Botín busca sacar partido a su avión: factura 3,6 millones... pero pierde dinero

  • Gestiona la aeronave a través de una filial, Certidesa, que deja en manos de una firma especializada su explotación en periodos de inactividad.
El avión de Banco Santander, fabricado por Bombardier.
El avión de Banco Santander, fabricado por Bombardier.
Gestair

No tiene nada que ver con las comisiones de tarjetas, ni con los préstamos hipotecarios. Pero Banco Santander también tiene un negocio vinculado a los aviones: el alquiler de la aeronave en la que viajan los primeros directivos, entre ellos su presidenta, Ana Botín, y que le costó casi 42 millones de euros hace ahora cuatro años. Lo lleva a cabo a través de la sociedad Certidesa, fundada ahora hace justo dos décadas. Al año genera 3,6 millones de euros de esos arrendamientos.

En 2014, el presidente del banco, Emilio Botín, ordenó la compra de un nuevo avión. Ya contaba con un Global Express que fue adquirido cuatro años antes. La filial de ‘leasing’ del banco se hizo con él en junio (dos meses antes de la muerte del directivo) por 41,8 millones de euros. Era un modelo Global 6000 del fabricante Bombardier.

Santander Lease se lo arrendaba a Certidesa que a su vez se lo ‘cedía’ a Gestair, una empresa especializada, con la que firmaba un contrato para que, por un lado, gestionara los preparativos de los vuelos de los directivos y, por otro, generara ingresos por explotarlo en los periodos de inactividad.

Un ingreso creciente… pero con pérdidas

Es por este último capítulo, el de la explotación en periodos de inactividad, por el que la sociedad declara ingresos. Y, según sus últimas cuentas recién presentadas en el Registro Mercantil español, sumó un volumen de negocio total de 3,6 millones de euros, un 20% más que un año antes. Debido a los gastos de mantenimiento del avión y a las pérdidas de explotación “por la gestión de las aeronaves asumidas por la sociedad” en base al contrato con Gestair, cerró con unos números rojos de 4,1 millones.

Para el funcionamiento de esta sociedad del grupo, y abordar estas fuertes pérdidas operativas durante los diferentes ejercicios, la entidad financiera presidida por Botín ha tenido que inyectar 80 millones de euros. Lo ha hecho en forma de dos préstamos participativos de 30 y 50 millones.

Venta de uno de los aviones en 2016

Este avión que hoy utiliza Ana Botín es un Bombardier Global 6000, un modelo que se lanzó al mercado en el año 2012. Cuenta con espacio para hasta 17 pasajeros y una autonomía de más de 11.100 kilómetros, gracias a una velocidad punta de 944 kilómetros por hora. Su fabricación fue iniciada en 2014, pero no se entregó hasta dos años más tarde.

Es por eso que convivieron dos activos bajo el paraguas de la sociedad Certidesa. El anterior avión, también del fabricante Bombardier y adquirido en 2007 por 38 millones de euros, se mantuvo prestando servicio a la cúpula del banco hasta dos años más tarde. En 2016, lo vendió a la propia Bombardier por 22,1 millones de euros, según queda reflejado en la memoria anual.

Un caso en el Supremo, aún por dilucidar

La gestión de los aviones privados en las grandes compañías acarreó hace varios años una serie de inspecciones de Hacienda que desembocaron en diferentes sanciones y actas de liquidación. Entre ellas se situó Banco Santander, que vio cómo la Agencia Tributaria le exigía en 2011 un total de 2,3 millones de euros por Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte, correspondiente al ejercicio 2006. ¿La razón? Consideró que el contrato de arrendamiento entre la empresa de ‘leasing’ del banco y Gestair “era un contrato de préstamo o contrato de financiación con garantía de cosa”.

Es decir, Hacienda entendió que la explotación del avión la hacía Banco Santander, por lo que no podía disfrutar de una exención fiscal para estos gastos. El Tribunal Supremo rechazó su recurso tras la sentencia de la Audiencia Nacional -que anuló el acuerdo sancionatorio pero confirmó la liquidación-.

No fue el único caso, pues también hubo una sanción confirmada por el Alto Tribunal de 2006, ni tampoco es la única compañía que ha protagonizado un caso así. Telefónica, por ejemplo, también ha abordado el pago de liquidaciones a Hacienda precisamente por el intento de beneficiarse de esa exención fiscal.

Telefónica vendió dos aviones

Telefónica hizo caja con sus aviones. La firma de telecomunicaciones española vendió durante el pasado año dos de las cuatro aeronaves con las que contaba para los viajes de su cúpula. Con sendas operaciones, logra unos ingresos de 17 millones de euros. Una empresa del actor español Antonio Banderas y otra austríaca son los compradores.

La ‘teleco’ presidida por José María Álvarez-Pallete era una de las compañías del Ibex con una flota más amplia de jets privados. Hasta ahora contaba con cuatro aviones, que eran gestionados por la sociedad Lotca Servicios Integrales SL, controlada al 100% por Telefónica.

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