Moderación salarial, fuera trienios... la banca negocia a la baja el nuevo convenio

  • El próximo pacto sectorial es clave de cara a unos años que se presentan decisivos para el negocio financiero español por nuevos cierres y despidos.
AEB lobby bancario
AEB lobby bancario

La banca y las antiguas cajas de ahorro mantienen desde hace semanas contactos regulares de cara a alcanzar un acuerdo con respecto a los nuevos convenios colectivos que regirán las condiciones laborales del sector financiero durante los próximos años. La negociación, por el momento, está claramente orientada a la baja por parte de las patronales del sector en un escenario económico que penaliza el negocio bancario por culpa de de una situación de tipos de interés en mínimos históricos y con la posibilidad de que se produzcan bajadas adicionales en el precio del dinero, lo que obliga a la banca a seguir buscando ahorros de costes mediante el recorte de plantillas y el cierre de oficinas.

Y es que las dos asociaciones principales del sector financiero, la AEB (Asociación Española de Banca) y la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorro) se han apretado los machos con sus propuestas y coinciden en la necesidad de moderar los salarios, ampliar la movilidad geográfica, eliminar la antigüedad, recuperar la jubilación forzosa y ampliar el horario de trabajo para que las entidades puedan abrir durante más tardes.

En concreto, la CECA, cuyo presidente es Isidro Fainé, propone suprimir los trienios, eliminar el complemento de residencia, quitar la antigüedad y vincular la paga de beneficios a los resultados, una vez que el conjunto sector ha cerrado un primer trimestre con una caída generalizada de sus beneficios, y adaptar las condiciones de los préstamos a la plantilla en lo referente a gastos hipotecarios e Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), de los que ahora se debe hacer cargo el banco, además del resto de medidas ya citadas.

En una propuesta similar, la patronal que preside José María Roldán, que también contempla una moderación salarial, pretende que el nuevo convenio de banca tenga una vigencia de cuatro años y eliminar “rigideces” del antiguo. También pretende regular la desconexión digital en el sector bancario, que se encuentra en plena transformación como consecuencia de las nuevas tecnologías a internet.

La transformación digital también afecta a un aspecto importante: la movilidad geográfica. Y es que ante el estancamiento de los márgenes que ocasiona la política monetaria actual, el sector se encuentra en una búsqueda continua de rebaja de costes que provoca nuevos cierres de oficinas semana tras semana más allá de los más allá de los ajustes masivos que han acordado recientemente Banco Santander y CaixaBank para clausurar 1.150 y 800 oficinas, respectivamente.

Traslados de hasta 75km

En este sentido, fuentes sindicales dan por hecho que la propuesta de ampliar la movilidad se ampliará desde los 25 kilómetros actuales hasta los 75 kilómetros, que precisamente es el límite que han acordado tanto el banco catalán como el que preside Ana Botín respecto a los dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han cerrado recientemente para prescindir de 2.023 y 3.233 empleados.

Hasta el momento, los dos sindicatos principales CC.OO y UGT rechazan de plano estas propuestas y piden subidas salariales de entre el 3% y el 4%, reducción de la jornada laboral a 1.600 horas y ampliar las vacaciones a 27 días laborables entre otras. Las últimas reuniones mantenidas, no obstante, han estado prácticamente monopolizadas por la negociación del registro de jornada, en la que los sindicatos exigen que la responsabilidad sobre mismo recaiga sobre las entidades financieras.

Convenio clave

Las próximas reuniones entre la patronal y los sindicatos tendrán lugar los próximos días 20 de junio, en el caso de las antiguas cajas de ahorro, y 26 de junio en el de las cajas. Los sindicatos confían en que pueda haber un acuerdo respecto al nuevo convenio colectivo de ambos sectores antes de finales de año, pero no descartan que las negociaciones se vayan a extender a 2020, ya que el próximo acuerdo es clave de cara a unos años que se presentan decisivos para el sector financiero español.

De hecho, en la actualidad los bancos no son lo suficientemente rentables para cubrir los costes de capital. Ante la dificultad de elevar la rentabilidad por la vía de los ingresos -a consecuencia de los tipos bajos- la opción más obvia para conseguirlo es la reducción de costes, lo que se traducirá en nuevos despidos y nuevos cierres de oficinas, cada vez menos necesarias por el avance de lo digital. Las fusiones, que están siendo promovidas desde los reguladores para construir entidades más solidas, jugarán un papel protagonista en este contexto.

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