Habrá penalizaciones

Másmóvil aprieta a Orange para rebajar el 'megacontrato' de alquiler de redes

El grupo negocia una renovación del acuerdo mayorista con el objetivo de recortar el precio. Los franceses se juegan buena parte de los más de 800 millones de este negocio.

Spenger revive una firma patrimonial tras el bonus y la OPA sobre Másmóvil
Spenger y la directiva de Másmóvil negocian el recorte de precios en el contrato mayorista.
La Información

A un lado, Másmóvil busca rebajar al máximo su factura después de haber adquirido Euskaltel. A otro, Orange, la segunda teleco en España por ingresos, trata de sostener un negocio que supone un volumen de facturación anual superior a los 800 millones de euros. Ambas partes están sentadas a la mesa estas semanas para tratar de llegar a un acuerdo con las nuevas condiciones del contrato de alquiler de las redes de los franceses al cuarto operador en las zonas en las que sus propias infraestructuras no llegan. Este movimiento se produce en un momento en el que el mercado de proveedores neutros de fibra óptica se expande con la creación de varios operadores nacionales.

"Estamos en mitad de las negociaciones con Másmóvil". El consejero delegado de Orange en España, Jean François Fallacher, confirmaba este martes que los equipos directivos de ambas partes están enfrascados. Las conversaciones se han iniciado después de que se haya completado una parte de la integración de Euskaltel en Másmóvil tras la OPA. Tanto el comprado, como el comprador, son clientes preferentes de los franceses, que tomaron el relevo en 2016 y se convirtieron en los arrendadores de cabecera para las operadoras más pequeñas -tras la decisión de Vodafone de no entrar en la batalla del alquiler de redes a terceros, pese a lo que suponía de sacrificio en su cuenta de resultados-.

La unión de ambos reduce los clientes para Orange. Másmóvil quiere exprimir hasta la última gota de las sinergias de la compra de Euskaltel y de tener una mayor capacidad de negociación con los franceses. Según las diferentes cifras que maneja el mercado, el contrato mayorista para el acceso a la red móvil (roaming) supone un gasto anual de más de 70 millones de euros para Euskaltel -que también accede a una parte de la red de fibra de Telefónica-. A esto hay que sumar también el acceso a las redes fijas. En el caso del grupo dirigido por Meinrad Spenger, supone un desembolso de cientos de millones de euros. 

800 millones de mayorista

Másmóvil aborda la renegociación de los acuerdos -en su caso se ampliaron y extendieron en 2019 y en Euskaltel lo hicieron en 2020- en un momento de digestión de una compra que ha implicado un elevado endeudamiento del grupo. Éste dará un salto hasta las 5,5 veces el resultado bruto de explotación (Ebitda). Del ahorro de costes fijos y la ejecución de mayores sinergias dependerá precisamente esa reducción del pasivo. Pero esto hay que conjugarlo con un crecimiento de doble dígito en el mercado español que, al menos por ahora, se mantiene, con lo que implica respecto a mayores necesidades de acceso a red para responder a la elevada demanda. Durante los tres primeros meses de este año mantuvo el ritmo con una subida del 18% en los ingresos hasta los 527 millones de euros, antes de formalizar la compra de Euskaltel.

Orange llega en un momento especialmente delicado para el negocio, con un intento por recuperar la senda de crecimiento en facturación y ebitda tras una particular 'travesía en el desierto' por el impacto de la guerra desatada en el segmento de clientes de bajo coste. Sólo en el tercer trimestre del año, el volumen de negocio cayó casi un 4,4% (un 5% en lo que va de año). Tienen la necesidad de mantener este contrato. Hoy el negocio mayorista representan prácticamente una quinta parte del total para los galos

En concreto, suma en torno al 18% (hay que excluir los ingresos de 'roaming' internacional de turistas y visitantes en España que utilizan su red), tal y como admitió ante analistas recientemente el consejero delegado de la filial española. Eso representa más de 850 millones de euros al año respecto a las cifras actualizadas tras la caída en 2020 y 2021. De esa cantidad, tanto Euskaltel como en mayor medida Másmóvil suman una parte muy significativa.

Orange, más reticente

El propio Fallacher admitía en esa conferencia que tras la OPA sobre Euskaltel de Másmóvil ya esperaban esa renegociación: "Nos hemos estado preparando y vamos a ver qué pasa". Lo que sí que queda claro es que en los acuerdos existen cláusulas que regulan las sanciones por su ruptura anticipada, pues se trata de contratos a largo plazo. Pero aún así esos pagos por la ruptura compensan al cuarto operador por los importantes ahorros que pretende extraer.

Desde el principio de este año, Fallacher ha tratado de marcar territorio y advertir de que su posición no iba a ser expansiva en el mercado mayorista e iban a ser "más cautelosos". Lo dijo después de que el consejero delegado de todo el grupo llamara precisamente a la prudencia, no sólo a la hora de analizar nuevas propuestas de contratos para operadores móviles más pequeños, sino también para abordar modificaciones de los actuales, como la que ahora afrontan con Másmóvil-Euskaltel. Tanto uno como otro han insistido en que no se rescindirán los contratos pero serán más precavidos "en cuanto a las condiciones que estamos dando a estos operadores que, a diferencia de nosotros, no están invirtiendo al mismo ritmo en España".

El crecimiento de la fibra

Además de las circunstancias propias de ambos grupos, esta renegociación llega en el arranque del 'boom' del negocio de los operadores de fibra neutros. Es decir, compañías financiadas, fundamentalmente, por fondos de capital riesgo que se han lanzado a comprar activos para convertirse en proveedores de red fija a las compañías. En el último año ha habido movimientos que inducen a pensar que este segmento será mucho más grande en un futuro cercano. 

Adamo -con 1,8 millones de hogares pasados con esta red- ha cambiado de manos: ha pasado del fondo sueco EQT al francés Ardian con unos múltiplos altísimos en el precio (más de 1.000 millones de euros). Onivia, nacida tras la compra por los fondos Macquaire, Aberdeen y Daiwa de 900.000 unidades inmobiliarias de Másmóvil, ha duplicado su tamaño y alcanza otros dos millones de hogares. Por su parte, Telefónica se ha abierto a vender una parte minoritaria de su red en España, la 'joya de la corona' a un inversor.

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