El Gobierno aprobó el fichaje del exjefe de Navantia por Arabia tras el caso corbetas

Esteban García Vilasánchez
Esteban García Vilasánchez
EFE

El fichaje del expresidente de Navantia por parte del astillero público de Arabia Saudí no ha pillado por sorpresa al Gobierno en funciones pese a las polémicas declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, este mismo martes, en las que afirmaba que no le parecía bien esa contratación. Tanto es así que el propio Ejecutivo, a través de la Oficina de Conflictos de Intereses, dio luz verde a esta operación a principios del mes de junio, según señalan a La Información fuentes del Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Y todo, tras el polémico caso de las cinco  corbetas vendidas a Arabia Saudí -en concreto para la compañía que ahora le ficha- que se están construyendo en San Fernando y que se firmó durante su cargo, y la creación de una 'joint venture' entre Navantia y la pública saudí SAMI.

Cuando un exalto cargo público quiere pasar al sector privado dentro de los dos primeros años tras su salida de los organismos estatales tiene que presentar una petición a la Oficina de Conflictos de Intereses para su aprobación. Esto fue lo que hizo Esteban García Vilasánchez, el expresidente de Navantia. Según señalan fuentes del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, la Oficina de Conflictos de Intereses, que regula las incompatibilidades de exministros y otros exaltos cargos, preguntó al astillero público español si existían razones para denegar la autorización para fichar por SAMI antes de llevar a cabo su aprobación.

La respuesta de la firma pública fue, según las mismas fuentes, que no había detectado contratos que supusieran una incompatibilidad con las nuevas funciones que fuera a ejercer en los astilleros saudíes. Es decir, que el expresidente de Navantia no incurría en ninguna situación fuera de la ley. Por lo tanto, la oficina encargada de los conflictos de interés en la administración dio el visto bueno definitivo a principios de este mes de junio.

Todo ello pese a que durante el poco más de un año que García Vilasánchez estuvo al frente del astillero público -entre abril de 2017 y julio de 2018-, fue el encargado de cerrar el contrato de construcción de las cinco corbetas para Arabia Saudí que se fabrican en San Fernando (Cádiz) con la compañía a la que ahora se incorpora. La operación estuvo a punto de irse al traste por la polémica venta de bombas de precisión también al país árabe.

El contrato con el país de Oriente Medio, que se llevaba negociando desde 2015, según confirmaba en el momento de su firma la propia Navantia,  era "estratégico para la compañía" y ayudaba a consolidar la posición internacional de la empresa a la vez que abría "nuevas oportunidades de futuro". El acuerdo, cerrado en abril de 2018, se llevó a cabo a través de una 'joint-venture' con la empresa estatal saudí, SAMI, de la que forma parte ahora García Vilasánchez. 

Lo habitual es que este tipo de peticiones a la Oficina de Conflictos de Interés, salvo casos muy excepcionales, sean aprobadas sin problemas. De hecho, tanto es así que, según datos oficiales, desde la creación de este organismo en abril de 2006 y hasta 2018, apenas un 2% de las peticiones fueron rechazadas. Ello le ha valido las críticas de diferentes partidos políticos a los vistos buenos de los otros desde su puesta en marcha, pero existe una cierta calma al respecto.

Lo cierto es que, según señalan fuentes conocedoras, el recién fichado por Arabia Saudí es un experto del sector naval. Por ello, su perfil encaja a la perfección con la estrategia de contratación de altos cargos extranjeros que está llevando a cabo la corporación pública de Oriente Medio que quiere responde al objetivo planteado en los últimos meses por su Gobierno de convertir su industria armamentística en una de las 25 principales del mundo. García Vilasánchez se hará cargo de la división naval de la corporación saudí, un área a la que el directivo ha dedicado la mayor parte de su carrera.

Las críticas de Margarita Robles

La ministra de Defensa, Margarita Robles, señalaba este mismo martes que el fichaje de García Vilasánchez por el astillero público saudí "no es lo más oportuno" y ha mostrado su malestar por el fichaje del exalto cargo por la competencia saudí de Navantia. "No se trata de dar lecciones de ética a nadie, pero quizá no es lo más oportuno", decía en declaraciones a la Cadena Ser. 

"A nivel personal, no me gusta. Las apariencias también son muy importantes", continuaba la titular de la cartera. Del mismo modo, señalaba que no se había solicitado información a Defensa antes de que la contratación del expresidente de Navantia -dependiente de la SEPI- se llevase a cabo. Lo que no parecía conocer la ministra es que otro departamento de su mismo Gobierno había autorizado el fichaje.

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