La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dejará manga ancha a los futuros operadores privados del AVE por la pandemia del coronavirus. El 'superregulador' acaba de dar luz verde al último de los acuerdos marco, el de Renfe, a través de los que los adjudicatarios de capacidad podrán poner sus trenes en las vías de cara a la liberalización ferroviaria que tendrá lugar a finales de año. Entre las alegaciones que se pusieron sobre la mesa para tratar de igualar el plazo del contrato del incumbente al de los nuevos operadores, se señaló el daño que está causando la pandemia a la economía en general y al transporte en particular. La institución que preside José María Marín Quemada rechazó esta alegación, pero señaló que se tendrá en cuenta dicho extremo.
En este sentido, la CNMC señala directamente al reglamento europeo sobre los acuerdos marco de adjudicación de capacidad de infraestructura ferroviaria en el que se señala que se puede modificar o rescindir sin penalizaciones el acuerdo marco cuando "haya sido modificado o anulado por causas ajenas a la voluntad del candidato y que hayan sido comunicadas sin demora al administrador de infraestructuras", algo que ya se reseñaba en las resoluciones sobre los acuerdos de Ilsa (Trenitalia) y Rielsfera (SNCF) , adjudicatarios de los paquetes B y C respectivamente.
En este sentido, los operadores se han visto obligados a retrasar ciertas pruebas para poner sus trenes en las vías como consecuencia del coronavirus, algo que desde la CNMC tienen en cuenta. Sea como fuere, la pandemia ha impactado directamente sobre los balances de las compañías y lo que al principio de este proceso era una inversión sencilla puede complicarse en este momento. Así lo señalan fuentes del sector ferroviario a La Información que atribuyen la relajación de lo criterios de la CNMC a evitar que alguien pueda caerse del proceso con el tren casi en marcha.
Hay que tener en cuenta que el paquete 'B' fue adjudicado a Ilsa en asociación con Trenitalia -la empresa pública del país alpino- el pasado mes de noviembre. La compañía formada por el histórico operador italiano y la empresa de los fundadores de Air Nostrum detalló en su plan de negocio que utilizaría para llegar a las vías españolas 23 trenes nuevos para empezar a operar en 2022.
Este plan de negocio se estructuraría a través de un arrendamiento de trenes al fabricante, Bombardier, tal y como consta en la documentación de los acuerdos marco que incluía una carta de compromiso con esta compañía. En este sentido, y de acuerdo con los citados informes, el plan económico-financiero presentado por Ilsa prevé aportaciones de los accionistas para financiar las operaciones durante los primeros ejercicios de actividad. La situación actual de ambas compañías, con los aviones en tierra desde hace casi dos meses en el caso de Air Nostrum y los trenes casi parados en Italia por el coronavirus, no hacen fácil esta situación, confirman fuentes conocedoras.
Pero más allá de esto el tercer operador, Rielsfera -filial española del gigante francés SNCF- tampoco estaría pasando por su mejor momento. Hay que tener en cuenta que las restricciones de movilidad que se están dado en toda Europa han mermado sustancialmente los ingresos de las compañías de transporte, sobre todo de aquellas que habitualmente están más expuestas al turismo, a lo que se une la incertidumbre de saber cuándo volverá a existir una relativa normalidad.
Sea como fuere hay plazos que no se pueden incumplir y una vez que se firmen los tres acuerdos marco con Adif llega el momento de elegir los surcos que se quedarán cada una de las compañías. Es entonces cuando se sabrá qué trayectos y qué horarios cubrirán cada una de las compañías, una elección que debe llevarse a cabo antes del 15 de junio. Si todo sigue según lo previsto, a partir del 14 de diciembre los pasajeros tendrán varias empresas para elegir moverse en tren por España.
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