Opel está listo para acoger nuevos modelos en su planta de Figueruelas

  • Su director general, Antonio Cobo cree que el pacto abre la puerta a "un buen plan industrial con más inversiones, modelos y carga de trabajo".
Antonio Cobo, satisfecho y aliviado tras el acuerdo
Antonio Cobo, satisfecho y aliviado tras el acuerdo

La plantilla de Opel España en Figueruelas y la empresa pactaron la pasada semana, tal y como adelantó Heraldo.es , el convenio colectivo que regirá las condiciones laborales de la compañía los próximos cinco años. Antonio Cobo, director general de la planta zaragozana confiesa a este mismo medio, y no es para menos, sentirse tan "aliviado como satisfecho", y valora "el papel de los sindicatos y el esfuerzo realizado por los trabajadores".

El acuerdo supone un nuevo impulso para "allanar el camino para recibir nuevas inversiones y proyectos. Yo y todo mi equipo vamos a luchar por ello", reconoce Cobo, por lo que no descarta que nuevos modelos sean adjudicados a la planta zaragozana. "El acuerdo abre las puertas a un buen plan industrial con más inversiones, modelos y carga de trabajo que generará más empleo en la planta y Aragón. Hemos demostrado que somos capaces de lanzar tres vehículos en un año, lo hicimos en 2014 con el Meriva, Mokka y nuevo Corsa y entre agosto de 2016 y agosto de 2017 con el Mokka X, el Crossland X y el C3 Aircross, con los mejores lanzamientos en la historia de Opel. Este equipo está listo y la planta dispuesta al reto", reconoce el director general, aunque no quiera especular con el futuro.

El acuerdo, tras meses de intensas negociaciones y horas de sueño perdidas, demuestra una vez más el pragmatismo que reina en un sector vital para la economía española y marca la senda entre las relaciones laborales en un mundo globalizado. "Ha requerido que todos nos dejemos algo por el camino y que ninguna de las partes hayamos acabado satisfechas". La alternativa no compensaba a nadie y el pacto ha asegurado el futuro de la planta y su uso a pleno rendimiento.

La factoría podrá ensamblar la próxima generación del Corsa y alcanzar el nivel de productividad necesario para convertir a Opel de nuevo en una marca rentable en el año 2020. El acuerdo establece un plan de prejubilaciones en el 2018 y se compromete a buscar fórmulas de rejuvenecimiento de la plantilla en los próximos años. 

El pacto, que entrará en vigor con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2018 y tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2022, incluye moderación salarial, una retribución variable vinculada a indicadores de desempeño, un repunte del tiempo de trabajo, adaptación de prácticas de trabajo laborales y flexibilidad para responder al comportamiento del mercado. "Era vital para posicionar a la planta de cara al futuro y nos posibilita poder fabricar en Zaragoza vehículos en turnos adicionales de fin de semana, lo que contribuirá a la riqueza de la región", señala Cobo, que reconoce que fue vital poner encima de la mesa ante los empleados la rentabilidad de la planta.

La globalización aprieta y "es muy difícil convencer a alguien de fuera para que invierta en nuestra planta y nos asigne modelos si se pueden fabricar más baratos en otras plantas". De hecho, el acuerdo aumentará el tiempo de trabajo en 5 minutos por turno, porque "las pausas son una gran desventaja competitiva ya que podríamos fabricar cerca de 100 coches más al día si trabajásemos el mismo tiempo que otras plantas de PSA". Ha habido, sí, desvelos por un minuto de trabajo, pero al final, el diálogo ganó la partida y permitió, pese a todo, "mantener unas condiciones salariales y de trabajo muy por encima de la media de la industria, de la región y de la mayoría de sectores económicos".

El compromiso de volver a la rentabilidad era inexcusable y Cobo se muestra convencido de que el motor de la recuperación se ha puesto en marcha gracias a este acuerdo. "Con PSA tenemos la tecnología que necesitamos y las sinergias para hacer de nuestro nuevo grupo un campeón europeo en la industria global del automóvil".

Sin un plan de competitividad, sin una apuesta de los empleados por ayudar a Opel a ser rentable, "simplemente no había futuro". El año pasado los centros de producción de Vigo, Zaragoza y Madrid produjeron un total de 876.672 unidades de 12 modelos distintos. Esta cifra coloca a Opel como primer fabricante en España, puesto que acapara el 31% de la cuota de producción nacional. Casi el 87% de la producción española de PSA se exporta a mercados internacionales. El sector de la automoción representa el 10% del PIB nacional. Evitar el adiós de Opel a Zaragoza era vital.

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