Navantia diversifica y sale del agua con el desarrollo de un vehículo de vigilancia

  • La ventaja con la que cuenta el astillero es su 'know how' con las Fuerzas Armadas, lo que ha hecho que ya haya sido probado por la Legión.
El VVT de Navantia en el evento Eurosatory (Foto: Army Recognition)
El VVT de Navantia en el evento Eurosatory (Foto: Army Recognition)

Los astilleros españoles de Navantia quieren poner distancia con los retos a los que se enfrentan en los últimos tiempos, tras las polémicas surgidas por el contrato de cinco corbetas para Arabia Saudí, y más recientemente las dudas sembradas por el Gobierno de Noruega sobre las fragatas construidas por la compañía en Ferrol, tras el hundimiento de una de ellas en un fiordo del país nórdico tras una colisión con un petrolero.

La participada de la SEPI ha decidido abrir una nueva oportunidad de negocio, con el proyecto del Vehículo de Vigilancia Terrestre (VVT), una iniciativa que lidera la división de Sistemas de la empresa, y que supone una apuesta decidida para erigirse en integrador de sistemas en productos de alto valor añadido destinados, en primer lugar, a las distintas armas de las Fuerzas Armadas Españolas.

Atisbado por primera vez en configuración de vehículo destinado a unidades de inteligencia, el VVT dio la cara en la última feria de Eurosatory. Montado sobre una plataforma similar al Vamtac S3 de Urovesa, estaba equipado con dispositivos de otras firmas como Tecnobit o Hensoldt, aunque es durante este año cuando se defina al detalle qué tecnología incorpora finalmente el desarrollo.

La ventaja con la que cuenta el astillero es su 'know how' con las Fuerzas Armadas, lo que ha hecho que, por ejemplo, el VVT ya haya sido probado por la Legión, ayudando a una mejor comprensión de las necesidades reales de las unidades sobre el terreno. Además, las necesidades de las distintas ramas de la Defensa hacen más fácil que un proyecto liderado íntegramente en España permita su futura adquisición para la renovación de elementos obsoletos, cuya modernización resultaría más costosa.

Y es que los problemas en el cumplimiento de los plazos parece ser una pesadilla recurrente en los programas fundamentales emprendidos por Defensa. Sin ir más lejos, el ambicioso programa del Ejército de Tierra para el Vehículo de Combate de Ruedas (VCR) 8x8 'Dragón' no deja de dar problemas.

La idea es adquirir un primer lote de 348 unidades por valor de 3.800 millones de euros, pero los retrasos en el programa se acumulan, hasta el punto de que, como recoge Defensa.com, en los pasillos del departamento que dirige Margarita Robles se está barajando la posibilidad de relevar en su papel de contratista principal a la UTE conformada por General Dynamics Santa Bárbara Sistemas, SAPA e Indra.

Para Navantia, la posibilidad de entrar en cualquier de los programas de modernización de vehículos de las Fuerzas Armadas puede suponer un alivio a la constante necesidad de comercialización exterior de buques para mantener las cargas de trabajo en sus fábricas y a su extensa plantilla fija y auxiliar.

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