Por 372 millones

Másmóvil no podrá extraer todo el jugo a su segunda mayor compra hasta 2021

  • La CNMC retrasa su 'luz verde' a la compra de Lycamobile por el estado de alarma y el cambio de red, clave para los ahorros, se hará a final de año.
Meinrad Spenger es consejero delegado de Másmóvil.
Meinrad Spenger es consejero delegado de Másmóvil.
L. I. / Archivo

Es la segunda mayor compra de su historia, después de los 612 millones de euros que se pagaron por Yoigo. Pero para aprovechar todo el jugo de esa adquisición habrá que esperar. Másmóvil advierte al mercado que el impacto completo de los ahorros y las sinergias de la incorporación de Lycamobile al grupo llegarán en el año 2021. El cuarto operador aún espera a la luz verde de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que suspendió todos los plazos de los procesos en vigor con el arranque del estado de alarma.

Cuando todo el mercado se ha dirigido en los últimos años al pospago y a las ofertas convergentes, el grupo liderado por Meinrad Spenger sorprendió con una operación el pasado mes de marzo para hacerse con uno de los pocos grandes operadores móviles virtuales de ese segmento que quedan aún independientes. La lógica detrás de la adquisición, que supone un pago de 372 millones de euros en tres tramos durante doce meses desde la firma, es clara: ganar peso en este mercado, poblado por jóvenes y también por inmigrantes.

Pero aunque el acuerdo se suscribió en marzo, el mayor jugo se extraerá en 2021. La razón hay que encontrarla en el cambio más significativo que debe hacer Másmóvil cuando incorpore este operador a su grupo. Hoy la red móvil que alquila Lycamobile para operar es de Telefónica, que se la vende en la oferta mayorista regulada. Pero ese contrato no concluirá hasta finales de este año. Será ahí cuando los de Spenger puedan cambiar la red y conectar su nueva adquisición a su red móvil propia. Este simple gesto es el que implicará los mayores ahorros de costes y eficiencias. "Estamos preparados para empezar la migración de la red al final de este año; por tanto el impacto completo en sinergias debería verse en el año 2021", asegura Spenger.

Según las propias cifras del grupo, la incorporación de Lycamobile al perímetro generará sinergias que resultarán en un Ebitda anual superior a los 75 millones de euros. Para el año 2021, esperan que se quede en 70 millones. Eso es lo que le permite financiar la transacción, que se hará completamente en efectivo, con deuda bancaria sin que el apalancamiento se vea seriamente afectado (sólo sube dos décimas en el ratio que lo compara con el Ebitda).

Con estos plazos sobre la mesa, desde el operador amarillo se han querido curar en salud y extraer de todas las previsiones para este año los efectos de Lyca. Unas previsiones que han sorprendido a los analistas, por el marcado optimismo, pues en la teleco entienden que el impacto de la crisis del coronavirus va a ser muy limitado. Spenger defiende que se volverá a una cierta normalidad gradualmente a partir de junio, mientras que la actividad comercial "se va a normalizar en otoño".

En la ecuación de la operación de adquisición del OMV se encuentra también la CNMC. No podrán incorporar a su balance y a sus cuentas de resultados las cifras de la compañía hasta que no exista una autorización formal. El consejero delegado asegura que la 'luz verde' debería llegar después de que se levante el estado de alarma. "El impacto dependerá de la fecha en la que cerremos", apunta. No es la única compra que sigue pendiente. También inició el pasado mes de abril el proceso de compra del grupo de telecos Ahimás al iniciar la opción que ya tenía en su poder. Se trata de un holding de operadores locales en comunidades como Castilla-La Mancha, Andalucía o Extremadura.  

El prepago, a la baja

Este movimiento corporativo llega cuando el segmento del prepago cae en número de clientes para Másmóvil. El primer trimestre, afectado parcialmente por la suspensión total de las portabilidades a mediados del mes de marzo, se cerró con 1,7 millones de líneas de móvil de este tipo, lo que supone 100.000 menos que a finales de 2019. ¿Es esto un problema? Para Spenger, no lo es: "Somos muy optimistas; creemos que en el medio plazo va a ir bien". El primer ejecutivo reconoce que durante los tres primeros meses ha habido un impacto en los ingresos, porque las tiendas están cerradas (y este tipo de cliente suele visitarlas para hacer recargas) y por un menor consumo de datos al utilizar el internet fijo de los hogares durante el confinamiento. 

Al margen del prepago, defienden que se aprovecharán de las condiciones del mercado que deje el coronavirus. Todos los analistas confirman que habrá una mayor presión a la baja de los precios y una mayor sensibilidad de los clientes. Para Spenger, eso les beneficia, pues sus ingresos medios por usuarios (Arpu) son más bajos que el resto de sus competidores. También cree que les irá bien unos mayores ratios de 'infidelidad' de los clientes, pues eso significará que hay más posibilidades para captar nuevos contratos. "No esperamos grandes cambios en la estructura de mercado", confirma. ¿Y la irrupción de Orange con dos marcas 'low cost' -Simyo y República Móvil- convergentes en los próximos meses? "Han actuado racionalmente y esperamos que lo sigan haciendo".

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