1.286 personas

Los menores de 51 años de Caixa piden subirse al ERE y buscar otros trabajos

Un 15,6% de la plantilla que ha solicitado adherirse al plan de bajas voluntarias forma parte del rango más joven, puesto que cuenta con unas mejores perspectivas de contratación e incluso busca nuevos retos.

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Los menores de 51 años de Caixa piden subirse al ERE y buscar otros trabajos
EFE

CaixaBank se enfrenta al creciente interés de los más jóvenes de su plantilla por huir del grupo. Un total de 1.286 menores de 51 años o con una antigüedad inferior a los seis años quiere dejar el banco, según el cuadro de adhesión por colectivos al que ha tenido acceso La Información. Este número representa el 15,6% del total de peticiones recibidas y representa en torno a cuatro puntos porcentuales más que las personas de este colectivo que querían dejar Bankia en el último ERE acometido antes de su fusión. Barcelona y Madrid concentran cerca de 280 empleados del grupo de menor edad que quiere dejar atrás a la nueva entidad. 

Las condiciones económicas son buenas, como suele ser habitual en este tipo de ajustes. El banco capitaneado por José Ignacio Goirigolzarri calcula que su Expediente de Regulación de Empleo (ERE) costará unos 1.900 millones de euros, es decir, 294.482 euros de media por trabajador despedido. Concretamente, el personal menor o igual a los 51 años dispuesto a abandonar la entidad, percibirá 40 días por año trabajado con un límite de 36 mensualidades, con una prima de entre 13.000 y 23.000.

Pero esta vez el incentivo indemnizatorio no es el principal aliciente de los trabajadores para dejar el banco. Fuentes cercanas a la entidad achacan el mayor volumen de adhesiones en el rango de menor edad a unas perspectivas mayores de contratación. Muchos quieren plantearse nuevos retos e incluso salir del sector.

Muchos empleados del colectivo más joven quieren plantearse nuevos retos e incluso salir del sector

En cualquier caso, la mayoría de solicitudes se concentra entre los trabajadores de mayor edad. Los empleados con más de 54 años (1967 y anteriores) que se han apuntado ascienden a 3.219. Suponen el 39% de las adhesiones. Los que sean admitidos de este grupo, percibirán una indemnización equivalente al 57% de su salario fijo hasta los 63 años, así como el pago del convenio especial con la Seguridad Social hasta esa edad y una prima de adhesión al ERE que oscila entre los 18.000 y los 28.000 euros brutos. 

El resto se reparte entre los mayores de 63 años o aquellos que se encuentran entre los 52 y 53 años. Se da la circunstancia de que, pese a la voluntariedad, el acuerdo contempla cupos máximos de salidas por territorios y por franjas de edad. Es decir, que se limitan las salidas de 52 y 53 años a un máximo de 750 empleados, y a 1.750 las de trabajadores de 54 y 55 años.

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha mencionado en alguna ocasión que se siente satisfecho por el número de personas que se han interesado en unirse al programa. Considera que ha sido gracias a las "atractivas y responsables" condiciones ofrecidas. No obstante, los sindicatos han puesto en cuestión esta afirmación. Aunque los términos económicos son buenos, consideran que "algo se debe estar haciendo mal cuando tanta gente quiere irse del grupo".

La sobredemanda de personas interesadas en subirse al ERE de CaixaBank asciende al 27,8%, puesto que hasta 8.246 personas se han apuntado. En cambio, solamente existen 6.452 plazas. La entidad está realizando un intenso trabajo este verano. Las peticiones están siendo analizadas y tendrá que dar una respuesta a los empleados que se han apuntado antes del próximo 20 de septiembre. La primera ventana de despidos en el marco del expediente está previsto que se inicie el 1 de noviembre de este año, mientras que se dará paso a las siguientes cada dos meses.

Las peticiones no se aceptarán de forma indiscriminada, sino que se determinará según edad, funciones dentro de la empresa o lugares con excedentes. En el último trimestre de 2021 se abrirá un nuevo proceso de adhesiones voluntarias para el caso de que siga existiendo la necesidad de reducir personal de determinadas áreas. La última fase, que se tratará de evitar, contempla la movilidad geográfica forzosa en caso de que, con las medidas anteriores, queden excedentes. Quien se niegue a cambiar de provincia llegado este punto, tendrá que salir del banco sin prima.

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