Los Nozaleda vuelven a la carga pese a las deudas: se inventan la firma Luna Nueva

  • La empresa se hizo fuerte en el ladrillo hasta la crisis, cuando se declaró en suspensión de pagos. Ahora intentan reflotar la compañía.
Luis Nozaleda
Luis Nozaleda
Heraldo

Los Nozaleda no se rinden. Las deudas, las desilusiones a la hora de no lograr proyectos y los problemas ocasionados en Nozar con el estallido de la burbuja no han podido con una de las familias más icónicas de la época dorada del ladrillo. Tanto es así que han decidido poner en marcha una nueva firma denominada 'Desarrollos Luna Nueva' y centrada en este sector para tratar de salir a flote y rearmarse. 

La sociedad nace con Nozar como socio único y la figura de Juan Carlos Nozaleda Arenas, CEO de la compañía junto con su hermano Luis, como administrador único de la sociedad, tal y como aparece en el Boletín Oficial del Registro Mercantil de este mismo miércoles. De acuerdo con la misma información, la nueva firma tiene como fin "la actividad inmobiliaria en general y la promoción, compra, venta, construcción, rehabilitación, reforma y arrendamiento de bienes inmuebles". 

Este paso llega casi al mismo tiempo que los hermanos intentaban volver a lo más alto del mundo inmobiliario, de momento, sin éxito. Para ello, el pasado mes de noviembre intentaron hacerse con el codiciado solar de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en pleno centro de Madrid. Para ello pusieron sobre la mesa 32 millones de euros pero una firma vinculada a Ibosa pujó un millón y medio más y se lo quitó de las manos. 

Al ritmo del 'boom' inmobiliario

La historia de Nozar viene de mucho antes de la burbuja inmobiliaria. En los años 90, al albor del crecimiento económico, los cuatro hermanos nacidos en México pero con raíces asturianas se metieron de lleno en el mercado del 'ladrillo'. Las cosas les fueron relativamente bien hasta que en 2007 y 2008 la línea de crecimiento de la compañía cambió de tendencia.

Nozar se convirtió en uno de los juguetes rotos del sector del ladrillo, aunque los Nozaleda vuelvan ahora a tentar a la suerte con una nueva empresa vinculada al sector de la construcción. La inmobiliaria suspendió pagos en 2009, justo en los primeros compases de la crisis, cuando lo peor aún estaba por llegar; y dejó tras de sí una deuda valorada en 900 millones de euros. Casi una década después y pese a seguir activa, la Justicia aún no ha dado el visto bueno a Nozar para superar el concurso de acreedores.

Pero su presencia en el sector inmobiliario no estuvo solo delimitada por su sociedad. Los Nozaleda también formaron parte activa de Astroc, la firma encabezada por Enrique Bañuelos; de la Colonial de Luis del Portillo y de la promotora Aisa. En definitiva, la familia pasó por lo más granado del ladrillo precrisis. 

En cambio, hay un pódium que Nozar no ha abandonado en los últimos años: el de los mayores morosos con la Hacienda Pública. El último listado (publicado en junio de este año) reflejaba que la sociedad de los Nozaleda adeudaba a la Agencia Tributaria 197,6 millones de euros. Un ranking que, además, sigue estando liderado por otra de las grandes inmobiliarias que protagonizó una de las mayores crisis empresariales del ladrillo: Reyal Urbis. En junio, la empresa que presidió Rafael Santamaría aún mantenía un pasivo con el Fisco valorado en 361,5 millones de euros.

Pese a todo ello, en estos años, los hermanos asturianos no han cesado su actividad empresarial y han apostado por negocios que no tienen nada que ver con el ladrillo, como el vinícola, con la bodega de Somontano Enate; o actividades más vinculadas al ocio, como el balneario de Panticosa

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