Los supermercados españoles, los mejor preparados contra la escasez de Europa

Primero fue la carne: toneladas de pollo, vacuno o cerdo agotadas en pocas horas en cualquier lineal. Después, el papel higiénico, que resultaba imposible de adquirir, ni siquiera por internet. Ahora, la última moda son la lejía y los productos desinfectantes, pero en los albores de la crisis del coronavirus, desde la semana inmediatamente anterior a la declaración del estado de alarma hasta abril, la preocupación ante un posible desabastecimiento en los supermercados era realmente profunda. Sin embargo, España es uno de los países mejor preparados para evitar la escasez. De hecho, es el que mayor capacidad de abastecimiento mostró de toda Europa en esos primeros momentos.

Así lo corroboran los datos del último Barómetro OSA de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), que apuntan que, en marzo, el 92,8% de los españoles pudieron adquirir el producto que buscaban en el supermercado, si bien algunos productos concretos desaparecían de los estantes a las pocas horas de ser puestos a la venta. Pero, para hacerse una idea más concreta, este porcentaje representa una caída de solo 2,8 puntos respecto a marzo de 2019. Es decir, que el mensaje es que el pánico y las compras compulsivas de los primeros días de la crisis pudieron terminar provocando un escenario claramente peor del que vivimos.

Como, por ejemplo, el que se vivió en Italia, donde incluso se produjeron algunos saqueos de tiendas ante la incertidumbre de los primeros días de confinamiento y cuyo índice de desabastecimiento llegó al 12% en marzo. O en Bélgica, con el mismo porcentaje y con la peor tasa de mortalidad del mundo -mueren, de media, 62 enfermos de Covid-19 por cada 100.000 personas-. O en Francia, donde la red logística sufrió más de la cuenta en esos primeros instantes de pandemia, llegando por momentos a alcanzar un 18% de desabastecimiento.

Eso sí, en España ya se ha identificado el día con mayor desabastecimiento durante la crisis: el pasado 13 marzo. Justo el día en el que Pedro Sánchez anunciaba que el sábado se decretaría el estado de alarma, el pánico se apoderó de los españoles, que quisieron hacer un acopio sin precedentes en la historia moderna. Según los datos de Aecoc, ese día se registró la mayor demanda, con un crecimiento del 179% en las ventas en los supermercados. Como consecuencia, durante el primer fin de semana de confinamiento, el desabastecimiento creció hasta el 10%, aunque rápidamente se estabilizó en torno al 7% en los días posteriores.

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A la espera de datos consolidados de abril, hay que coger con pinzas el informe, ya que la evolución asincrónica de la crisis en España respecto de Europa -se dice que suele ir una semana por detrás de Italia o Francia- podría arrojar conclusiones distintas en las semanas posteriores. Sin embargo, parece algo improbable, ya que las grandes cadenas de alimentación precisamente empezaron a mitigar los efectos de la alta demanda a partir de abril, cuando se reforzaron con miles de trabajadores para cubrir las exigencias en puestos sensibles como el de reponedor o el de mozo de almacén.

Sea como fuere, lo que sí es cierto es que los últimos datos que maneja la consultora especializada Nielsen detallan que entre el 13 y el 19 de abril se registraron tendencias radicalmente opuestas entre España y las principales potencias europeas afectadas por el coronavirus. Mientras que en nuestro país los supermercados registraron un incremento de ventas del 27% interanual, en Francia el sector retrocedió un 9%, en Italia un 15%, en Alemania un 19%. Una tendencia registrada incluso más allá de la UE: por ejemplo, en el Reino Unido las ventas cayeron un 17% en ese período. Es decir, que la demanda aún seguía disparada en España a mediados de abril.

De hecho, una semana después -del 20 al 26 de abril-, los supermercados españoles aún seguían creciendo en ventas al 17%. Especialmente, gracias a las ventas online, que durante ese período supusieron el canal de compra de un millón de hogares españoles, representando un aumento del 286% anual. A pesar de todo ello, en ningún momento posterior se han vuelto a registrar tan acusadamente los picos puntuales de desabastecimiento del inicio de la crisis, lo que refuerza la tesis inicial: España es el país mejor preparado de Europa contra el desabastecimiento.