Las quejas sobre hipotecas duplican las reclamaciones al Banco de España

  • Los expedientes tramitados hasta septiembre rozan los 30.000, casi el doble de todo 2016... pero el supervisor da ahora la razón más a la banca 
Gráfico con la evolución de las reclamaciones al Banco de España
Gráfico con la evolución de las reclamaciones al Banco de España

El malestar de los clientes con la banca va en auge a pesar del esfuerzo del sector por mejorar su deteriorada reputación. Hasta la ventanilla del Servicio de Reclamaciones del Banco de España han llegado 29.957 quejas entre enero y septiembre, un cómputo que casi duplica lo tramitado a lo largo de todo 2016 y acerca el registro al tsunami vivido en 2013, cuando las cláusulas suelo anegaron el departamento con una cifra histórica próxima a los 34.700 expedientes.

Si aquel alud vino alentado por el primer fallo del Tribunal Supremo anulando topes al euribor en varios bancos, la avalancha actual tiene origen en otro de sus pronunciamientos: la sentencia 705/2015 donde esta misma instancia judicial declaró abusivas, entre otras cláusulas contractuales, la atribución de todos los gastos de constitución de un préstamo al consumidor (notaría, registro, gestoría, impuestos de Actos Jurídicos Documentados..).

El supervisor anticipó hace unos meses el rebrote ante el aluvión de hipotecados que, después de desbordar los servicios de atención a clientes de entidades financieras exigiendo la devolución de los gastos, llegaban a su ventanilla. Tras atender 8.000 disputas en el primer cuatrimestre, una simple extrapolación del organismo proyectó en unos 30.000 los casos para el ejercicio 2017; cómputo que se ha alcanzado a tres meses de cerrar el ejercicio y que de no aminorar el ritmo dejará pequeño el récord firmado en 2013.

El brote de protestas por las cláusulas suelo forzó al Banco de España a subcontratar por entonces parte de la gestión de las reclamaciones en hipotecas para poder ofrecer respuesta en el plazo de cuatro meses impuesto por la ley, algo inédito en el organismo. Pero la sucesión de sentencias condenatorias y el deseo de la banca de pasar página de la conflictividad judicial con negociaciones bilaterales contribuyó, en cierta forma, a amainar dicho foco de conflicto.

Con la repercusión o devolución de los costes de constitución del préstamo la tregua está lejos porque corresponde a los jueces de primera instancia determinar quién asume cada gasto y no hay una línea unívoca entre los magistrados. Según cálculos del portal especializado en quejas Reclamador.es, en España existen 8,2 millones de usuarios con hipotecas en vigor o canceladas desde 2007, cuya factura se mueve entre 2.800 y 4.400 euros en coste de formalización para un crédito tipo de 150.000 euros.

El fallo del Supremo de 2015 fijó, en cualquier caso, un cambio de paso en el guión comercial de las entidades que, en muchos casos, han optado por asumir a la hora de firmar préstamos aquellas facturas que una mayoría de magistrados les atribuyen (gestoría, registro y parte de los trámites de notaría, dejando al usuario el abono de los impuestos y la tasación del inmueble). Pero, a diferencia de las cláusulas suelo, rara vez se avienen directamente a devolver dinero en hipotecas antiguas, dejando la resolución a instancias judiciales.

La banca desoye al supervisor

La ausencia de una jurisprudencia tan detallada merma la capacidad de protesta del consumidor ante el Banco de España. Según los datos divulgados por el organismo en su portal del Cliente Bancario, el 33% de sus diagnósticos acabaron con informes favorables al cliente (versus 45,5% el pasado ejercicio) y en otro 26,8% de los casos la entidad se allanó a sus pretensiones para evitar el proceso en el organismo supervisor (24,8% durante 2016). En la cocida de estos porcentajes se incluyen las resoluciones sobre los diferentes conflictos planteados y que en el 81,15% de los casos tienen origen en discrepancias por las hipotecas. El siguiente mayor foco de problemas son las cuentas y depósitos, con un 8,14% de las reclamaciones.

El Banco de España no logra, sin embargo, hacerse oir. Tras años afeando el empeño de las entidades en desoir sus resoluciones -son de voluntario seguimiento-, las últimas cifras desveladas por el organismo aún enseñan que solo aceptan su fallo en el 35,9% de las ocasiones. La lectura inversa es que se ratifican en su proceder, sin aceptar el dictamen del organismo, en dos de cada tres fallos recibidos en su contra.

Entre las entidades que menos rectifican figura Banco Popular (lo hace en el 8,5% de las ocasiones), Bankinter, Evo o Cajamar (con asunciones inferiores al 15,5% de los veredictos desfavorables); siendo Santander Consumer, la financiera de El Corte Inglés, BBVA y Sabadell los que más se pliegan al Banco de España. Precisamente es con medidas como la creación de estos rankings con las que el organismo busca “reconducir” la situación.

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