Concentración en el sector

La SEPI prioriza una fusión de Nautalia y Ávoris antes que una venta a Iberostar

El holding estatal ha auxiliado a la empresa de viajes, que ahora recibe el interés de dos grandes grupos turísticos. Uno de ellos, Ávoris, también tiene como acreedor al brazo empresarial de Hacienda.   

Nautalia
Una agencia de viajes de Nautalia
Europa Press

Las fusiones de Viajes El Corte Inglés-Logitravel y la de las agencias de Globalia y Barceló podrían no ser las únicas que deja la pandemia del coronavirus. En las quinielas está ahora Nautalia, que recibe desde hace semanas cantos de sirena de dos grupos para buscar una integración. Los contactos son informales y las negociaciones no han pasado de ser meras conversaciones, pero el interés es real. W2M, del grupo Iberostar, y Ávoris, de Barceló, son los candidatos, pero en esta pugna tiene mucho que decir la SEPI, que ha rescatado a dos de estos tres actores y podría influir en el proceso.

Las fuentes consultadas apuntan a que el holding de Hacienda está más interesado en una solución que pasaría por la fusión entre Nautalia y Ávoris, habida cuenta de que ha prestado ayudas millonarias a una y a otra (más de 400 millones de euros en conjunto) entre préstamos participativos y ordinarios. Las dos cuentan con un programa de devolución de ayudas a más de cuatro años y tienen que ir cumpliendo con sus respectivos planes de viabilidad. Y la vía de la fusión es la única fórmula válida entre ambas empresas, ya que la SEPI impide a las empresas beneficiadas con el fondo de solvencia (Fasee) comprar más del 12,5% de otra firma rival.

El segundo escenario no es una fusión, sino una compra. La efectuaría el grupo Iberostar a través de su nuevo negocio W2M, que capitanea Gabriel Subías (ex consejero delegado de Ávoris). La compañía tiene un plan muy ambicioso de crecimiento para los próximos años y cuenta con el respaldo económico de la familia Fluxá. En 2021, facturó 440 millones de euros y para este 2022 quiere multiplicar sus ingresos hasta los 1.120 millones, según la información compartida en un encuentro con periodistas por el propio Subías en los actos previos a la celebración de la última edición de Fitur

No es la primera vez que la SEPI entra en la ecuación de una operación corporativa. Tras la puesta en marcha del fondo de solvencia para empresas estratégicas, la compañía de Hacienda se ha convertido en el principal acreedor de estas compañías beneficiadas. Su influencia se ha notado en procesos como la compra de Air Europa por parte de Iberia o también la búsqueda de socios industriales en Siro y Abengoa. En el expediente de Duro Felguera se ha reservado incluso la opción de pilotar la entrada de un nuevo accionista.  

A la opinión de la SEPI se suma la del fondo Springwater, propietario de pleno derecho de Nautalia. Según las fuentes consultadas, el vehículo inversor de Martin Gruschka, empresario acostumbrado a entrar en empresas en momentos delicados, no vería con malos ojos una fusión. El alemán entró en la agencia de viajes en 2014, en una época en la que anunció distintas operaciones en España, como Pullmantur, Electrodomésticos Miró, Delion o Unipapel. 

Las mismas voces recuerdan que entre los factores que empujan a Gruschka y al resto de accionistas de Nautalia a dejarse querer es que ya no pueden repartir dividendos de la compañía cuando vuelva a ser rentable si la ayuda de la SEPI no se ha amortizado completamente. También el cumplimiento de los ratios de endeudamiento (covenants), que impide emprender ningún plan agresivo de crecimiento. La fusión planteada con Barceló provocaría la salida de Springwater de la gestión, que se quedaría a cambio con un porcentaje menor de participación en la compañía resultante tras el canje y con la esperanza de que dicho paquete de títulos se revalorizará en los próximos años.

Nautalia ha recibido la ayuda de la SEPI pero acusa todavía la pandemia. Ha planteado un ERTE de un año de duración

Con todo, en la dirección de Nautalia prefieren seguir adelante en solitario en el corto plazo. Acaban de romper el bloqueo de la SEPI después de 15 meses de espera -algunas solicitantes pidieron la ayuda después y la lograron antes- y han conseguido finalmente 85 millones de euros, una cantidad superior a los 75 planteados en un primer momento. La compañía, como muchas otras agencias de viajes, sigue teniendo que echar mano de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por la imposibilidad de recuperar los niveles de actividad a 2019. La compañía planteó un ERTE de un año de duración, según trasladaron en febrero desde el sindicato SPV-Fasga.

Baile de fusiones

La crisis de las agencias ha desatado ya varias operaciones de concentración en el sector. La primera y más llamativa la llevaron a cabo Globalia y Barceló. Ambos grupos fusionaron su red de agencias, como Halcón Viajes, Viajes Ecuador o B The Travel Brand, en un solo grupo. Se llamó Ávoris y al frente se colocó Vicente Fenollar, próximo a la familia Barceló. Globalia quedó como accionista y, aunque está en minoría, también cuenta con miembros en el consejo de administración.

La otra gran operación la protagonizaron la división turística de El Corte Inglés y Logitravel. El grupo resultante tiene un plan de negocio a cinco años para duplicar sus ventas y, además, ir creciendo a través de pequeñas adquisiciones dentro y fuera de España. Para ello, la compañía ha fichado a Jorge Schoenenberger (ex Deloitte), quien ya piensa incluso en dar la opción de venta a algunos accionistas cuando termine su hoja de ruta, bien sea a través de una venta directa o, incluso, una salida a bolsa. 

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