El 'ladrillo' pisa el freno con el sector en guardia tras varias rebajas de entregas

  • En las últimas semanas el mercado inmobiliario se ha visto agitado por el anuncio de tres promotoras de modificaciones en su plan de negocio. 
Edificio en construcción - FOTO: EFE
Edificio en construcción - FOTO: EFE

El mercado inmobiliario en España no está viviendo su mejor momento. Las nubes de tormenta se han instalado sobre las compañías del sector y ya van tres -Neinor, Quabit y Metrovacesa- que han tenido que pisar el freno con sus planes de negocio y admitir retrasos o recortar el número de entregas de viviendas que llevarán a cabo durante los próximos ejercicios. Por si fuera poco, como consecuencia de estos avisos, algunas de ellas también se han visto obligadas a recortar sus previsiones de ingresos y como consecuencia, de beneficios. 

Además, la cotización en bolsa de las compañías del sector también se está resintiendo y, tal y como reconocen algunos directivos de empresas presentes en este mercado, es algo que preocupa de forma interna. Algunos competidores incluso se han apresurado a salir al paso, como hizo Aedas Homes en su última junta general de accionistas, y señalar que sus compañías no tienen ningún tipo de problema y que se están viendo afectadas como consecuencia del ruido que hay en el mercado.

La primera compañía en recortar previsiones fue Neinor Homes. La promotora inmobiliaria de Adar Capital se vió obligada a rebajar sus expectativas de entrega de viviendas hace apenas un mes, pasando de las 2.000 previstas tras el último 'profit warning' de la firma a un rango de entre 1.200 y 1.700. Por ello, las previsiones de ebitda también se vieron recortadas dejando en menos de la mitad las cifras hasta el año 2021 -tiempo en que se extiende este nuevo plan estratégico-. En concreto, Neinor llevó a cabo una rebaja de este indicador del 52% en el periodo de tres años.

Este baño de realidad de Neinor fue el primero que llevó a hacer saltar las alarmas en el mercado. La repentina salida de Juan Velayos, hasta entonces consejero delegado de la compañía, y sus sustitución por Borja García-Egotxeaga, exdirector de Operaciones, fue cuestionada por algunas de sus competidoras y pese al esfuerzo de la firma de Adar por tratar de zanjar el tema con un supuesto fin de ciclo, las dudas quedaron en el aire. 

Ya entonces los mercados comenzaron a castigar a las promotoras inmobiliarias. Los números rojos se cebaron con las compañías del sector e incluso algunas de ellas llegaron a los dobles dígitos de pérdidas. Para ejemplo la propia Neinor que se dejó un 14% en la sesión inmediatamente posterior al anuncio de los recortes de previsiones. Y cuando parecía que todo volvía a la normalidad, llegaba un nuevo golpe.

Metrovacesa anunciaba que las entregas de sus viviendas podrían sufrir "retrasos puntuales". Pese al cumplimiento de objetivos de la promotora participada por Santander y BBVA, los mercados volvieron a responder a lo que, según los profesionales del sector, "augura un cambio en el ciclo". El rojo se volvió a cebar con las inmobiliarias en el parqué y la inseguridad de los inversores, tal y como señalan, "se hizo cada vez más patente".

Pero Metrovacesa no iba a ser la última. Esta misma semana Quabit -otra de las grandes cotizadas del sector- también se veía obligada a dar la cara y reducir sus previsiones para los próximos ejercicios. Pese a hacerlo de forma más moderada que Neinor, la compañía que capitanea Félix Abánades redujo en un 6% su objetivo de entregas con respecto a su plan de negocio inicial. 

Las razones para los retrasos

Las tres compañías -Neinor Homes, Metrovacesa y Quabit- comparten las causas de los retrasos y recortes: los plazos de ejecución y obtención de licencias. Este histórico problema del sector que en numerosas ocasiones ha planteado más de un quebradero de cabeza para las compañías "no parece haberse tenido lo suficicentemente en cuenta a la hora de hacer los planes estratégicos", señalan desde el mercado. 

"Una serie de ineficiencias temporales, como licencias de obras y las tiranteces de la capacidad de construcción, dificultan nuevos ritmos operativos y podrían implicar, en algún caso, retrasos poco significativos de algún mes", señalaban desde Metrovacesa. "Hasta que el sector se estabilice, los plazos de ejecución se han alargado y el ciclo promotor se ha extendido más allá de lo esperado en el momento del OPV", decía Neinor. Y la tercera en discordia, Quabit, redundaba sobre la misma idea: "Debido fundamentalmente a los retrasos en la ejecución de las obras y, en menor medida, en la obtención de licencias". 

Eso sí, la de Abánades ha sido la única que ha tratado de hacer un gesto al mercado con una propuesta "cuestionable", según fuentes del sector. Tal y como anunciaba Quabit a la CNMV, se llevará a cabo la internalización de la actividad de construcción de la promotora con la adquisición de los títulos de Rayet Construcción por más de 13 millones de euros. Todo ello para "asegurar los plazos de construcción de sus promociones, limitar el impacto de los costes de construcción y avanzar en la industrialización del proceso constructivo".

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