1,5 millones para examinarlo

Una obra en las vías junto al Anfiteatro de Tarragona pone en guardia a Adif

El administrador ferroviario saca un contrato para vigilar la afección del cambio de ancho de las vías en este monumento. La obra pertenece al Corredor Mediterráneo que permitirá incrementar los trenes a Europa. 

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Una obra en las vías junto al Anfiteatro de Tarragona pone en guardia a Adif
Santiago Boada / Pexels

Tener unas vías a escasos metros de unas ruinas romanas se han convertido en un motivo de preocupación para el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Las obras que el gestor quiere realizar en Tarragona para completar el Corredor Mediterráneo colindan con el Conjunto Arqueológico de Tarraco, un grupo de monumentos datado del siglo III a.C. entre los que se sitúa el anfiteatro, principal atractivo turístico de la ciudad catalana y que desde el año 2000 está protegido por la UNESCO tras ser declarado Patrimonio Mundial. 

Las vías ferroviarias que separan Tarragona del mar Mediterráneo forman parte del conocido como Corredor Mediterráneo, nomenclatura con la que se conoce a la infraestructura ferroviaria con la que España pretende transportar buena parte de sus mercancías hacia Europa y que previsiblemente deberá facilitar las exportaciones de productos como los cítricos de las huertas murciana y valenciana. Su proyecto de mejora, enmarcado dentro de la actualización de la red ferroviaria española, permitirá mejorar los tiempos de viaje por tren entre Valencia y Barcelona, demanda habitual de la segunda y tercera ciudades más pobladas en España.

Aunque la inversión total del Corredor Mediterráneo supera los 16.000 millones de euros, los trenes seguirán circulando junto a uno de los principales monumentos del país, motivo suficiente para que Adif ponga en marcha un contrato para garantizar que sus obras no afectan al complejo arquitectónico. Para ello destinará 1,5 millones de euros a inspeccionar y documentar las patologías que actualmente tenga el anfiteatro y hacer seguimiento a su estado durante la intervención. El contrato se lo ha adjudicado una UTE compuesta por las empresas Instrumentación y Control S.A. y Control Técnico y Prevención de Riesgos S:A.

El gestor ferroviario solicita en su contrato que se prevean e inspeccionen las afecciones que se puedan producir en la estructura del Anfiteatro de Tarragona durante las obras, pero también por el tránsito futuro de trenes, ya que por esas vías circularán muchos más trenes de mercancías que en la actualidad, algunos de ellos de hasta 750 metros de longitud. Su preocupación también reside en las vibraciones que generen las obras y el tránsito de trenes, así que pedirá identificar los puntos críticos que puedan verse afectados. Y con el fin de evitar posibles reclamaciones futuras, Adif plasmará en un informe el estado actual del Anfiteatro Romano. 

El Corredor Mediterráneo es el nombre dado a las mejoras en las líneas e infraestructuras ferroviarias que recorren el arco mediterráneo y dan servicio entre la frontera francesa y el puerto de Algeciras. Este conjunto de actuaciones, destinado a mejorar la conectividad entre grandes ciudades, atraviesa cuatro comunidades autónomas: Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía. Estos territorios representan el 60% de las exportaciones a la UE y el 55% de la producción industrial, y la conclusión del proyecto es objeto de reivindicación por gobernantes de todos los partidos y niveles políticos: de municipios a autonomías y gobierno central.

El exsecretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, cifró la inversión total de esta infraestructura en 16.000 millones de euros, que el Gobierno prevé finalizar en 2025 para poder cumplir la exigencia de Bruselas de facilitar el tránsito de trenes de pasajeros y mercancías por su red esencial ferroviaria en 2030. Para ello, España deberá migrar de ancho buena parte de su red actual, incluida la zona del Anfiteatro, perteneciente al tramo de la línea convencional entre Barcelona y Tarragona. Este trazado recibe y recibirá todos los trenes de mercancías ante la imposibilidad de que circulen por la línea de alta velocidad existente entre ambas ciudades. 

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