Naturgy enciende la mecha: moratoria inversora contra los recortes energéticos

  • El Gobierno estima que las necesidades de inversión en redes para cumplir lo previsto hasta 2030 ascienden a 41.846 millones de euros.
Gráfico redes.
Gráfico redes.

Naturgy, la antigua Gas Natural, ha encendido la mecha. La compañía que preside Francisco Reynés ha anunciado la suspensión de inversiones en nuevas redes de gas tras la propuesta de recortes en el sector eléctrico y gasista de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Naturgy es la más afectada por los recortes junto a Enagás y a Red Eléctrica de España (REE) y avanza así una moratoria inversora que también sopesan el resto de las compañías. Están en juego decenas de miles de millones sólo en redes. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno estima que entre 2021 y 2030 será necesario invertir 41.846 millones de euros en redes y electrificación de la economía. El 80% debería correr a cargo de las empresas.

Todas las compañías coinciden en que, a menor retribución por las redes, habrá menos inversiones. Las fuentes consultadas en el sector, tanto de compañías eléctricas como gasistas, destacan que los recortes a las actividades reguladas -transporte y distribución-son "una mala señal" para los planes a largo plazo y para las necesidades de las empresas en los mercados financieros.

La situación es especialmente complicada para los gestores del sistema eléctrico  y gasista. Si no hay cambios en la propuesta de Competencia, REE va a recibir un 8,2% menos por el transporte de electricidad, una partida que asciende a 1.656 millones año. Para Enagás es aún peor, porque el recorte en la red gasista supera el 21%. La CNMC va a revisar también los activos por los que cobran las compañías y, al menos en el caso de REE, va a dejar fuera de retribución las redes ya amortizadas, anteriores a 1978. La empresa que preside Jordi Sevilla cobrará un poco más por el mantenimiento, pero la cuenta no sale.

Sevilla va a la batalla

La valoración de Sevilla sobre la propuesta de la CNMC apunta que ha comenzado la batalla. "Recortar el gasto en inversión y mantenimiento en la prestación de un servicio público esencial no es el camino adecuado. No lo ha sido en sanidad, ni en educación, ni lo será en el servicio eléctrico español", aseguró en un comunicado de la empresa. Todo un recado para la CNMC y para la ministra en funciones Teresa Ribera.

La consecuencia del tijeretazo es una contención inmediata de los planes de inversión. Que sea temporal o no dependerá de la negociación que la CNMC y el Ministerio de Transición Ecológica han iniciado y que se puede extender hasta septiembre. Mientras tanto, queda la presión. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, ha hecho de la transición ecológica uno de los ejes de su propuesta política. Renovables y coche eléctrico. Las cifras de la transición energética son de mareo: hasta 200.000 millones en diez años, de los que 130.000 millones serían dinero privado.

En ese escenario, la propuesta de recortes a la retribución de las compañías de 5.000 millones hasta 2026 ha sido un jarro de agua fría.  Las empresas esperaban una rebaja, pero no de tal magnitud. Y han puesto en juego las necesidades del Gobierno para sacar adelante sus planes. En el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el Gobierno ha asumido las tesis de las empresas -recogidas en un informe de la consultora Deloitte- sobre las necesidades de inversión en redes: 41.846 millones. Pero no sus exigencias de rentabilidad, que estimaron en un 7%.

Informes y exigencias

El informe encargado por las eléctricas a Deloitte en época del ministro de Energía Álvaro Nadal (PP) -La contribución de las redes eléctricas a la transición energética-, respaldaba la exigencia de un 7% de rentabilidad para las redes por la entrada de las renovables y por el deterioro de la malla de transporte y de distribución. La red, sostenía el documento, ha envejecido mucho y en baja tensión -la malla que da servicio a los hogares- el 40% de los transformadores tendrá más de 40 años en 2025. O se invierte o será el colapso como sucedió en 2007 , con el gran apagón de Barcelona.

La CNMC se mostró escéptica entonces. No se creía las necesidades de inversión planteadas por las compañías y aceptadas por el Gobierno en el PNIEC.  Simplemente, señalaban en el organismo que preside José María Marín, las cifras no estaban justificadas porque la inversión reclamada supera con mucho el valor actual de la red que está en servicio. En su opinión, eran estimaciones basadas en la aplicación automática de modelos macroeconómicos.

Los recelos del regulador del sistema eléctrico adelantaban ya posibles fricciones. La CNMC, con nuevas competencias, es determinante para fijar las retribuciones de las empresas que transportan y distribuyen electricidad y, por lo tanto, puede condicionar sus inversiones. Y en la CNMC se ha impuesto la máxima de que la tecnología permite en estos momentos hacer más con menos. 

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