Quinto operador tras la OPA de Esukaltel

La low cost Digi tira de Caixabank, BBVA y Santander para batallar con las telecos

La compañía rumana multiplica por casi tres su deuda financiera con bancos españoles hasta 33 millones en un año. Consolida el acuerdo mayorista con Telefónica hasta 2026.

Digi es el quinto operador 'de facto' en España
Digi es el quinto operador 'de facto' en España
Digi

Digi es el quinto operador de telecomunicaciones 'de facto' en España después de que Másmóvil se haya hecho con Euskaltel. El grupo rumano, que se ha convertido en una de las 'bestias negras' de esta batalla por el low cost, quiere seguir acelerando. Y para eso ha incrementado su endeudamiento con entidades financieras españolas. En concreto, casi triplica sus préstamos y líneas de crédito con Banco Santander, Caixabank y BBVA. La compañía, cotizada en su país de origen, trata de sacudirse la vitola de vendedor en la ola de adquisiciones del sector insistiendo en que aún tienen mucho por crecer después de asegurarse hasta el año 2026 el acuerdo mayorista que le da acceso a a las redes móvil y fija de Telefónica.

La operadora ha sido uno de los grandes ganadores de este giro hacia el 'bajo coste' del mercado español, con más de una veintena de marcas compitiendo con productos convergentes de fibra y móvil -hasta hace no mucho reservados para segmentos más premium-. En portabilidad, el pasado año 2020, en el que se vio especialmente golpeado por la pandemia y el cierre de las tiendas físicas en los primeros meses de confinamiento, cerró con una ganancia neta de más de 37.000 clientes móviles -Másmóvil sumó casi 200.000-. Golpeó especialmente a las tres grandes, robando la gran mayoría de esas nuevas líneas en esos particulares 'graneros'. Eso se trasladó a los resultados: 274 millones de euros (42% más) de ingresos y 56 millones de Ebitda ajustado (30% más).

Para lograr esos números, los rumanos -que nacieron a finales de la década de los 2000 como un operador móvil centrado en la población inmigrante- ha necesitado rascarse algo más el bolsillo. No sólo con los pequeños despliegues propios de la red de fibra que complementan el acuerdo con Telefónica, sino también con toda la estrategia comercial, donde, a diferencia de otras low cost, su entramado de tiendas propias y franquiciadas tienen una importancia significativa en la distribución. Para afrontar todos estos costes ha tenido que tirar de entidades financieras españolas engordando su deuda.

En concreto, según queda reflejado en el informe anual que acaba de registrar en el regulador rumano, la compañía ha multiplicado casi por tres su endeudamiento en España con grandes entidades de crédito. Ha pasado de apenas 12 a 33 millones de euros en un ejercicio. El conjunto de bancos que le ha ofrecido estos préstamos y líneas de crédito está conformado por Banco Santander, Caixabank y BBVA. Estos dos últimos forman parte del 'núcleo duro' de accionistas de Telefónica, su principal socio de red.

Y ese es precisamente el otro pilar para los próximos años de los rumanos. Ellos explotan la red fija y móvil de Telefónica. Tal y como informan a sus inversores, dependen del antiguo monopolio español para ofrecer ambos servicios. En el lado móvil, cuenta con un acuerdo de alquiler de la red móvil que es efectivo, al menos, hasta el mes de septiembre del año 2026. Es decir, se ha asegurado cinco años más de acceso. A esto hay que sumar también la compra que hacen en el mercado regulado de la red de fibra óptica. Ambos acuerdos son claves para su funcionamiento y su dependencia hacia ellos se ha convertido, como aseguran, en un riesgo. Los otros dos grandes acuerdos mayoristas en España los tiene firmados Orange con el grupo Másmóvil y con Euskaltel.

Estos dos últimos jugadores, Másmóvil y Euskaltel, unirán sus fuerzas si, como es previsible, sale adelante la opa lanzada por la primera sobre la segunda. Pero esta operación implicará un fuerte endeudamiento de la compañía dirigida por Meinrad Spenger. En este contexto, ¿qué va a pasar con Digi? Muchos han girado su vista hacia los rumanos, como una opción de las grandes operadoras para reducir los competidores y, por ende, esa batalla comercial y también de la propia Másmóvil, para seguir esa consolidación de los pequeños operadores -hace más de un año se hizo con los activos españoles de la británica Lycamobile por más de 350 millones-. Además la pasada semana anunció el acuerdo de su salida de Hungría, con la venta de estos activos. Pese a ello, siguen tratándose de sacudir esa vitola de potencial vendedor.

Sin vender, por ahora

Para ellos, España se ha convertido en mercado clave después de ese impulso gracias a la ola del bajo coste. No en vano, uno de cada cinco euros que ingresan proceden de este país, sólo por detrás de Rumanía, su país de origen. "Creemos que España presenta oportunidades de crecimiento futuro y esperamos que nuestras operaciones en el país continúen ganando importancia relativa respecto a otros segmentos", apunta en el informe anual. No están en un punto de maduración, sino que creen que podrán mantener ritmos similares de crecimiento.

Con Másmóvil apuntando hacia el bajo coste, las grandes operadoras mirando hacia este segmento y los pequeños como Digi a pleno rendimiento, todo apunta a que la opa sobre Euskaltel no va a calmar la encarnizada pelea que ha impactado en los márgenes de la tres grandes y ha disparado algunas alarmas. Todos los analistas consultados confirman que la intensidad será similar. Una intensidad que, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ha hecho que los ingresos del sector se hayan visto reducidos en más de un tercio en la última década.

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