Mercado eléctrico: bajo sospecha y sin alternativas desde hace más de diez años

  • Los expedientes sancionadores y las multas por la alteración de precios en el mercado mayorista se suceden sin que haya propuestas de reforma.
Redes eléctricas
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CLUSTER DE LA ENERGÍA - Archivo

La gota china -otros dicen malaya- es una tortura cruel. Una gota de agua helada que cae cada cinco segundos sobre la frente. Lesiona y quema. El mercado eléctrico sufre desde hace más de diez años su propia gota: denuncias periódicas de manipulación de los precios del kW que lesionan el bolsillo de los usuarios. Pese a que desde 2008 se suceden los expedientes y las propuestas de sanción, el mercado mayorista de electricidad, donde se casan oferta y demanda de energía y se decide el 40% del recibo (regulado) de la luz, funciona como si nada sucediera y como si nada hubiera cambiado en el sistema, revolucionado con la entrada de las energías renovables.

Las críticas por el funcionamiento del mercado eléctrico se suceden prácticamente desde su entrada en funcionamiento, hace 20 años. Pero subieron de intensidad cuando los organismos reguladores de la época, CNE, CNC y luego la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) empezaron a recoger, vía expedientes, las presuntas manipulaciones del mercado.

Pese a la sucesión de investigaciones y de anuncios de reformas de todos los responsables de Energía, tanto de los Gobiernos del PP como del PSOE, el mercado mayorista eléctrico se mantiene. Aunque en algún programa electoral -Unidas Podemos- se hace referencia a cambios en el sistema de fijación de precios, los partidos no han entrado en el detalle. Todos prometen rebajas en el recibo de la luz, pero el asunto del mal funcionamiento del 'pool' no ha merecido ni un minuto en los debates electorales.

Disputa electoral

La energía, el medio ambiente y el mercado eléctrico no ha sido uno de los temas estrella en la disputa electoral. Y ello a pesar de que en los últimos meses el Gobierno de Pedro Sánchez sí ha dado pasos importantes para hacer frente a las obligaciones para combatir al cambio climático como la elaboración del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC); promover el autoconsumo o alentar el desarrollo de las renovables mientras prepara el fin de las nucleares.

Pero nadie cuestiona cómo funciona el corazón del sistema, donde el precio que cobran todas las centrales lo marca la última que ofrece energía. El exconsejero de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Jorge Fabra, lo describió en un artículo en el que abogaba por los cambios.  "¿Es ésta una manera adecuada de fijar la retribución de las diferentes tecnologías que concurren en el suministro eléctrico?" se preguntaba. "Seguramente no. La razón es sencilla: con un precio único (en el mercado mayorista), unas centrales no cubren sus costes medios, y otras los cubren en exceso. En el mercado eléctrico, no hay una mano invisible que cuadre la ecuación."

Invisibles no. Pero manos quizá sí. Porque se suceden los expedientes y  sanciones  por la supuesta manipulación del mercado de las grandes empresas eléctricas. La ola no ha cesado desde el año 2008. La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) concluyó en 2011 que, tres años antes, las grandes compañías acordaron dificultar los cambios de compañía de los usuarios y cobrar precios similares a los grandes clientes. La multa impuesta a  Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, HC y E.ON fue de las grandes, 61 millones. No la pagaron. El Supremo tumbó el expediente por un defecto de forma.

El susto para las eléctricas, si lo hubo, no duró mucho. En 2015, la CNMC impuso una multa de 25 millones a Iberdrola porque la compañía, supuestamente, había manipulado el mercado mayorista eléctrico en 2013 al restringir la oferta de sus centrales hidráulicas. Menos agua, más precio y más beneficio.  Durante las primeras tres semanas de diciembre de 2013 los precios  casi se duplicaron. Pasaron de un precio medio en noviembre de 41,85 euros MWh a 78,95 MWh en los primeros 22 días del mes de diciembre, alcanzando un máximo de 92 MWh el 18 de diciembre. La multa está recurrida.

Agua y también gas

Aunque las pesquisas por lo sucedido en el invierno del año 2013 se centraron en las centrales hidroeléctricas, hubo expertos que apuntaron también a manipulaciones con la oferta de las centrales de ciclo combinado -gas-. El grupo de especialistas en energía de Economistas Frente a la Crisis señaló que la CNMC debió hilar más fino y "tener en cuenta la situación y gestión del parque térmico, en particular el de las centrales de gas y, entre ellas, las de Iberdrola".

La secuencia restricción de oferta de energía-subida de precios-expediente-propuesta de sanción se ha repetido en los últimos años. En el invierno de 2016, de nuevo se dispararon los precios. El MWh llegó a marcar los 100 euros. En esta ocasión, según el expediente que tramita la CNMC, los responsables de la alteración de precios fueron Endesa y Naturgy. El mecanismo: declarar "indisponibles" por problemas técnicos centrales de gas, lo que recortaba la oferta. Las empresas lo niegan.

Hay más. En el verano de 2018, el presidente de la CNMC, José María Marín y el secretario de Estado de Energía, José Domínguez, confirmaron en Santander que la Comisión examinaba con lupa qué había sucedido con la subida de precios en la primavera. Porque la subida también había sido llamativa. La escalada de precios comenzó en abril (6,2%) respecto al mes anterior cuando se esperaban bajadas por la abundancia de lluvias. El análisis de la CNMC, según confirmaron fuentes del organismo, no presuponía la existencia de irregularidades. Pero tampoco era una acción rutinaria. De aquella investigación nunca más se supo. Sólo queda la desconfianza. 

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