Confía en la baza de los institucionales

IFM se resiste a pagar más por Naturgy por el marcaje al que le somete Moncloa

Las ocho cláusulas que el Gobierno ha impuesto al fondo australiano para aprobar la opa relegan al inversor a una posición minoritaria y de escaso control que desincentiva una eventual mejora de la oferta.

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés
Naturgy

Menos de 24 horas tras el visto bueno con condiciones del Gobierno a la opa de IFM sobre Naturgy, el fondo australiano anunció a la CNMV su intención de continuar con la oferta. Ante el mercado, el inversor ha insistido en que las precauciones adoptadas por el Ejecutivo están alineadas con sus planes y son fruto de un "diálogo muy constructivo". Pero son precisamente estas ocho cláusulas las que han avivado la resistencia de IFM a elevar el precio actual de la opa, dada la posición minoritaria y de escaso control sobre el grupo energético a la que le aboca el plácet de Moncloa, según fuentes conocedoras de los entresijos de la operación consultadas por La Información.

En solo ocho líneas, el Consejo de Ministros se ha asegurado de que IFM no suponga una amenaza ni para la integridad de la energética ni para el liderazgo de Criteria Caixa, su primer accionista, en la toma de decisiones de la compañía durante los próximos cinco años. El marcaje desde Moncloa desincentiva al inversor a mejorar su apuesta por Naturgy, pese a que los 22,07 euros que oferta el fondo de inversión apenas suponen un precio 12 céntimos superior a los 21,95 euros a los que cotiza actualmente la utility. Aunque determinante, el estrecho margen de maniobra impuesto por el Gobierno no es el único motivo que explica la posición conservadora de IFM.

Los potenciales vendedores al inversor australiano se reducen al 28% del capital de Naturgy. Esto es así a raíz de la fuerte oposición del holding de participadas de La Caixa que, a consecuencia de la operación, ha reforzado su posición en la energética hasta el 26% (su intención es aumentarla hasta rozar el 30%). También una vez conocido el compromiso de no acudir a la opa de los otros dos grandes accionistas de Naturgy, los fondos CVC y GIP, que suman un 40% del capital. Con todo, la percepción en el entorno de IFM es que serán ellos los que tengan la sartén por el mango en la inminente negociación de títulos.

El limitado margen entre el precio de cotización de Naturgy y el de la opa no preocupa demasiado a los australianos. Los títulos de la energética que preside Francisco Reynés llevan semanas instalados en valores que superan a los de otras energéticas del Ibex 35, como Endesa (20,5 euros), Iberdrola (10,18) o Repsol (9,49). Pero fuentes del sector atribuyen esta evolución alcista al efecto propulsor de la propia opa, así como al impulso de la compra masiva de títulos que está acometiendo Criteria. Ambas circunstancias permiten suponer que las acciones de Naturgy podrían experimentar una notable caída de un día para otro, en caso de que la opa fracase. 

De no acudir a la opa, tanto los inversores institucionales, que poseen alrededor de un 20% del capital, como los minoritarios (hedge funds) que acaparan aproximadamente un 7%, se arriesgan a que sus participaciones pierdan valor bruscamente el próximo mes de septiembre. Del mismo modo, la incógnita sobre a cuánto ascenderá el capital flotante (free float) en caso de que IFM cumpla su objetivo de hacerse con, como mínimo, el 17% del grupo, empuja a estos accionistas a vender ante el riesgo de una importante caída de la liquidez de la cotizada. Ambas circunstancias allanan el camino del fondo de pensiones australiano sin necesidad de pagar más de lo previsto por los títulos de la energética.

El riesgo de una depreciación de las acciones de Naturgy y la amenaza de una notable pérdida de liquidez del grupo empujan a accionistas institucionales y minoritarios a acudir a la opa

Desde que se anunció la opa, el fondo se ha visto obligado a ajustar su oferta en dos ocasiones, debido al reparto de dividendos que ha ejecutado la empresa en este tiempo. Este lunes, un día antes de que el Gobierno comunicase su luz verde a la operación, IFM rebajó su oferta a 22,07 euros por acción, resultado de descontar un dividendo a cuenta del ejercicio 2021 de 0,3 euros por título que Naturgy anunció la semana pasada. La cifra, que será la definitiva salvo giro de última hora, es un 4% inferior a los 23 euros por acción que IFM propuso el 26 de enero, cuando anunció su ofensiva.

Mientras en el Gobierno hacen las maletas con la vista puesta en el parón estival, los equipos de IFM encajan la última hora. Entre otras exigencias, la resolución del Ejecutivo impone al fondo la obligación de no apoyar posibles desinversiones que excedan lo ya previsto en el plan estratégico de la compañía, tampoco podrá votar a favor de una exclusión en bolsa del grupo, al menos, hasta 2024. Del mismo modo, IFM deberá impulsar con su voto una política de dividendos prudente que permita cumplir con el ambicioso plan de inversiones de la empresa volcado en la transición energética.

El hecho de que Reynés anunciase el plan estratégico para el periodo 2021-2025 una semana antes del visto bueno del Consejo de Ministros, levantó ampollas en IFM. Las condiciones del plácet del Gobierno, que obligará al fondo a financiar una hoja de ruta en la que no ha participado, han avivado los recelos del inversor extranjero sobre el cumplimiento del deber de pasividad que la ley impone a Naturgy, así como ante la evidente sintonía entre la compañía y el Ejecutivo. IFM seguirá adelante con la operación, una vez asumido que, durante el próximo lustro, no podrá apoyar cambios de calado en la empresa, ni siquiera si logra los dos asientos en el Consejo a los que aspira. Y si lo hace, deberá atenerse a las represalias de Moncloa.

Mostrar comentarios