Por la paralización total de los astilleros

Navantia pide a su plantilla que renuncie a días de vacaciones para 'salvar' el 2020

  • Plantea compensar el parón de actividad por el 'estado de alarma' con una bolsa de horas a recuperar y recortando las vacaciones de sus trabajadores.
Fotografía paralización actividad Navantia / CGT
Fotografía paralización actividad Navantia / CGT

Los astilleros de Navantia mantienen suspendida su actividad desde el momento en que el Gobierno decretó el 'estado de alarma' el pasado 14 de marzo. "Había unos trabajos pendientes que se resolvieron en los primeros días y desde entonces la única actividad que hay es la de mantenimiento y seguridad", indican desde la empresa. Según las estimaciones de los sindicatos alrededor del 60% de los algo más de 5.000 trabajadores de la plantilla de Navantia permanece desde entonces en el dique seco por la paralización de la actividad normal en los astilleros públicos a cuenta de las medidas preventivas adoptadas con motivo del coronavirus.

La paralización de las máquinas y la consiguiente pérdida de jornadas de trabajo ha planteado a la Dirección de la empresa la misma problemática que desvela a la gran mayoría de los gestores empresariales del país en estos días: ¿qué hacer para amortiguar el impacto sobre el balance de la compañía de esta pérdida de producción? Cerrada la vía del ERTE por imperativo gubernamental, Navantia ha planteado a sus trabajadores una solución alternativa: renunciar a una parte de sus vacaciones y a la práctica totalidad de sus días libres y de asuntos propios para compensar esas jornadas perdidas.

La 'oferta' fue trasladada la pasada semana al Comité de Empresa de la compañía por la presidenta de Navantia, Susana de Sarriá, en una reunión convocada de urgencia a la que también asistieron el vicepresidente de la SEPI y presidente en funciones, Bartolomé Lora; la directora de Participadas del área aeroespacial y de Defensa del hólding -donde se encuadra Navantia-, Rosario Martínez, y los responsables de Recursos Humanos de SEPI y Navantia, según aseguran a La Información fuentes conocedoras de la reunión. En el encuentro, tanto Navantia como SEPI desgranaron la difícil situación creada en los astilleros públicos en particular y en la red de empresas del Estado en general por las restricciones a la actividad decretadas para evitar la propagación del Covid-19 y la necesidad de adaptar medidas de contingencia que palíen la factura de esta situación.

La situación de Navantia es en este sentido particularmente dramática. La compañía que gestiona los astilleros públicos -un sector estratégico para la industria española de defensa- perdió en 2018 más de 228 millones de euros y desde el año 2015 acumula inyecciones de recursos del Estado por cerca de 1.000 millones de euros para evitar su quiebra técnica. El año 2020, además, se preveía como el de su despegue ya con un nuevo plan estratégico y una cartera de pedidos consistente gracias a las necesidades militares del Ministerio de Defensa y una mayor actividad en la búsqueda de contratos en el extranjero.

SEPI trasladó a los representantes de los trabajadores la firme voluntad  -una obligación impuesta desde el Ministerio de Hacienda, más bien- de no recurrir a un expediente temporal de ajuste de plantilla para abordar la situación y la intención de enfocar el asunto de acuerdo con los sindicatos como ya se había hecho en otras empresas públicas buscando algún tipo de método de compensación de esas jornadas perdidas. Les recordaron, por ejemplo, que en Tragsa se había decidido habilitar una 'bolsa de horas perdidas' a recuperar en el momento en que la actividad vuelva a la normalidad para los trabajadores inactivos y que en Paradores se había llegado a un acuerdo con la plantilla para consumir los 15 días extra a que tenían derecho por la aplicación tardía de la jornada de 37,5 horas en la red de establecimientos hoteleros singulares del Estado.

Tijeretazo a las vacaciones y a los 'moscosos'

La propuesta para Navantia, donde a día de hoy apenas está operativa una tercera parte del personal sumando el dispositivo de 'servicios mínimos' mantenido en los astilleros para mantener la maquinaria en condiciones y el personal administrativo que desempeña en la mayoría de los casos sus funciones desde casa, vía teletrabajo, es una especie de 'mix' de esas dos opciones.

La empresa planteó a los sindicatos un plan de contingencia en dos fases. La primera fase se ajusta a la duración del 'estado de alarma' actualmente decretado en España y llega hasta el próximo día 12 de abril. Para ese periodo de un mes, Navantia había planteado en un principio compensar las jornadas perdidas por el parón de la actividad durante ese estado de excepción restando días de vacaciones a la plantilla del astillero -hasta un máximo de 15 días laborables, según fuentes sindicales- de modo que el déficit de actividad de estos días se pudiera compensar a lo largo del verano.

Ante la contingencia de que, como todo apunta, ese 'estado de alarma' se prolongara aún más en el tiempo, hasta mediados de mayo aproximadamente, Navantia propone un paquete de medidas adicionales con un doble mecanismo de compensación. Por un lado, la empresa plantea a los sindicatos la posibilidad de detraer hasta siete días de asuntos propios o libranzas a sus trabajadores -que podrían sustituir a alguno de esos 15 días de vacaciones- si la situación acaba prolongándose durante dos meses o más, y, por otro, plantea crear una 'bolsa de horas' en la que la compañía prevé acumular hasta 167 horas, que se compensarían alargando la jornada de trabajo durante el resto del año.

Las medidas aprobadas por el Gobierno este pasado fin de semana y en concreto la paralización obligatoria de la actividad entre el 30 de marzo y el 9 de abril y la obligación de configurar un 'permiso retribuido recuperable' ha desbordado el 'timing' de Navantia, que este lunes renegoció durante cerca de cinco horas con los sindicatos la propuesta para adaptarla a este nuevo escenario que le obliga a constituir desde ya esa 'bolsa de horas' que planteaba la semana pasada a los sindicatos.

La oferta en principio ha sido rechazada de plano y en bloque por todos los sindicatos convocados a la reunión, según confirman varias fuentes sindicales, bajo el argumento de que en ese modelo se carga contra los trabajadores todo el impacto de las jornadas perdidas por el coronavirus, cuando se trata de una circunstancia sobrevenida en la que no tienen ninguna responsabilidad. "Los trabajadores de Navantia que no pueden trabajar estos días no están de vacaciones. Están en sus casas cumpliendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Entendemos que la empresa quiera compensar la pérdida de actividad generada por el coronavirus, pero no podemos permitir que lo haga cargando en exclusiva el tema sobre los trabajadores", asegura un representante sindical presente en la reunión.

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