Matarromera pasa de las bodegas a la cosmética: llega el negocio de la uva 2.0

  • La bodega invierte en investigación más del 15% de su facturación, lo que ha supuesto en los últimos diez años más de 45 millones de euros.
Matarromera apuesta por la investigación
Matarromera apuesta por la investigación

No solo de vino viven las Bodegas Familiares Matarromera. Su presidente y fundador, Carlos Moro (Valladolid, 1953) tiene claro que hay que adaptarse al negocio de la uva 2.0. “El I+D+i es una de nuestras apuestas clave, con una inversión anual que supone más del 15% de la

facturación de la compañía para ser una de las bodegas del mundo que más porcentaje de sus ventas dedica a la innovación hasta alcanzar más de 45 millones de euros en los últimos 10 años”. Matarromera facturó 20,3 millones de euros en 2015; 22,5 en 2016 y aspira a superar los 25 millones en el presente ejercicio vendiendo, entre otros productos, más de 5 milones de botellas de vino.

La crisis golpeó muy duro a los productores de vino españoles. Muchas bodegas tuvieron que cerrar y otras aún tratan de recuperarse del 'tsunami' económico que sufrió España entre el 2008 y el 2013. Matarromera logró sortearla con tres palabras en el frontispicio de su actuación: “Calidad, I+D+i y diversificación”. El propio presidente del grupo, Carlos Moro, que fundó la empresa en 1988, reconoce que “nuestra fortaleza reside en la enorme diversificación del producto"

El grupo Bodegas Familiares Matarromera, que tiene ocho bodegas como Carlos Moro, Emina, Matarronera, Cyan... en seis denominaciones de origen diferentes (Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro, Vinos de la Tierra de Castilla y León y Rioja.) y unas 500 hectáreas dedicadas al cultivo, ha investigado no solo en el viñedo con el objeto de obtener uvas y vinos de máxima calidad, sino también ha desarrollado tecnologías enológicas que permiten la creación de nuevos productos como el vino sin alcohol. Esta investigación y desarrollo ha derivado en la construcción de una planta para la desalcoholización de vinos y la elaboración y comercialización de WIN. Un vino, cero alcohol.

Vino sin alcohol
El vino sin alcohol, otra posibilidad de negocio.

Dentro de toda esa investigación, la bodega pretende potenciar los compuestos beneficiosos del vino que puedan redundar en una mejora de la salud de los consumidores. Realizan procesos como la selección de microorganismos enológicos y desarrollan incluso estrategias y métodos frente al cambio climático, análisis para saber cómo se adaptan las plantas a las diferentes condiciones naturales, tipos de suelos y abonos, etc... También apuestan por el cultivo del olivo y la elaboración de aceites de oliva virgen extra.

Gracias a ello se ha podido avanzar en los compuestos de las ricas materias primas que obtienen, como las uvas y las aceitunas, e investigar en sus beneficios, en posibles extractos y en la aplicación a otras matrices y productos, no solo alimenticios, sino también cosméticos y nutricionales. Estas investigaciones también han permitido el desarrollo y diseño de nuevos productos hasta entonces inexistentes.

La extracción de polifenoles y otras moléculas orgánicas han permitido a Bodegas Familiares Matarromera producir ingredientes naturales, mejorar sus productos tanto vinícolas como oleícolas y el desarrollo de complementos beneficiosos para la salud, como Vinesenti o ESDOR Cosméticos. Además, en su afán innovador, Matarromera desarrolla sistemas para reducir la emisión de CO2 y luchar contra el cambio climático como plantas fotovoltaicas para el autoconsumo, o es pionera en el enoturismo. Y es que todas las bodegas e instalaciones del grupo son visitables y accesibles.

Este año ha sido una cosecha escasa, pero de gran calidad
Este año ha sido una cosecha escasa, pero de gran calidad

Es la uva 2.0 del grupo Matarromera, donde hasta los drones se van de vendimia y la combinación tecnológica de pequeños aviones no tripulados e imágenes infrarrojas y multiespectrales proporciona indicadores clave para determinar, por ejemplo, cuándo hay que vendimiar.

Una uva por la que Matarromera ha sido galardonada hace unas semanas con el Premio Vine Science 2017, en la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) de Ámsterdam, por un proyecto que estudia cómo los extractos de la uva permiten suplementar la dieta usando menor contenido en sal y mejorando los niveles de azúcar en sangre, algo importante para la prevención de la hipertensión arterial y el control de la glucemia'.

¿Pero, qué son los polifenoles?

Los polifenoles de esta uva tinta que es el tempranillo son unos de los antioxidantes naturales más eficaces, con numerosos estudios clínicos que avalan su aplicación en el campo cosmético y en el cuidado de la piel. Está cientificamente comprobado que los polifenoles tienen una capacidad antioxidante muy elevada, superior a las vitaminas C y E. Ayudan a neutralizar los radicales libres, principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel. Además, actúan como sustancias protectoras de los componentes de la piel, evitando la oxidación de fibras de colágeno y elastina, así como de todo aquello que se ponga en contacto con ellos.

De los polifenoles se extrae el Eminol, que es es un innovador compuesto polifenólico con elevada capacidad antioxidante, que bloquea el proceso del envejecimiento de la piel cuyo proceso de extracción ha sido desarrollado y patentado por Grupo Matarromera. Y de ellos nacen los cosméticos de alta gama ESDOR, que contienen al menos un 85% de ingredientes naturales, no contienen parabenos, ni aceites minerales, ni colorantes artificiales ni ningún otro compuesto de procedencia animal.

El negocio de la uva 2.0
El negocio de la uva 2.0: cosméticos de alta calidad.

La compañía ha diseñado y creado en los últimos años una decena de patentes propias a nivel mundial y lanzado proyectos de investigación con la cooperación de más de 17 universidades, 15 centros tecnológicos y otras empresas punteras de toda Europa.

El vino sigue siendo la base de todo
El vino sigue siendo la base de todo
Un año escaso, pero de gran calidad

Uva tempranillo excepcional a pesar de la sequía

La vendimia de este año ha sido escasa en España. y en la ‘milla de oro’ de la Ribera del Duero, asolada por una terrible sequía y las fatídicas heladas del 27 y 28 de abril, aún más. Solo se recogieron 54,5 millones de kilos de uva, la vendimia más reducida en los últimos quince años, cuando según el informe del Consejo Regulador de la Denominación de Origen las cantidades de los últimos cinco años oscilaban entre los 90 y los 133 millones de kilos.

En contrapartida, las vides plantadas en la tierra caliza bañada por el Duero han dado una uva tempranillo de excepcional calidad hasta llegar a calificar la añada de 2017 como extraordinaria con unas calidades desconocidas desde la histórica vendimia de 2005. La uva de la pasada vendimia tuvo un muy buen estado sanitario y sus niveles fenólicos, tanto en color como en taninos, además de su grado alcohólico, arrojaron parámetros óptimos.

Estas uvas de calidad extrema ya reposan en los templos sagrados del vino de Valbuena de Duero para que después de envejecer durante 60 meses (al menos 18 en barricas de roble francés y americano) los aficionados al vino puedan paladear, allá por el 2023, un Matarromera Gran Reserva de 2017, por ejemplo.

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