La infidelidad de los clientes a las operadoras de telecomunicaciones sigue en máximos. El sector ha registrado un récord absoluto durante el año 2019 de robos de contratos móviles. Todo ello pese a un cierto enfriamiento en la última parte del ejercicio tras el subidón 'post-veraniego' por las ofertas en el segmento 'low cost' y el arranque de la temporada de fútbol.
Las portabilidades móviles son el mejor termómetro para medir la temperatura comercial del sector, pues éste se mantiene estancado y el crecimiento de las diferentes operadoras se basa, fundamentalmente, en el robo de contratos a otros rivales. Y ese termómetro señala que la batalla sigue en un punto muy álgido.
En concreto, según las cifras de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), 7,3 millones de líneas móviles cambiaron de operador en 2019. Es un récord anual histórico. Por meses, octubre registró la mayor cifra mensual con 713.000, un nivel muy por encima de lo vivido en la época previa a la consolidación con las compras de ONO (Vodafone) y Jazztel (Orange) en los años 2014 y 2015.
Como ha venido sucediendo en los dos últimos años, Másmóvil y los operadores móviles virtuales (con el grupo rumano Digi a la cabeza) son los que mejores saldos netos de portabilidad lograron. En Orange se encendieron todas las alarmas después de un último trimestre con fuertes pérdidas. En el último mes: 52.100. Telefónica y Vodafone se dejaron 8.700 y 7.700, respectivamente.
En el lado de la telefonía fija también hubo una fuerte competencia: 2,3 millones de números fijos fueron cambiados durante el ejercicio. En la banda ancha, Másmóvil sumó 37.200 nuevas líneas, mientras que Orange (-13.000), Movistar (-10.700) y Vodafone (-4.600) lo cerraron en rojo.
Este calentamiento del mercado ha sido utilizado por varios de los competidores como argumento para la necesidad de una consolidación, con el que reducir el número de actores. Sin embargo, desde la CNMC son muy reacios. Es más, siempre han visto con buenos ojos este aluvión de robos de clientes. "El cliente sabe lo que quiere, lo busca y, si no se lo da su compañía, se traslada", aseguraba el año pasado el presidente, José María Marín Quemada.
Entre los factores para este calentamiento del mercado despunta uno: la guerra de descuentos, especialmente acentuada en el segmento 'low cost'. En este último, con un crecimiento exponencial en el número de marcas con ofertas convergentes (fibra y móvil) muy agresivas, se ha concentrado buena parte de esta pelea. Una pelea que ha elevado la infidelidad de los clientes y las tasas de abandono en las operadoras.
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