Naturgy cree que el 28-A no afectará a la 'hoja de ruta' ambiental del Gobierno

  • El grupo abre la puerta a operaciones corporativas que cumplan "los los criterios de rentabilidad mínima, pero no hemos contemplado ninguna".
Francisco Reynés aprieta para recortar gastos en Naturgy.
Francisco Reynés aprieta para recortar gastos en Naturgy.
Naturgy

Las elecciones del 28 de abril abren la puerta a un nuevo marco regulador para las compañías energéticas, aunque Naturgy (la antigua Gas Natural Fenosa) no prevé grandes cambios. Su presidente, Francisco Reynés, ha explicado en la rueda de prensa previa a la junta de accionistas que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha marcado una nueva hoja de ruta, determinada por Bruselas, que será difícil de modificar. 

Hace unos días, el Gobierno dio luz verde a su nuevo plan energético, que apuesta por las renovables, el cierre de las nucleares y que, prevé, genere 300.000 nuevos empleos y 200.000 millones de euros de inversión, público-privada

En opinión de Reynés, "independientemente de quién gane" las próximas elecciones generales del 28 de abril, la política energética "va a ser más o menos igual". Considera que, además de la influencia del Gobierno de España, se debe tener en cuenta también el camino que siguen el resto de países del entorno y que hace de la descarbonización la meta a alcanzar.

"La descarbonización, el cuidado por el medioambiente, el impulso a las renovables, como puede ser el gas natural renovable, es algo que todo el mundo quiere. Aún no he escuchado a nadie decir que no lo quiere", dijo.

Aún así, subrayó que el plan necesita "un marco normativo concreto" que debe ser desarrollado por el Gobierno que salga de las próximas urnas. "Una valoración específica no la tendremos hasta que se alumbre por parte de a quién le toque" añadió al respecto.

En cuanto a los planes de la compañía, Naturgy prevé invertir 2.000 millones de euros este año, cifra de la cual un 70% -unos 1.400 millones de euros- tendrán como destino España.

De este importe de 'capex', el 65% se destinará a proyectos de crecimiento, mientras que el resto tendrá como fin operaciones de mantenimiento, descartando así cualquier operación de adquisición por crecimiento inorgánico.

En rueda de prensa anterior a la junta general ordinaria de accionistas, Reynés descartó cualquier inversión inorgánica en 2019, ya que "no queremos estar atados a compromisos". "Estamos abiertos a cualquier operación que cumpla los criterios de rentabilidad mínima, pero no hemos contemplado ninguna", dijo.

El directivo subrayó que España sigue representando un peso importante en el negocio del grupo, con más de la mitad, por lo que "una parte relevante de estas inversiones van a España". Así, indicó que unos 175 millones de euros se destinarán a inversiones en redes de distribución eléctrica y en torno a unos 220 millones de euros a redes gasistas.

Además, la energética prevé incrementar en 2019 un 15% su resultado bruto de explotación (Ebitda), hasta los 4.600 millones de euros, y alcanzar un beneficio neto de 1.400 millones de euros al final del ejercicio.

En 2018, el grupo energético registró unas pérdidas de 2.822 millones de euros como resultado del deterioro de activos de casi 4.900 millones de euros realizado en la primera mitad de ese ejercicio. El Ebitda de la compañía el año pasado se situó en los 4.019 millones de euros, con un incremento del 3%.

En lo que respecta a la deuda neta, la energética prevé que se se sitúe a cierre de este año en los 15.200 millones de euros, teniendo en cuenta la nueva normativa IFRS16, que pasa a incorporar los compromisos a largo plazo como deuda.

En lo que se refiere a la retribución al accionista, estima un crecimiento del dividendo del 5% en 2019, hasta los 1,37 euros por acción, frente a los 1,3 euros de dividendo total con cargo a 2018, así como el mantenimiento del plan de recompra de acciones propias por 400 millones de euros para su posterior amortización.

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