Medidas para reactivar la economía

Las eléctricas planifican la desescalada pese a las dudas sobre el final de la crisis

Centro de control de REE en San Sebastián de los Reyes (Madrid).
Centro de control de REE en San Sebastián de los Reyes (Madrid).

Las empresas del sector de la energía preparan los planes de vuelta a la normalidad a pesar de las dudas sobre la evolución de la pandemia y sus efectos en la economía. Todas las empresas consultadas, eléctricas y gasistas, admiten que preparan el nuevo escenario de regreso a la normalidad en contacto continuo con el Ministerio de Transición Ecológica y, según los casos, con las Fuerzas de Seguridad del Estado y el Ministerio de Sanidad. El hecho de que los servicios que prestan hayan sido considerados esenciales en el estado de alarma han mantenido engrasados los engranajes -centros de control, equipos etc-, aunque tienen que ajustar los procedimientos para que el previsible aumento de la demanda no cause problemas.

No es oro todo lo que reluce. En general, tanto los sistemas eléctricos y gasistas, como la logística y la venta de hidrocarburos han funcionado bien. Red Eléctrica de España (REE) ha gestionado sin problemas una caída espectacular de la demanda eléctrica y también el cambio de hábitos que ha modificado las curvas de consumo, general y por horas, de la industria -en caída libre- y de los hogares -al alza-.

Pero también ha habido dosis de suerte. No todas las compañías estaban bien preparadas para extender el teletrabajo entre su personal administrativo y de gestión. Y alguna de las grandes, admiten fuentes empresariales, rozó la crisis al decretarse el Estado de alarma a partir del 13 de marzo. Para restar espacio a la improvisación y a la fortuna, las compañías exponen los planes de contingencia al departamento encargado de la desescalada: Transición Ecológica.

Factores de riesgo

"El contacto es continuo y se están tratando los procedimientos con el Ministerio", explican en Endesa (8.000 empleados). La compañía ultima las medidas para incorporar al personal de forma escalonada con una planificación que tiene en cuenta los factores de riesgo sanitario y la situación familiar. El reto es encajar el retorno del personal  a las necesidades que imponga la vuelta de la actividad económica.

En el sector energético, como en otros sectores clave de la economía, las compañías han tratado de adelantar posiciones para reanudar el negocio en las mejores condiciones y en el menor tiempo. Alguna de ellas llegó a poner en marcha un plan de compras de test (PCR) para comprobar el impacto del Sars-Cov2 en la plantilla y localizar los inmunizados sin riesgo de acudir al trabajo. Pero el plan ha sido frenado en seco por la centralización de compras decidida por las autoridades sanitarias.

Iberdrola (9.800 trabajadores) destaca que el sistema está preparado para la vuelta a la normalidad y en función de las decisiones que tome el Gobierno. Por su parte, Naturgy -6.000 empleados- confirma que las conversaciones con Transición Ecológica son "constantes" desde que al inicio del estado de alarma se solicitaran planes detallados para hacer frente a la crisis.

Planes desde enero

El gestor del sistema gasista Enagás (1.300 empleados en España), que comenzó a elaborar planes ante el coronavirus ya en enero, también trabaja en "un plan de desescalada" con dos prioridades: la seguridad del personal y la continuidad del suministro. De momento, la compañía que preside Antonio Llardén, cuyas infraestructuras están clasificadas como "críticas", prevé mantener la actividad mediante teletrabajo y, en función de lo que decidan las autoridades, relajar el sistema de turnos -15 días en jornadas en 12 horas-con el que han operado las regasificadoras.

En CLH, la vuelta a la normalidad, según señalan fuentes de la empresa, no supondrá grandes cambios. La compañía que se ocupa del transporte y la distribución de hidrocarburos asegura que trabaja con normalidad atendiendo el servicio considerado esencial. No contempla dificultades con la desescalada del confinamiento, y menos si se produce de forma gradual. Los equipos están listos, explican en la compañía, y están en marcha medidas complementarias como la señalización de espacios en las oficinas para cuando vuelva el trabajo presencial. 

En general, las empresas no prevén problemas con la vuelta progresiva de la actividad, aunque hay algunas dudas sobre la repercusión de las medidas aprobadas para paliar el primer choque de la pandemia, como la rebaja en la potencia eléctrica contratada con las compañías. La apertura acelerada de negocios y empresas podría causar algunos cuellos de botella. Pero ese escenario es poco probable en estos momentos.

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