Nuevo SOS al Ministerio de Industria tras la crisis del coronavirus. El fondo de recapitalización para pequeñas y medianas empresas de la firma pública Cofides ha recibido durante la última semana una nueva solicitud de ayuda. La petición la ha realizado la cadena de gimnasios de bajo coste Altafit, la primera en España de su categoría por número de abonados. La compañía, cuyo propietario es el fondo de inversión español MCH Private Equity, habría acusado una caída de las ventas de aproximadamente el 35% durante el año de la pandemia a causa de los cierres y las restricciones de horario y aforo para contener la expansión del virus.
La solicitud de la cadena de gimnasios low cost es la última en entrar en el listado de empresas que necesitan financiación extraordinaria para mantenerse a flote. La compañía dirigida por José Antonio Sevilla es la de mayor número de abonados en su categoría, según los estudios del sector. Cuenta con 88 establecimientos repartidos por España y, de acuerdo a las últimas cifras divulgadas, tiene 130.000 abonados. Aunque no ha trascendido la cuantía de ayuda solicitada, la compañía ya ha pasado el primer corte de la agencia de rating Inbonis, seleccionada por Cofides para medir el peligro de cada rescate.
Altafit es propiedad del fondo de capital riesgo española MCH. El vehículo inversor entró en la compañía en el verano de 2018, con el propósito de emprender un plan de crecimiento. El inversor, conocido en España por ser dueño también de firmas como Palacios y Atrys -en el pasado lo fue de Talgo, Marco Aldany y +Visión-, contó con el apoyo de Tikehau y Banco Santander. Ambos prestaron 21,8 millones de euros para financiar la compra y otros 10 millones de capex para financiar la apertura de nuevos gimnasios, así como la adquisición de otros operadores de tamaño más reducido.
Primeros rescates en noviembre
El coronavirus paró en seco el plan de expansión de Altafit. La compañía encadenaba años de crecimiento que se traducían en nuevas aperturas, pero la crisis sanitaria puso contra las cuerdas las finanzas del grupo. Los ingresos cayeron en 2020 en un 35%, rebajando así su volumen de ventas de hasta los 23 millones de euros, según publicó 2Playbook. El director general también reconoció que ese año había cerrado el balance en números rojos y había tenido que acogerse a mecanismos extraordinarios como los créditos avalados por el ICO y los Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE).
Con esta nueva solicitud, una nueva cadena de gimnasios acude al amparo de la Administración. La primera compañía en encomendarse al fondo de Cofides la articuló Be One, que solicitó 25 millones de ayudas, como avanzó La Información. En términos generales, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID), la patronal de los gimnasios en España, calcula que la pérdida del volumen de ventas en el sector ha sido de más de un 60%. "Como muchas otras, la actividad ha permanecido expresamente suspendida y en consecuencia las instalaciones han estado cerradas al público y las empresas imposibilitadas de prestar sus servicios", declaró este mes de junio su máximo representante, Adolfo Ruiz.
La patronal de los gimnasios alertó de una caída del 60% en el sector por la Covid-19
La hoja de ruta para allanar el rescate de Altafit pasa por asignar dos asesores que analicen su expediente. Uno se encargará del análisis financiero y otro de los aspectos jurídicos. Para ello, Cofides ha cerrado un acuerdo marco con 26 firmas de profesionales, de igual modo que lo ha hecho la SEPI para su fondo de empresas estratégicas. Aunque la lista de posibles analistas es extensa, la mayoría de rescates están siendo adjudicados a la consultora Grant Thornton y al área legal de BDO. Otras compañías como Broseta, Duff & Phelps o Ramón y Cajal también han sido seleccionados con el mismo propósito.
Cofides, por su parte, todavía no ha rescatado a ninguna empresa, pese a que ya acumula 160 millones de euros en peticiones (más de un 10% de la capacidad de todo el fondo). Fuentes de la corporación, no obstante, explican a este medio que esperan dar luz verde al primer rescate antes de que llegue el mes de diciembre. Las primeras solicitudes en reclamar el balón de oxígeno del Estado fueron la cadena de figuras de porcelana Lladró y la interiorista Martínez Otero, conocida por ser la decoradora de las tiendas de ropa de Zara. Más tarde siguieron sus pasos los restaurantes de alta cocina del Grupo Tragaluz y proveedores importantes de PSA y Airbus.
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