Meliá revela sus cartas hasta junio. La compañía hotelera, la primera en España por volumen de negocio, ha registrado unas pérdidas de 151 millones de euros en el primer semestre del año. Los números rojos, no obstante, mejoran a los cosechados en el primer semestre de 2020 (-358 millones de euros), el “peor” de toda la historia de la compañía. Con todo, las restricciones por el coronavirus volvieron a afectar al sector turístico desde el mes de abril por los nuevos repuntes de contagios. El golpe de la pandemia se notó en mayor medida en los hoteles urbanos de España y el resto de Europa.
Los ingresos consolidados de la compañía controlada por la familia Escarrer descendieron un 4,6% respecto al mismo periodo de 2020, hasta alcanzar los 304 millones de euros. La rentabilidad del grupo, medida a través del resultado bruto de explotación (ebitda), mejoró tras varios meses en negativo hasta alcanzar los 1,5 millones de euros.
Con este resultado, Meliá comunica al mercado el resultado previsto para la primera mitad de año. El consejero delegado y vicepresidente de la cadena, Gabriel Escarrer, explicó en la junta general de accionistas que esperaba buenas noticias para la empresa a partir de junio, mes en el que empezaría a cosechar ebitda positivo. "En junio, tras quince meses en negativo, la compañía obtendrá un ebitda positivo", afirmó.
Por regiones, Meliá observa un claro inicio de la recuperación en América y China; la evolución en España y Europa, sin embargo, es débil, según la documentación depositada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Otra tendencia que se repitió fue la evolución de los hoteles por segmentos. Mientras la compañía aprecia signos de recuperación en los destinos vacacionales españoles coincidiendo con el tercer trimestre, el más importante del año para el sector, los destinos urbanos siguen sufriendo. "La extensión del teletrabajo en la mayoría de empresas ante la 5ª ola y la ausencia de negocio MICE afectan con dureza a algunos hoteles", expresa la compañía.
Deuda y liquidez
A cierre del primer semestre, la deuda neta de Meliá se ha incementado en 164,3 millones de euros respecto a diciembre 2020, hasta situarse en los 2.768 millones de euros. Este incremento viene motivado, principalmente, por "las prórrogas de varios contratos de alquiler", reconoce la compañía ante el regulador bursátil.
En paralelo, la compañía sigue manteniendo como una de sus prioridades sustentar una posición de liquidez para afrontar los meses venideros con tranquilidad. Es por eso que ha refinanciado en su totalidad durante la primera mitad de año los vencimientos de deuda previstos para este ejercicio 2021. A cierre de junio, la situación de liquidez, incluyendo tanto la tesorería como las líneas de crédito no dispuestas, asciende aproximadamente a 405 millones de euros.
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