En mitad de la crisis del coronavirus, Meliá anunció que necesitaba captar aproximadamente 200 millones de euros para ganar liquidez y recortar deuda. Esa misma cifra la ha obtenido este mismo miércoles, según acaba de comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La compañía dirigida por Gabriel Escarrer acaba de finalizar una operación de transmisión de 6 hoteles de su propiedad y de su participación sobre otros 2 activos hoteleros a la socimi de Bankinter.
De acuerdo a la información remitida al regulador bursátil, el grupo de sociedades resultante de dicha operación mantendrá la propiedad y la actividad asociada de los activos hoteleros, que se encuentran ubicados en Baleares (3), Canarias (2) y Granada (1), Cádiz (1) y Zaragoza (1), con un total de 1.801 habitaciones.
El acuerdo pasa porque la hotelera de la familia Escarrer mantenga la gestión hotelera de los 8 activos mediante contratos a largo plazo. También se reserva la posibilidad de ejercer futuras opciones de compra sobre los mismos hoteles a precio de mercado, siempre y cuando se cumplan "determinadas condiciones de éxito".
El valor total de la transacción asciende a 203,9 millones de euros, justo el objetivo que se marcó Meliá el pasado mes de mayo, cuando anunció los primeros resultados trimestrales de 2021. El impacto en la caja del grupo será de 170 millones de euros, generando plusvalías contables por 62 millones de euros.
"Mantenernos como gestora es condición imprescindible para nosotros a la hora de realizar operaciones como estas. Nuestra estrategia permite mantener e incrementar el volumen de habitaciones a un ritmo más intenso y con un carácter más estratégico, incurriendo al mismo tiempo en un menor apalancamiento financiero e inmobiliario", explicaron recientemente fuentes de la compañía a La Información. Esta operación también le permitirá rebajar su deuda, pues en el primer trimestre del año la deuda neta se había incrementado en 143,6 millones de euros, alcanzando a cierre de marzo los 2.747,4 millones. Al final del mismo periodo, la situación de liquidez (incluyendo la tesorería y las líneas de crédito no dispuestas) ascendía aproximadamente a 230 millones de euros.
El traspaso de estos ocho activos es una operación necesaria para la compañía, que perdió 131 millones hasta marzo y anotó una fuerta caída de ingresos superior al 70%, hasta conseguir una facturación de 76,3 millones. La hotelera, sin embargo, explicó que las previsiones de este año no son tan malas como las que se pronosticaban en un primer momento. El objetivo es iniciar la campaña estival con resultado de explotación (ebitda) positivo por primera vez en quince meses, gracias al proceso de vacunación y al final de las restricciones. "Estamos en la antesala de la recuperación", afirmó el consejero delegado y vicepresidente de Meliá.
