Las compañías mantienen malas prácticas pese a la regulación

Competencia debate nuevas sanciones a las eléctricas por alteración de contratos

El Gobierno remite a la CNMC las sanciones a las eléctricas por la publicidad engañosa que ha detectado
El Gobierno remite a la CNMC las sanciones a las eléctricas por la publicidad engañosa que ha detectado
EUROPA PRESS

A las grandes compañías energéticas les pasa como a los grandes barcos, que pueden cambiar de rumbo, pero que necesitan su tiempo para hacerlo. Los informes oficiales de la Comisión  Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) sobre las prácticas irregulares en la contratación de clientes así lo muestran. El supervisor de los mercados tiene abierto un debate interno sobre las sanciones a aplicar en caso de irregularidades graves, que en muc hos casos son irrisorias. El último caso afecta a la eléctrica Endesa por una serie de contratos, presuntamente alterados, de un cliente de Barcelona ya fallecido y cuyos herederos han denunciado el caso.

La existencia de irregularidades en la contratación de suministros de electricidad y de gas no es una novedad. Sí lo es su permanencia en el tiempo. El último Informe de Supervisión del Mercado Minorista de Electricidad (2018) explica cómo a pesar de que el Real Decreto-Ley 15/2018 prohibió la contratación de servicios "puerta a puerta" para evitar abusos, esa práctica se mantiene. El documento precisa al respecto que "a pesar de ello, esta Comisión ha detectado algunos casos en los que los comerciales continúan realizando visitas en el domicilio del consumidor, recabando posteriormente del consumidor la solicitud de recibir información en la vivienda".

Esas prácticas propician la picaresca y acaban en polémica. El último caso conocido afecta a una de las grandes compañías del sector, Endesa, por la aparición de varios contratos, supuestamente alterados, denunciados por los herederos de un cliente de la compañía en Barcelona. El debate sobre el carácter de las irregularidades detectadas y la cuantía de la sanción del expediente sancionador se ha prolongado durante meses. En el proceso, la propuesta de sanciones ha ido disminuyendo.

Propuesta y escarmiento

La primera propuesta de escarmiento fue relativamente elevada, de en torno a dos millones de euros, pero en el proceso de debate, las posibles sanciones han caído poco a poco, hasta situarse en cifras de en torno a los 100.000 euros. Para algunos analistas y expertos, esas sanciones son muy escasas y en ningún caso disuaden a los posibles infractores.

El eurodiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, criticó con dureza la actuación de la CNMC en los expedientes a las grandes compañías en un artículo publicado en El País el pasado año referido a casos similares. "La CNMC" escribió Garicano "ha acreditado que Endesa engaña a sus consumidores y les cambia de contrato sin su permiso para subirles la factura de la luz. La multa, 30.000 euros en cada uno de los cuatro casos implicados, es tan irrisoria que incita a seguir engañando a los clientes". "Si se hubiera multado a Endesa por abuso de posición de dominio (que es lo que estaba haciendo)" concluyó "podría haber tenido que pagar el 10% de su cifra de negocio".

La polémica se mantiene por una lista de sanciones a las energéticas tan larga como escasa en su cuantía. En 2018 y 2019 la CNMC impuso un rosario de pequeñas multas a las compañías comercializadoras de gas y de electricidad, -hasta 10 para Endesa, Iberdrola y Naturgy-, por asuntos varios –y feos-, como cambiar de suministrador sin consentimiento de los usuarios o por recomendar a los clientes cambiar de tarifa de gas sin informarles de que la que proponen es más cara. En conjunto, ese rosario de sanciones apenas si alcanzó los dos millones de euros.

Residuos del sistema

Es poco dinero, pero es el residuo de un sistema cuyas piezas rozan y rechinan desde hace tiempo. Por eso los expertos en energía abogan por una refundación completa del mercado. Entre otras cosas, porque la realidad tecnológica de 2018 nada tiene que ver con la situación que dio lugar a la ley de 1997. Hay nuevas tecnologías para generar electricidad, más baratas que las tradicionales. Y lo que antes era todo un legado que aseguraba ventajas en el mercado ahora es una carga. Basta con examinar el pacto alcanzado por las grandes eléctricas y Enresa para cerrar las instalaciones nucleares.

Los cambios son muy rápidos. La digitalización y aplicación de la inteligencia artificial a toda la cadena de valor del sector eléctrico ya afecta profundamente la organización y la actividad de las empresas tradicionales. También la relación con los clientes que tendrán cada día más control sobre su consumo de electricidad y más posibilidades para cubrir sus necesidades energéticas de forma autónoma.

Mostrar comentarios