Desayunos de LaInformacion.com - Anpier

Los pequeños inversores necesitan más acceso a la generación fotovoltaica

Es necesario acortar el “gap” que se ha provocado en el sector entre los grandes proyectos de producción y las iniciativas de autoconsumo y los pequeños desarrollos energéticos, que exige cambios normativos. 

Los pequeños inversores necesitan más acceso a la generación fotovoltaica
Los pequeños inversores necesitan más acceso a la generación fotovoltaica
José González

La energía fotovoltaica en España se está polarizando en dos extremos, el autoconsumo y el desarrollo de grandes plantas, mientras que en medio existe un importante ‘gap’: el de los pequeños inversores que se encuentran con serias dificultades y falta de apoyo para acometer sus proyectos de generación. Por eso, los expertos participantes en el Desayuno de LaInformacion.com, patrocinado por Anpier, reclaman más facilidades para el acceso de estos inversores particulares a la producción en un foro sobre pequeños desarrollos fotovoltaicos. En el encuentro intervinieron Rafael Barrera, director general de Anpier (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica); Fátima Cadahia, directora de Consultoría de Haz Energía; Alejandro Diego Rosell, consultor de Energías Renovables y profesor del máster en este tema de la Escuela de Organización Industrial; e Ignacio Bautista, CEO y fundador de Fundeen

Rafael Barrera recordó que España se encuentra inmersa en una transición energética y en uno de los momentos más cruciales del desarrollo fotovoltaico. Y añadió que “para que esta transición sea justa debemos, en primer lugar, recordar y dignificar el grandísimo esfuerzo inversor que en 2007 y 2008 hicieron 65.000 familias, y compensar los graves quebrantos sufridos entonces”. Y, por otra parte, “dar acceso a la sociedad a este mercado de la energía, pero no solo a través del autoconsumo individual, residencial o industrial, sino también con la posibilidad de producirla y venderla a través de la red”.

Rafael Barrera

Según este experto, se trata de una oportunidad que nuestro país no debe perder, pero que ya estamos empezando a hacerlo. Y es que “aunque tenemos mucho suelo para implantar las instalaciones y un número extraordinario de horas de sol, necesitamos también un mayor acceso a la evacuación (conexión a la red)”.

Fátima Cadahia, de Haz Energía, advirtió que el “hueco” entre las instalaciones de autoconsumo y los grandes megaproyectos y plantas de producción es difícil de salvar porque, para ello, se necesitarían también cambios normativos. “Por ejemplo, estamos hablando de las comunidades energéticas (agrupaciones de autoconsumo) sin tener todavía una transposición de la normativa europea y tan solo con una definición en la legislación española”.

Fátima Cadahia

Escasa capacidad financiera

El consultor Alejandro Diego Rosell, de la EOI,  calificó de “apasionante” el actual momento de transición energética que atraviesa España. “Durante años el sector ha estado parado y no se ha instalado nueva generación renovable, mientras que en los últimos ejercicios hemos visto la conexión de grandes desarrollos, especialmente fotovoltaicos y eólicos”. Sin embargo, añadió que “en este periodo apenas se han creado instalaciones de tamaño medio, de entre 1 y 5 megavatios, un espacio imprescindible para que no se produzca la polarización del nuevo mix de generación renovable”.

En este sentido, se hizo eco de la propuesta REPower EU de la Comisión Europea, aprobada el pasado 16 de mayo, “que va a tener mucho que decir en este sentido, agilizando ciertos trámites y abriendo nuevas líneas de negocio y tipos de plantas renovables fotovoltaicas que permitan su conexión a la red”. Además, mostró su confianza en que “los objetivos de reducción de dependencia energética en el corto plazo (2027) que se plantean en Europa supongan un fuerte impulso para el conjunto de la generación, y también para las plantas de tamaño medio”.

Alejandro Diego Rosell

De cualquier manera, la opinión de Ignacio Bautista, de Fundeen, es que “los pequeños desarrollos fotovoltaicos atraviesan una situación complicada, agravada aún más por la escasa capacidad económica de sus propietarios”. Y es que “uno de sus grandes hándicaps es la dificultad de financiación, ya que las entidades bancarias apuestan más por los grandes proyectos”. Entre las posibles soluciones a la situación, planteó la posibilidad de que los futuros concursos de acceso a la red pudieran reservar algo más de capacidad para ellos, que las condiciones de las subastas se flexibilizaran y fueran más sencillas, y que incluso los precios pudieran ser públicos para facilitar la conexión de más proyectos de pequeña generación y la creación de un sistema más distribuido.

Ignacio Bautista

El director general de Anpier indicó que la transición ecológica y la energética en España son casi sinónimos, porque el 70% de la primera se basa en la segunda. Y recordó como “la transición energética se inició ya en 2004, cuando el expresidente del Gobierno José María Aznar lanzó un real decreto para impulsar las renovables, aunque de manera tímida; y en 2007 otro expresidente, José Luis Rodríguez-Zapatero, le dio ese empujón con el RD 661, qué motivo la entrada de 65.000 familias en el sector de producción de energía”. Más de 14 años después, “nos encontramos en otro momento crucial, pero también a punto de perder la oportunidad de socializar la generación fotovoltaica, de que una importante parte de los beneficios (en torno al 20%) se repartan entre los españoles y de convertir a nuestro país en un referente tecnológico en eólica y fotovoltaica”.

Desarrollo normativo

Los expertos coincidieron en la necesidad de llevar a cabo un adecuado desarrollo normativo para impulsar la actividad de los pequeños inversores. La directiva de Haz Energía explicó que “por ejemplo, en el sector se habla de introducir nuevos agentes como el agregador independiente o el gestor de autoconsumo colectivo, pero todo esto necesita una reglamentación y, además, hay que ver cómo vamos a retribuirlos; además, tenemos que prever cómo interactuarán los consumidores y almacenadores con el mercado actual y qué beneficios obtendrán; cuáles serán los servicios de ajuste y los mecanismos de flexibilidad en los que se podrá participar y con los que obtendrán una retribución, como ha sucedido con todos los agentes del mercado eléctrico en los últimos años”. A su juicio, todo esto requiere “la implementación de un desarrollo normativo, que probablemente llevará aún más de un año”.

En el caso de las instalaciones de producción de pequeña y mediana potencia, “esperamos que las próximas subastas hayan aprendido de las anteriores, se pongan medidas para que los cupos de potencia puedan ser realmente cumplimentados, haya suficientes instalaciones que cumplan los criterios y puedan ser adjudicatarias”.

Según el profesor de la Escuela de Organización Industrial, las comunidades autónomas también tienen mucho que decir en el impulso de los pequeños negocios fotovoltaicos. “Pueden aportar ideas para desarrollar los proyectos y contribuir, así, a conseguir que parte de los beneficios se quede en sus ayuntamientos y en su población”. Sin embargo, Fátima Cadahia se quejó de los arduos trámites administrativos por los que actualmente tienen que pasar no solo los grandes proyectos sino también los pequeños. “Se siguen las mismas reglas de juego para una instalación de 200 kW que para otra de gran tamaño, por lo que en algunos casos la espera para la correspondiente autorización administrativa y la conexión es de un año”. Rafael Barrera apuntó, por su parte, que “por encima de 15 kW ya empiezan las complicaciones”.

En este contexto, Rosell aclaró que uno de los puntos que cita la propuesta REPower EU de la Comisión Europea es la necesidad de simplificar la tramitación administrativa para permitir que los proyectos salgan adelante. Y añadió que “una forma de hacerlo sería que a los de pequeño tamaño no se exigiera tantos requisitos como a los grandes”.

Socializar los beneficios

En estos momentos, tampoco existe una normativa clara que permita socializar adecuadamente los beneficios de la generación fotovoltaica. Según Barrera, el ciudadano puede obtener rentabilidades muy moderadas y contenidas de los proyectos fotovoltaicos, pero lo que se favorece es fundamentalmente el autoconsumo, residencial e industrial, que cuenta con mecanismos de apoyo importantes, mientras que la inversión para generar energía tiene muchas trabas. “En Anpier tenemos la convicción de que si se fomentan los parques de menos de 5 megavatios, con un poco de apoyo y alguna facilidad, iremos observando muchas ventajas porque los ingresos obtenidos en la comarca donde se encuentran repercutirán también en otros negocios y actividades del mismo territorio”.

Fátima Cadahia (Haz Energía) se mostró de acuerdo y añadió que “acercar los pequeños desarrollos fotovoltaicos a la ciudadanía conlleva una gran prosperidad, es la mejor manera de divulgar el conocimiento sobre el sector, y tiene un efecto tractor sobre otros proyectos energéticos, empresariales y económicos”. Por otra parte, Ignacio

Bautista señaló que “algunas normativas autonómicas, como las de Baleares, Cataluña y Navarra, obligan a los promotores de proyectos de cierto tamaño (o de suelo público en el caso de Navarra) a que una parte de la propiedad o de la financiación proceda de vecinos de la zona”.

Impacto regional

Otro de los temas analizados en el foro organizado por LaInformación.com fue el impacto social, ambiental y paisajístico de las instalaciones. Diego Rosell recordó que ya a principios de la década del 2000 surgieron algunos movimientos en contra de los desarrollos eólicos, y señaló que ahora ha surgido cierto rechazo a las placas fotovoltaicas. Ante ello, apuntó que, precisamente, “una de las formas de mitigar este impacto sería con plantas distribuidas y de tamaño reducido”.

La energía fotovoltaica en los entornos rurales también puede convertirse en un complemento para la economía de la España vaciada, según coincidieron los participantes en el encuentro. El director general de Anpier puso un ejemplo: “Nosotros tenemos un parque de 4 megavatios en Lorca, en el que participan 400 agricultores que ya están jubilados y que hicieron precisamente esa inversión para complementar sus pensiones, que son muy bajas”. Y añadió que “ese mismo modelo se podría replicar ahora, por ejemplo, con proyectos de 10 megavatios y 4.000 propietarios, que podrían aportar ingresos de 200-300 € al mes una vez amortizadas las instalaciones”

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