
El Massachussetts Institute of Technology (MIT), 'sancta sanctorum' de la tecnología en el mundo, le ha nombrado el Innovador del Año 2017 en
España y uno de los 35 jóvenes innovadores europeos. El mérito de
Eduardo W. Jorgensen de Vizcarrondo (Madrid, 1991), fundador y CEO de
MedicSen: inventar un páncreas artificial. “Una jeringuilla sin agujas para administrar insulina”, que “mejorará la vida de millones de diabéticos”.
La de este joven médico, que iba para neurocirujano, también cambió un día de mayo del 2015 cuando en la consulta de endocrinología del Hospital de La Paz, donde hacía prácticas, entró una niña de diez que tiró encima de la mesa su bomba de insulina. “Rechazaba el tratamiento de la diabetes a pesar de que la doctora le indicaba las posibles complicaciones. Esto me dejó sorprendido, la niña se veía obligada a pasar vergüenza teniendo que llevar un aparato colgado del cinturón y sus amigas se reían de ella, no podía ir a cumpleaños, ni a excursiones porque su madre tenía miedo y no la dejaba... Pensé que algo así no podía ocurrir en nuestra época; de hecho ya existía la tecnología necesaria para llevarlo a la práctica. Solo había que adaptarla y hacer estudios”.
Junto a dos amigos del colegio y una compañera de la facultad de
Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid creó MedicSen. Una
startup biotecnológica, cuyo ‘producto’ se compone de una app y un
parche inteligente, que será capaz de predecir la glucemia del diabético a
partir de los datos del mismo que se introduzcan en el software. Después, el parche inteligente se comunicará con la aplicación e inoculará a través de la piel la dosis de insulina necesaria. “La app ya está en funcionamiento y el parche lo comenzaremos a probar en humanos en septiembre” y podrá "ser comercializado a lo largo del año 2019". Primero será la versión “manual” del parche porque para que el páncreas artificial inteligente sea una realidad “habrá que esperar hasta el año 2021”. Eso sí, el innovador español del año 2017 se queja amargamente del poco apoyo del gobierno español, “alianza que sí hemos encontrado en Gran Bretaña y Australia”.
Y eso que es usted el innovador del año, pero para España casi no existe MedicSen.
En España no llega la financiación para un emprendedor de ningún sitio, o de casi ninguno. De España hemos recibido muy poquito y siempre nos hemos tenido que ir fuera. Solo el 10% de nuestra financiación ha llegado desde España y nada es de capital privado. Nuestra primera ayuda vino desde los Emiratos Árabes Unidos, con un socio que tenemos allí y luego recibimos ayudas del Gobierno británico y más tarde del Gobierno australiano. De la Unión Europea también hemos logrado una subvención y ahora hemos hecho una ronda de financiación con inversores privados.
En España lo más difícil es todo el aspecto burocrático. En Inglaterra abrimos la empresa por Internet en 15 minutos y con 15 libras y ya podemos reflejar todas las operaciones mercantiles desde cualquier lugar del mundo, a través del portal web equivalente al Registro Mercantil español. Algo no funciona cuando necesitas un capital de 20.000 euros iniciales para que te den una subvención en España para empezar a trabajar. Y tampoco te dan un crédito los bancos porque no tienes nada a tu nombre. Nuestro capital social inicial para crear MedicSen fueron nuestros propios ordenadores, que era lo único que teníamos. Además, el mercado de la inversión en España no está acostumbrado a proyectos científicos largos, tecnológicos, que mientras se desarrollan y validan requieren un largo proceso, y mientras, no generan beneficios. En España, quizás por la cultura imperante, los inversores quieren resultados inmediatos.

¿Eso os hace plantearos el iros de España?
La internacionalización de MedicSen es un hecho, pero nuestra sede
central y nuestro equipo de desarrollo seguirá en España. Nosotros
saltamos muy pronto, por ejemplo, a Gran Bretaña, pero mantenemos las
pruebas y el desarrollo en España, aunque buscamos financiación por todo el mundo. Ahora, por ejemplo, necesitaremos algún millón de euros para desarrollar el parche de insulina. Y esperamos conseguirlo, pero…
Algún millón de euros no parece poco...
Una empresa como MedicSen consume mucho capital, somos 20
miembros, se necesitan muchos aparatos, muchos viajes… Hasta que se
pone en marcha un desarrollo como el nuestro estamos hablando de varios millones de euros y eso en España es difícil de conseguir y es mucho más sencillo en otros países, como Estados Unidos, por ejemplo. De hecho, las empresas biotech, como la nuestra, necesitan mucha inversión inicial y mucho tiempo hasta que se obtengan resultados tangibles y los inversores españoles no nos apoyan.
Cambiando de tercio, ¿qué hace un médico metido a emprendedor?
Entré en la Facultad de Medicina porque mi idea era poder ayudar a las
personas. Toda mi familia trabaja en el ámbito de la salud: mi padre es
médico cirujano, mi madre es enfermera, mis hermanos también se dedican a ciencias de la salud y tenemos todos esa pasión de tratar de ver cómo podemos solucionar los problemas de la gente, yo iba para neurocirujano.
¿No le dio vértigo?
Cuando se me planteó la oportunidad de Medicsen la acogí con mucho
miedo al principio porque en esto del emprendimiento no sabes cómo te
vas a ganar la vida, de dónde va a venir el dinero… Tus padres quieren una vida más estable para ti... Entré en la carrera con el punto de vista quirúrgico. Durante la carrera nadie, al menos en España, te forma para que te dediques a la investigación o a otro punto de vista del médico porque en España todos los estudiantes de medicina estamos orientados al MIR. Yo era un poco el 'rarito' de mi promoción, al que le gustaba la investigación. Al final hice el MIR y rechacé la plaza porque la empresa iba hacia adelante y este es un reto que se puede hacer una vez en la vida, mientras que el MIR siempre se puede repetir. Decidí ir adelante con Medicsen y cuando le demostré a mi padre que la medicina para mí no era una tontería, que esto era serio, me ayudó muchísimo”.
¿En qué punto de desarrollo se encuentra ahora la ‘jeringuilla sin
agujas’ de MedicSen y su páncreas artificial?
Estamos en un punto en que el software está ya disponible para teléfonos
Android, se lo puede descargar todo el mundo, y ahora estamos preparando estudios con hospitales para demostrar su valor clínico. A primeros de año añadiremos al software un calculador de insulina, que podrá recomendar al usuario cuando ponérselo y en 2019 sacaremos la primera versión del parche, que será manipulada manualmente por el usuario con un botón, que dirá cuándo administrarse insulina. Es una jeringuilla sin agujas. Y luego ya nos pondremos con el páncreas artificial inteligente no invasivo, que funcionará como el órgano de nuestro cuerpo y decidirá cuando, cómo y qué cantidad de insulina necesita cada persona, pero eso ya nos llevará más tiempo y no estará disponible hasta el año 2021. Ahora mismo estamos con el software ya liberado, actualizándolo y con el parche ya con todos los estudios preclínicos concretos y a punto de pasar a probarlo en humanos, algo que haremos en septiembre.
¿Y la calidad de vida de los enfermos de diabetes cambiará a partir de
entonces?
En MedicSen centramos todos nuestros esfuerzos en mejorar la calidad
de vida de las personas con diabetes y en otro tipo de pacientes con otro
tipo de enfermedades porque el parche valdrá también para administrar
distintos fármacos. El software consiste en un algoritmo que conecta con
un hardware de terceros (sensor de glucosa, monitor de ritmo cardíaco y
temperatura corporal) para predecir las variaciones de la curva glucémica a la vez que asesora sobre la terapia, con consejos para mejorar el control a través de una app con formato tipo chat para facilitar la comunicación. El hardware es un parche como sistema de administración no invasivo conectado a la APP para administrar la insulina en las dosis necesarias para cada momento, tal y como haría el páncreas. La tecnología actual se centra en bombas de insulina o microagujas, que quedará obsoleta muy pronto.
Nuestro diseño se centra en lo básico para el paciente: eliminar el pinchazo y no tener que preocuparse de la discreción, comodidad y libertad. Así, disminuye la incertidumbre del día a día del diabético, cómo tiene que organizarse en cuestiones como qué pueden comer los enfermos de diabetes, si pueden salir a correr… Está pensado como un entrenador personal que les apoye en este tipo de opciones. Les ayudará a saber qué pueden hacer, cómo pueden hacerlo… El usuario puede
preguntar: ¿Qué pasa si me tomo una coca cola dentro de media hora?
¿Qué pasa si salgo a correr? Y entonces recibe la respuesta de cómo va a
evolucionar su glucógeno en función de lo que ha planteado.
Y cómo logra MedicSen inocular la insulina sin pinchazos, a través de
un parche adherido a la piel?
Esa es nuestra salsa secreta. Nuestra innovación. Hemos conseguido que
las moléculas de la insulina, que son mucho más grandes que las de la
nicotina, por ejemplo, por hablar de un parche ya conocido, pueda pasar a
través de la piel sin ningún problema. La insulina sola no pude hacerlo y
nosotros lo que hemos hecho es que mediante nuestra tecnología se crea
una especie de poro en la piel y estas moléculas pueden pasar por la piel y cuando desactivamos nuestro dispositivo el poro desaparece de la piel.
Parece de ciencia ficción.
Pues es muy real. Un paciente que use MedicSen se despertará por la
mañana con las recomendaciones para ese día en materia de dieta, actividad física y tratamiento en la APP, y esas notificaciones les serán recordadas a la hora determinada. A lo largo del día, no habrá que
introducir ninguna información más que las comidas o los eventos
especiales, ya que la glucosa, actividad física... serán recopiladas
automáticamente por el sistema desde los sensores del paciente. También podrá -en cualquier momento y lugar- acceder a la información sobre su estado actual, las predicciones de los valores de glucosa para las próximas horas y las recomendaciones sobre cómo es mejor actuar, basadas las predicciones y patrones individuales.
Volvemos a la casilla de salida. ¿Tiene MedicSen la financiación
necesaria para sacar en el años 2021 su páncreas artificial al mercado?
No. Todavía no. Nuestra app está en el marcado desde octubre en Google
Play bajo el nombre de MedicSen. La app ha tenido un proceso de pruebas
con muchos pacientes. Ahora estamos terminando de hacer las mejoras que hemos detectado que son necesarias. Tenemos capital para el 2018 para realizar las pruebas con este software. Con respecto al hardware, el parche, estamos en un punto en el que nosotros hemos llegado al final de todo el desarrollo que podemos hacer internamente. Estamos en conversaciones con la Agencia del Medicamento, colaboramos con alguna gran farmacéutica, hemos validado en el laboratorio la tecnología y ahora pasaremos a las pruebas con humanos para las que pediremos subvenciones a la Unión Europea”.
¿Y con todas estas dificultades, ha merecido la pena el camino del
emprendimiento y la investigación que inició hace tres años?
Es difícil, pero muy bonito. Hay que cruzar muchas áreas, hacer una
investigación muy precisa de técnicas, competidores. Mucho
brainstorming, mucha interacción y mucha incertidumbre ya que la
metodología que estás creando, la estas creando tú y no tienes nada previo que ir a revisar cuando te quedas sin ideas. Es como una montaña rusa, unos días estás arriba, como cuando me dio el premio el MIT, y otros abajo, a veces te sientes solo y otras te ves rodeado de todo el apoyo del mundo, pero es un periodo de aprendizaje maravilloso y si logras triunfar, puedes cambiar el mundo. Además, España nos ha ayudado mucho en capital humano, aunque del otro... no tanto.
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