias.

Durante 2016, Sovena logró romper su techo de ingresos: 769 millones de euros. Fue el último ejercicio en el que disfrutó del privilegio de ser el único proveedor de aceite para la marca blanca del grupo de Juan Roig. En los últimos meses, ambas partes finalizaron ese acuerdo en exclusividad. La consecuencia evidente: recortó su enorme dependencia hacia Mercadona. Pasó de generar el 44% de sus ventas con el grupo de distribución español a colocarlo en el 21%. Es decir, de 'colocar' aceite por valor de 338 millones de euros a recortarlo hasta los 164 millones.

Este giro obligó a la productora y embotelladora lusa a diversificar su cartera de clientes. "La sociedad está inmersa en un periodo de transición relacionado con el inicio de las negociaciones con otras cadenas", apunta en la memoria anual, recién remitida al Registro Mercantil en España. Esos primeros pasos obligan a una mayor inversión y a una política comercial basada en recortes de precios y descuentos que golpea a sus márgenes. Las cifras hablan por sí solas: pasaron de contar con unos beneficios netos de 4,2 millones a perder 16,3 millones. "A pesar de que en un momento inicial implica una reducción del margen, permite una diversificación de la cartera de clientes", explica.

Esas pérdidas, tras tres ejercicios consecutivos en positivo, se dan pese a que las ventas, gracias a esa diversificación y los primeros acuerdos con cadenas como Carrefour o Alcampo, han crecido un 16% hasta alcanzar los 782 millones (de los que 237 millones fueron en España y el resto fuera, pues la sociedad también lleva a cabo ventas a otros mercados).

Los cambios en los proveedores

Tras años de relación en exclusiva, Sovena dejó de ser 'pareja de hecho' de Mercadona hace más de dos años y, desde entonces, ambas compañías han intentado diversificar y reducir su dependencia mutua.

En el caso de la compañía de supermercados valenciana, al proveedor portugués sumó otros tres fabricantes locales: primero, Oleoestepa (que fabrica su aceite Hacendado en botella de cristal). Y, después, añadió otras dos compañías locales, la granadina Maeva; y Acesur, que suministra a Mercadona desde su fábrica de Vilches (Jaén). 

El cambio de estrategia de Mercadona en el aceite no ha sido el único paso de la compañía presidida por Juan Roig para diversificar su estrategia con los fabricantes de su marca propia. Es lo mismo que ha hecho, por ejemplo, con las galletas, diversificando su portafolio de productos más allá de Siro; o con la cerveza, en la que ha ampliado su gama propia para entrar en segmentos donde no estaba, como las artesanales o la cerveza doble malta, y competir con enseñas como Alhambra o Damm.

Controlar toda la cadena

La diversificación de fabricantes coincide prácticamente en el tiempo con la estrategia de la compañía valenciana de marcar el ritmo de toda la cadena de producción, de principio a fin, de quienes producen sus enseñas Hacendado.

Lo denomina Caspopdona (acrónimo de Cadena Agroalimentaria Sostenible de Mercadona). "No encontramos un nombre mejor", ironizó Roig en un encuentro con medios de comunicación hace dos años. Con él busca controlar y supervisar cómo operan los productores agrícolas (ganaderías, granjas, etc.) y "dejar de ser un mero distribuidor", en palabras de Roig.

En el caso del aceite de oliva, tener más proveedores para sus marcas permite a la cadena de 'súper' diversificar en origen y tener más margen de maniobra en momentos donde los precios en origen caminan al alza. Este año, la producción se ha recortado, así que lo previsible es que el coste final en los lineales vuelva a crecer. En concreto, según los últimos datos que ha publicado el Ministerio de Agricultura, la producción de este año ha alcanzado los 1,3 millones de toneladas. Es un 2% menos respecto a la campaña pasada y un recorte del 5% respecto a la media de las últimas cuatro campañas.

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