Menos competencia

Másmóvil no pujará por el 5G y allana el camino a Telefónica, Vodafone y Orange

El cuarto operador perseguía una reserva de espectro 'ad-hoc' para no verse descolgado como el más pequeño competidor frente a los tres gigantes del sector.

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Meinred Spenger, consejero delegado de Másmóvil.
La Información

El cuarto operador tira la toalla y renuncia a presentar sus credenciales a la subasta de espectro radioeléctrico para las redes ultrarrápidas 5G. Másmóvil ha decidido no participar en las pujas, al no obtener las reservas de frecuencias que había exigido al Gobierno por su posición en el mercado frente a los tres grandes (Telefónica, Vodafone y Orange). De esta forma, se despeja el panorama para estos últimos, reduciendo de manera importante la competencia en la licitación que tendrá lugar antes de que concluya este mes de julio.

La incógnita sobre el papel de la compañía dirigida por Meinrad Spenger ya se ha despejado. Tal y como reconocen a La Información fuentes cercanas a la operadora, ha decidido no acudir a la subasta al no considerar "conveniente" su participación después de no haber recibido 'luz verde' a algunas de sus exigencias entre las que estaban la reserva de espectro para dar una "oportunidad realista de éxito" a operadores más pequeños o unos "precios razonables" de salida en la licitación. "En las condiciones no se han considerado de forma satisfactoria nuestras solicitudes", apuntan.

En el año 2019, cuando se licitaron las frecuencias de la banda alta de 3,5 Ghz (también destinada para el despliegue de las redes 5G) sí que acudieron y sacudieron los primeros días de pujas, con una fuerte subida de los precios. Sin embargo, anunció 'in extremis' el acuerdo para comprar espectro que estaba en manos de la operadora Eurona. Eso redujo de manera importante la presión competitiva del resto de operadores. Finalmente, el cuarto operador no adquirió ningún paquete.

La compañía insiste en que cuenta precisamente con esos 80 'megahercios' de la banda de 3,5 GHz, aunque finalmente no tenga, al menos a través de la subasta, con ninguna frecuencia de la de 700 Mhz, idónea para las zonas rurales y para los interiores de edificios. El colchón más importante del que disfruta es el acuerdo mayorista que ya blindó hace varios trimestres con Orange y a través del cual pagará por el alquiler de la red 5G de los franceses en el futuro. Podrá ofrecer a sus clientes este tipo de conexiones previo pago de ese pacto, que tendrá que ser renegociado tras la compra de Euskaltel.

Hasta ahora, el cuarto operador había mirado con cierta desidia la subasta de espectro radioeléctrico. Ya a principios del pasado año 2020 se descartó como 'liebre' del proceso para un encarecimiento de las frecuencias. "El espectro de 700 MHz está bien pero no es un requerimiento imprescindible; nos encantaría tenerla y sería una pena que fuésemos el único cuarto operador sin bandas bajas; pero podemos vivir sin ello", aseguraba el consejero delegado de la operadora, Meinrad Spenger.

Menos competencia

Esta decisión afecta claramente al resto de competidores que sí que pujarán. Después de la reorganización de los límites a la concentración de frecuencias ejecutada el pasado año por parte del Gobierno, que sólo limitaba a tres los potenciales adjudicatarios, Telefónica, Vodafone y Orange se repartirán estos activos. Esto hace que la batalla sea mucho menos agresiva de lo que cabría esperar en caso de que hubiera un rival más en la ecuación.

Esto aleja los temores por parte de estos tres grandes respecto a la inflación en la subasta. Un temor que llevó incluso al Ejecutivo de Pedro Sánchez a reducir un 15% el precio de salida hasta dejarlo ligeramente por debajo de los 1.000 millones de euros. En los Presupuestos Generales del Estado para este ejercicio se preveían unos ingresos de 2.100 millones, lo que se situaba muy por encima de lo esperado por las operadoras.

No hay aún fecha cerrada para lanzar la licitación pública, pues el Gobierno debe analizar todas las solicitudes para proponer una definitiva en la que arrancar. No puede celebrarse más allá del 21 de julio, tal y como quedaba reflejado en la orden ministerial publicada hace unos días en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Telefónica y el resto afilan sus ofertas y diseñan las estrategias sin tener que mirar por el retrovisor al cuarto operador.

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