Marta Álvarez suspenderá 'hasta nuevo aviso' la salida a bolsa de El Corte Inglés

  • La futura presidenta deberá pactar un nuevo acuerdo con el jeque Al Thani, que ha requerido la colocación del grupo en los mercados.
Marta Álvarez Guil, El Corte Inglés, alta
Marta Álvarez Guil, El Corte Inglés, alta
EFE

La promoción de Marta Álvarez a la presidencia de El Corte Inglés permitirá a la hija mayor de Isidoro Álvarez cumplir el sueño que alimentó desde que hace ya veinte años ingresó en la empresa como empleada rasa en el departamento de compras. Después de cinco años en calidad de ejecutiva de lujo, primero 'a las órdenes' de su primo Dimas Gimeno y más recientemente con Jesús Nuño de la Rosa, la heredera tomará por derecho propio dentro de quince días el legado de su padre adoptivo como máxima responsable del gigante español de la distribución. El nombramiento será aprobado por cooptación del consejo para ser ratificado posteriormente en la junta general prevista para el 25 de agosto.

La próxima presidenta tiene una dura tarea por delante en la que no van a faltar nuevos retos empresariales, tanto desde el punto de vista estratégico como operativo. El primero y más importante pasa por convencer al jeque catarí Al Thani para que renuncie a sus pretensiones de colocar al grupo en bolsa, un planteamiento que los principales responsables de El Corte Inglés consideran que es imposible de materializar en estos momentos. El objetivo de Marta Álvarez no es otro que dejar en suspenso la eventual oferta pública "hasta nuevo aviso", según han reconocido en medios cercanos al grupo. 

El contrato suscrito en el verano de 2015 con la sociedad Primefin del inversor árabe facultaba a Al Thani para solicitar a partir del tercer año; esto es en 2018, la puesta en marcha de los trabajos preparatorios de la colocación en los mercados que, en todo caso, no se podría hacer efectiva hasta los cinco años; es decir, en el verano de 2020. El tiempo se ha echado encima y el jeque ha hecho valer sus derechos, por lo que la pelota está ahora en el tejado de la nueva titular de El Corte Inglés que, al igual que el resto de consejeros, son plenamente conscientes de que la compañía no está preparada para salir a bolsa.

El jeque Al Thani dispone actualmente de un 10% del capital después de la capitalización del préstamo inicial que su empresa concedió a El Corte Inglés por importe de 1.000 millones de euros. Dicha participación le convierte en el tercer accionista de la entidad, por detrás de la Fundación Ramón Areces, que cuenta con el 38% de las acciones del grupo de distribución, y de IASA (Isidoro Álvarez SA.), la sociedad patrimonial de Marta y Cristina Álvarez, que dispone de un 22% del capital. El inversor árabe está representado en el consejo de administración de El Corte Inglés por Shahzad Shahbaz, interlocutor válido para las gestiones que tendrá que dirigir a partir de ahora Marta Álvarez.

Entre los argumentos de peso que puede utilizar la presidenta para persuadir al hombre de confianza de Al Thani destaca la cierta desazón con que el socio catarí está manejando sus intereses en la empresa. No en balde, Primefin ha decidido cobrar en efectivo los intereses financieros de su participación en El Corte Inglés cuando podría haber ido incrementando paulatinamente su posición accionarial de acuerdo con los términos previamente establecidos. Dicha circunstancia demuestra que Al Thani ha rebajado claramente sus expectativas en la compañía a lo que se une también la atonía de los mercados de valores que en lo que llevamos de año no han registrado ni una sola OPV en el mercado continuo de bolsa.

Resultados estancados al cierre de 2018-2019

La foto fija de El Corte Inglés no constituye precisamente ningún aval para una colocación pública de acciones, por lo menos mientras no se materialicen algunos de los proyectos estratégicos como la venta de inmuebles y la consiguientes reducción de deuda hasta niveles que permitan a la compañía adquirir el grado de inversión por parte de las agencias de calificación crediticia. La empresa se ha puesto en manos de la consultora PwC para encontrar algún 'mirlo blanco' dispuesto a pagar cercad de 3.000 millones de euros por una cartera de activos que, en su mayor parte, están destinados exclusivamente a uso comercial, lo que complica un proceso de desinversión que se considera esencial para salvar la cuenta de resultados en los próximos años.

En lo que concierne al último ejercicio económico culminado el pasado mes de febrero los informes de analistas señalan un estancamiento de las ventas en torno a los 16.000 millones frente a los 15.935 millones del ejercicio precedente. La estimación del mercado apunta unos beneficios de 200 millones de euros en línea con los obtenidos al término de febrero de 2018. No obstante, el signo positivo del 'bottom line' se nutre en los resultados extraordinarios, entre los que destacan las plusvalías de 60 millones obtenidas por la venta de la división de óptica a la multinacional holandesa GrandVision en pasado febrero, justo a tiempo para cerrar un ejercicio de clara transición en el plan de transformación al que está abocado El Corte Inglés.

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