Monzón rechazó su desembarco en Prisa al no controlar la Comisión Delegada

  • Javier Monzón dio un paso atrás en su candidatura a encabezar el grupo al no contar con respaldo del Gobierno y mantener Cebrián un papel clave.
Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa.
Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa.

Cuando Juan Luis Cebrián se encaminaba a la puerta de salida de Prisa, sus pasos le volvieron a llevar al despacho presidencial. El consejo de administración del grupo de medios no trató este viernes su sucesión por Javier Monzón porque el expresidente de Indra retiró antes su candidatura, como adelantó este diario. No sólo influyó la falta de respaldo explícito por parte del Gobierno a su nombramiento, también que -al final del camino- Cebrián mantuviera un papel clave en el día a día de la editora de 'El País'.

Tras las negociaciones de los últimos días, Monzón se encontró en el último momento con que -pese a lo hablado- el presidente de Prisa durante casi una década seguiría teniendo control de la Comisión Delegada del grupo, un 'microconsejo de administración' de notables que Cebrián preside desde su creación en 2007 y que resulta esencial para controlar la gestión de la compañía.

En ella están, sobre todo, nombres de su confianza. Está integrada, como vocales, por el mexicano Roberto Alcántara (al que convenció para entrar en Prisa en 2014), Gregorio Marañón, el francés Alain Minc, Elena Pisonero (presidenta de Hispasat), Manuel Mirat (nuevo consejero delegado de Prisa desde este verano) y Manuel Polanco (el representante de la familia fundadora del grupo de comunicación).

Estaba previsto que Cebrián, que sí estaba de acuerdo con la llegada de Monzón -muñida entre él mismo y el expresidente Felipe González-, ostentara un papel secundario como presidente de honor de 'El País'. No en vano, Cebrián fue el primer director del diario, desde su creación en 1976 hasta dar el salto a la dirección ejecutiva de Prisa en 1988. Sin embargo, había un elemento que, como también adelantó este viernes La Información, ninguno de ellos podía del todo controlar.

Sin consultar al Gobierno

Y es que además de la mayor o menor resistencia de Cebrián, la retirada de la candidatura de Monzón estuvo influida por la ausencia de respaldo por parte del Ejecutivo de Mariano Rajoy, al que no se consultó la elección del exdirectivo de Indra nuevo nuevo hombre de referencia de Prisa. El relevo hubiera coincidido en el tiempo con un momento político incierto, dado el desafío independentista en Cataluña.

Una vez frenado el relevo, Prisa aprobó ayer un nuevo plan de incentivos para Cebrián, por recapitalizar la empresa, y la ampliación de capital por encima de los 500 millones de euros con la que debe sanear sus finanzas. El grupo tiene una deuda de 1.543 millones de euros, según sus resultados al cierre del primer trimestre de 2017. De ellos, el próximo año le vencen casi 1.000 millones.

Dadas sus necesidades de liquidez, el grupo Prisa estaba inmerso en una búsqueda de desinversiones, que no han fructificado. Pactó la venta de Media Capital (pero no la ha cerrado) al grupo francés Altice, por 440 millones de euros. Y analizó la venta de Santillana, pero el consejo se opuso a este movimiento, rechazado por los Polanco, que no han querido desprenderse de la editorial.

Ahora le toca afrontar una ampliación de capital estratégica y ver qué accionistas acuden a ella. Santander (que tiene el 4,1% del capital), con el respaldo de Telefónica (13%) y CaixaBank (4,9%), impulsó el nombramiento de Javier Monzón, hombre de absoluta confianza de la presidenta de la entidad, Ana Botín.

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