Pepe Rodríguez o cómo ser el chef más popular de la TV... sin amasar una fortuna

  • Es copropietario de El Bohío, un restaurante con estrella Michelín en Illescas (Toledo) y tiene una saneada empresa de asesoramiento culinario. 
El chef Pepe Rodríguez protagonizará en una galería de Ibiza la primera cata de arte y alta cocina
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EUROPA PRESS

Un bohío es una humilde construcción típica de los países sudamericanos y caribeños hecha con maderas y cañas. Pero en la localidad toledana de Illescas, El Bohío es también el restaurante del cocinero de los sabores tradicionales de Masterchef, que juzga junto con Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz a los concursantes y celebridades que se atreven a entrar en los fogones de la tele. Pepe Rodríguez puso ese nombre al restaurante que regenta junto a su hermano Diego porque sus abuelos vivieron en Cuba y su madre nació allí. 

Ellos han vuelto a poner a Illescas en el mapa culinariamente hablando, ya que desde la boda de Isabel Preysler y Julio Iglesias, que se casaron en la Quinta de Illescas en 1971, pocas celebridades internacionales -con permiso del dueño de Desguaces La Torre, Ágatha Ruiz de la Prada y Carmen Martínez Bordiú- se aventuraban a volver por estos lares. Este chef toledano, amante de los sabores tradicionales, siempre ha estado muy agradecido a su faceta televisiva, pero desde la humildad. Más de una vez ha comentado que mantienen el negocio gracias al impulso mediático. "Hay gente que coge un avión desde Venezuela para comer aquí", ha comentado más de una vez su hermano Diego, socio, director de sala de El Bohío y, curiosamente, el extrovertido de esta familia de tres hermanos. 

El Bohío tenía ya una estrella Michelin cuando Pepe Rodríguez entró a formar parte del 'talent show' culinario. Y toda una andadura profesional hecha. Reconocido con 3 soles de la Guía Repsol 2014, recibió la mencionada estrella en 1999 y la preserva desde entonces. Once años más tarde, en 2010, Pepe fue galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía. Ese mismo año fundó, junto a su hermano Diego, Iván Cerdeño y Rodrigo Delgado, el restaurante La casa de Carmen (en Olías del Rey, Toledo), que en noviembre de 2013 también consiguió una estrella Michelin. Aunque desde 2017 ya no figuran ni él ni su hermano en el accionariado de la sociedad que gestionaba el restaurante de Cerdeño. 

Las cuentas de El Bohío están en números verdes pero con discreción. La empresa El Bohío SL tiene un activo de casi 900.000 euros, pero los resultados de su ejercicio de 2017 después de pagar impuestos y al personal son de 58.293 euros.  Sin embargo, el restaurante y su faceta televisiva no son los únicos ingresos de este cocinero, que como sus compañeros se ha lanzado en brazos de la publicidad y es además asesor de Sodexo Prestige. 

El toledano, discípulo de Martín Berasategui, colabora desde 2014 con esta división empresarial dedicada a ofrecer servicios de alta restauración en eventos, desde la gestión de restaurantes y celebraciones corporativas, hasta la organización de grandes acontecimientos deportivos y culturales. Hay quien asegura que al personaje de Pepe no se le ha sacado todavía todo el rédito publicitario que tiene. Y eso que ya le hemos visto un año dando las campanadas junto a Jordi Cruz y Anne Igartiburu.

Orígenes humildes

El toledano tiene un origen humilde y nunca lo ha ocultado. Como tan poco que huye de cualquier etiqueta relacionada con el esnobismo en la cocina, "de tanta gastrotontería", como a él le gusta recalcar. Su madre se casó con un fotógrafo que había querido ser torero (de ahí la decoración taurina de El Bohío) y acabaron montando un bar en 1934. En el pueblo a su madre la conocían como Teresita la de El Bohío, y se puso a cocinar sin tener ni idea del oficio, con lo que su abuela le enseñaba. Su padre dejó la fotografía y se metió como camarero. El restaurante estuvo casi tres décadas cerrado y fue reabierto por sus padres en 1971, aquel año de la boda de Julio Iglesias, para mantenerse en funcionamiento casi sin interrupción desde entonces. Él como el resto de sus hermanos tuvo que ponerse a ayudar en el negocio familiar.

Hoy el televisivo chef tiene además una sociedad dedicada al asesoramiento integral en cocina, que tuvo un balance de ventas en 2017 de 237.150 euros. La tiene domiciliada en una de sus propiedades, un chalet del vecino complejo Señorío de Illescas, lindando con las instalaciones que Airbus tiene en esta ciudad. Pepe sigue dedicando todo el tiempo a la cocina, "casi como un deportista de élite", como a él le gusta decir. Y de su aterrizaje forzoso en los fogones familiares cuando tenía 22 años está orgulloso, pero sabe que no se puede quedar dormido. Por cierto, buscan cocineros. Por si se animan a seguir su ejemplo. 

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