Modelo 'asset light'

Meliá reducirá sus hoteles en propiedad hasta el 10% y crecerá como inquilino

La compañía mallorquina tiene la intención de rebajar su papel patrimonialista en los próximos años. Se resiste a vender más activos, pero crecerá firmando nuevos proyectos en gestión o con franquiciados. 

Atalaya Park cerró con Meliá un acuerdo de colaboración en la gestión del hotel en 2017.
El hotel Atalaya Park operado por Meliá.
Agencia EFE

La previsión del sector hotelero para este 2022 no es únicamente que la recuperación sea una realidad, sino que las tendencias iniciadas antes de la pandemia se consoliden. Una es inevitablemente el cambio en el papel patrimonialista de las grandes hoteleras, que se diluirá al centrarse en otros modelos de expansión como el de gestión a través del arrendamiento o el de la alianza con franquicias. En este sentido, Meliá, la primera compañía en España por número de habitaciones, quiere rebajar el peso de sus hoteles en propiedad desde el 14% actual hasta el 10%.

La fórmula empleada por la familia Escarrer no se llevará con más desinversiones. "No prevemos llegar a este porcentaje por la vía de vender más activos, sino por el crecimiento del portfolio a través de nuevas incorporaciones en el modelo gestor", indican desde la compañía. En este sentido, la compañía mallorquina espera empezar a operar en 22 nuevos hoteles para los próximos meses, todos ellos con un modelo bajo gestión.

En los últimos años, Meliá ha llegado a acuerdos para operar algunos hoteles cuya titularidad recae en inversores institucionales. Un ejemplo de esta alianza ha tomado forma con HI Partners, de Blackstone, dueño del Meliá Villaitana y del ME Sitges Terramar. El primero cuenta con 455 habitaciones y se adquirió en 2017; el segundo tiene una categoría de cuatro estrellas y está ubicado en primera línea de playa en la ciudad de Sitges (Cataluña).

La fórmula se ha seguido empleando durante la pandemia. El movimiento más significativo se dio en julio de 2021, con la venta de ocho hoteles a la socimi Atom, de Bankinter, en la que Meliá acordó quedarse como inquilino. La operación contemplaba establecimientos de cinco estrellas como el Gran Meliá Victoria, el Meliá Tamarindos y el Meliá Salinas. Todos se ubican en áreas vacacionales de España como Cádiz, Lanzarote, Mallorca y Menorca.

La otra palanca de crecimiento son los hoteles afiliados, cuya incorporación  a la compañía es mucho más rápida porque no deben compartir tantos estándares como los hoteles integrantes de las marcas del grupo, aunque sí deben cumplir estrictamente ciertos estándares de calidad y sostenibilidad. El sello Affiliated By Meliá está ya a en 43 hoteles, según los últimos datos proporcionados por la propia compañía. Estos establecimientos están repartidos en Europa, Asia y América.

La estrategia, en cifras y en el sector

La reducción patrimonialista de Meliá ya es una realidad. De acuerdo a las distintas informaciones remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Meliá cuenta ahora con 37 hoteles en propiedad, aproximadamente un 20% menos respecto a hace seis años (48). Por contra, el número de proyectos en franquicia y bajo gestión ha crecido con el paso del tiempo. Este cambio de tendencia también se nota en las cuentas remitidas al regulador bursátil. En el mix de ingresos, los hoteles explotados en alquiler pesan ya más que los que son su propiedad, según los datos disponibles hasta septiembre, a diferencia de 2015.

La estrategia de Meliá se acelerará en 2022, año en el que la mayoría de hoteleras esperan volver a beneficios tras las pérdidas históricas de 202o y el inicio de remontada en 2021. La hotelera de los Escarrer quiere olvidar las pérdidas este año -todavía están por desvelar las del pasado año-, como han anunciado que también esperan otras hoteleras de gran tamaño como Hotusa o NH. La única rara avis del sector ha sido Riu, que ha conseguido cerrar 2021 en números negros.

Estos rivales también han profundizado en su conversión de propietario a inquilino. NH, por ejemplo, llegó a un acuerdo con el fondo francés Covivio para desprenderse de ocho hoteles en Europa (en Roma, Florencia, Venecia, Niza, Praga y Budapest), mientras que Palladium, de la familia Matutes, llegó a un acuerdo con Azora para crear una sociedad conjunta que le permite crecer con el capital de la gestora y alcanzar nuevos acuerdos con dueños de hoteles.

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